BURDEN RAGE “Utopía del Infame” (EP)

Los aires de cambio suelen traer frescura y BURDEN RAGE pudo aprovecharlos los ingresos respecto al último disco, una oda al death metal puro llamada Cénit de la desgracia, para poder poner en la mesa un demoledor EP, “Utopía del infame”, que cuenta con un interesante arte conceptual de la mano de Villy Villain y una clara alusión a una oscura figura latinoamericana en él. Hoy en las filas de este quinteto, se puede mencionar a Pablo Toirán y Facundo Cocimano en guitarras, Gonzalo Roland en voces, Ismael Pérez en batería, y Jorge Furno en bajo, BURDEN RAGE es sin dudas uno de los grandes exponentes del death metal nacional, habiendo trabajado este mote desde sus inicios en 2006 y siempre manteniéndose fiel al death metal, incorporando diversas influencias de las subsecuentes ramas de este estilo.

Si bien en el ínterin tuvimos una pandemia que amenazó la continuidad de varios proyectos, también fue fruto de mucha inspiración para composición y reestructuración, ya que es sabido que los tiempos oscuros suelen ser fuente de proliferación artística. Y todos estos hechos catastróficos se vieron reflejados en el clip de “Devorado por el mundo”, la puerta que se abrió en enero de este año, para empezar a transitar esta infame utopía, que con una intro bien riffera pero tenue, que transmitía efectivamente el agobio de la larga y cruel cuarentena obligatoria que sufrimos, al ritmo de un death metal bien caótico que cambiaba de ritmo súbitamente, con un tremendo laburo de Ismael Pérez en la batería, comandando el caos, mientras Gonzalo Roland aullaba “todo comienza a ceder / anunciando el colapso final” y para sumar un poco de diversidad, un ominoso solo de viola precediendo un verdadero colapso final en un segmento polirrítmico sencillamente brutal.

Cuatro meses pasaron hasta tener el panorama completo, y las dos canciones que preceden a esta suerte de single, “Vía dolorosa” y “Huertas en llamas”, siguen el hilo conductivo, pero destacándose enormemente el trabajo de las guitarras, con trémolos, atonalidades y riffs, muchas veces en contrapunto, potenciando esa sensación de ansiedad y caos, sobre todo en el segundo que tiene con un mensaje incendiario y algún tinte de black metal a lo largo de su duración y que, por lejos, es el tema más visceral del álbum, y donde el baterista da cