Poetas melódicos de alma metalera
Hace unos cuantos años atrás DARK TRANQUILLITY eran del tipo de bandas sobre las cuales quién escribe no daba dos mangos, no me gustaba, me aturdía y me aburría. Los dejé, los abandoné. Los años pasaron y siempre metido en ésta especie de senda dentro del metal los volví a recapitular y los terminé entendiendo de otra manera, bajo otro concepto, bajo otro eje, llegando más a fondo en las letras, su finalidad y orientación, algo así como poder saborear el endemismo que desprenden de su práctica musical y muchas tantas cosas más sobre las cuales no hicieron más que al día de la fecha se transformen en una de mis bandas de cabecera. Bajo estos síntomas que relato los años pasaron y nunca los pude ver en vivo hasta la noche del martes que pasó, donde tuve la chance de poder marcar en mi calendario personal “He asistido” a la cuarta visita de la Suecos a nuestro querido y metalero país en lo que fue la presentación de su décimo primer disco de estudio llamado “Atoma”.
Llegué cuando ya estaba terminando con su presentación SOULLESS FAITH y ya había realizado su trabajo APNEUMA, ambas de origen Uruguayo, situación que a diferencia de otros eventos donde tenemos la chance de ver bandas Argentinas, fue favorable para las mismas de que el show haya venido congeniado en tierras al otro lado del Río de La Plata, así que buena oportunidad tuvieron de mostrarse. No podría hacer un balance de lo que vi, pero si de lo poco que sentí, y a decir verdad no estuvo bueno para nada y no justamente por lo que la banda vecina ejecutaba, sino más bien por el sonido (saturado mal), ya que el mismo en vez de invitarnos a quedarnos, lisa y llanamente nos expulsaba. Una pena, pero bueno, ya habrá chance de redimirse ante tal situación. Por lo pronto tengo en manos su última placa para dar una apreciación, así que en breve podrán leer lo que del mismo me quede, seguramente sonando mucho mejor.
Ya cerrada la historia predecesora, por el lapso de casi media hora se hicieron esperar los Suecos de DARK TRANQUILLITY, quienes arremeterían desde el vamos con todo. Y cuando decimos eso, hablamos de una banda que va por partes y esas partes te las individualiza arriba del escenario mostrando mucho más de lo que te imagines. Atrás quedaron los años de Mikael tocando la guitarra, atrás quedaron los distintos miembros que pasaron por la banda y alguno que otro como es el caso de Niklas Sundin, quién no pudo venir y trajeron a falta de uno, dos violeros. Por un lado Johan Reinholdz quién les viene haciendo la segunda en vivo desde hace un rato y la incorporación casi a último momento de Christopher Amott, el hermano menor de Michael de ARCH ENEMY. Por otro lado serían también de la partida el talentoso Anders Iwers (ex TIAMAT, actual en vivo de AVATARIUM, etc.) más la ya fija incorporación de la banda y que tanto la ha cambiado desde lo estético, como es el trabajo realizado por Martin Brändström, fenómeno tecladista ¿electrónico? de la banda.
De movida la voz de Mikael no estuvo bien de volumen, cuestión que fue mejorada, situación que si vamos al caso se trasladó con el resto de los músicos; al menos cinco o seis temas le llevaron al sonidista para que la cosa camine más o menos bien. De ahí en adelante viviríamos un gran show por sobre todo con el frontman comandando la batuta y en como los demás iban dejando todo de sí para transformar a ésta banda en una especie de orquesta melódica. Y a decir verdad en los últimos tiempos muchas de las bandas que llegan al país a presentar su nuevo disco terminan tocando más del resto que del toureado. Para la ocasión y nuestra suerte tuvimos la chance de escuchar sin ningún tipo de duda los mejores de “Atoma” dado que alrededor de seis temas sonaron. Lógicamente hubo tiempo para que repasen lo viejo conocido, y claro, el público enloqueció, como fue el caso de “The Treason Wall” donde la gente no hizo más que corear la canción de punta a punta (bueno, si ya sé, se presta para eso) a la que le seguirían gemas como “The Science Of Noise”.
Bajo proyecciones de fondo en video muy bien armadas y hasta en algunos casos con visualizaciones de videos oficiales ajustados a los tiempos de escenario, no harían más que deleitar paladares siendo que lo que hacen es prácticamente único y majestuoso. Canciones como la genial y nueva “Forward Momentum” fue un caso entre otros tantos donde podías ver a Mikael doblegado actuando sobre el escenario y en el film, siempre mimetizado con su camperita pequeña ajustada y sus clásicos pantalones oxford, onda que dista bastante de lo que uno esperaría de un death metalero clásico del palo. Y así seguiría la noche, con todos los músicos de desempeño parejo sobre las tablas y hasta jugando entre guitarristas con solos intercambiados. Parecía como si hubieran ensayado mil veces juntos, pero no, así que si de talento tenemos que hablar a las pruebas me remito.
Durante una hora y cuarenta minutos al menos siguieron recorriendo parte de su historia y la intercambiaron muy originalmente con las nuevas composiciones. La realidad es que la banda dio un gran show, quizás sin muchos sobresaltos pero si con una contundencia enorme. Se posicionan todos en el trabajo de todos y eso les da una fuerza y una característica como banda que los hace únicos, no por cualquier cosa han sido claves para el estilo. El teclado es definitivamente la frutilla del postre y el juego de luces visualizado enredado en lo que los músicos hicieron como hasta dando la impresión de que el escenario se haya visto más lindo de lo que fue. Bastó para eso sentir ejecutar canciones como “The Silence In Between”, “The Pitiless”, “Monochromatic Stains” o bien como la pegadiza “Encircled” y todo sería distinto, todo. Son de esos shows que cuando te vas decís: “estuvo bueno viste, tocaron todo lo que tenían que tocar”, satisfecho.
Como ustedes saben la última placa de los Suecos tiene una base rítmica y melódica bastante distinta a sus predecesores y pude corroborar que logran en vivo trasladar todo ese sonido Hi-Fi que tienen como banda en estudio. Escuchar canciones como “Clearing Skies” fue un soberano lujo, un viaje de ida, para colmo de males te la remataban con canciones como “Therein”, donde sólo ellos tienen la chance de combinar pop de los ’80 con el death metal más crudo que te puedas imaginar. Para el final y prácticamente sin haber parado entre tema y tema, salvo para hacer algún otro que breve comentario y deleitar las decenas de “Olé, olé…” que recibió la banda se retirarían solo por un instante para devolver toda su devoción por lo que hacen para la gente en el bis con canciones como “State Of Trust”, una un tanto más extrema como “Through Smudgeg Lenses” y un re clásico como “Misery’s Crown”. Una vez cerrado el telón y bajo efectos colaterales cargados de emoción, su cantante demostrando la cuota de humildad que lo caracteriza no sólo se bajó a dar unos abrazos y saludos a los de más adelante sino que se quedó un rato arriba del escenario tocándose el pecho y agradeciendo cada muestra de afecto que llegaba su humanidad.
Recuerdo mientras escribo cuando lo entrevisté, recuerdo que me encontré con un tipo totalmente sincero y copado. Bueno, estas cosas no hicieron más que mostrármelo como tal. Me queda de todo esto que DARK TRANQUILLITY pasó por cuarta vez por nuestro país y me llevé muchas sensaciones puestas, y así y todo entendiendo que el sonido no fue de lo mejor, el balance es altamente positivo si traslado mi cabeza y mirada imaginando bajo alguna proyección el escenario del pasado 29. Hace unos años atrás creía que quizás este tipo de bandas no tenían mucho para decirme. Los años pasaron como les dije y siento que me cuentan mucho más que cualquier otra, hasta pudiendo hacerlo tranquilamente por sobre encima de bandas de primera línea. No tan lejos ellos de esa posición, mostraron mucho más de lo que hubiera imaginado y su último disco entremezclado con obras del pasado fue la mejor lección recibida en vivo desde hace un tiempo. Todo parece indicar que habrá quinta visita, ya que al menos todos los que no llegaron a colmar el Teatro Vorterix, si colmaron su corazón, independientemente si unos ganaron y otros ganaron menos, pero donde claramente nadie perdió.
Texto: Hernán Mazón
Fotografía: Estanislao Aimar
Agradecemos a Carlos Noro por la acreditación al evento.
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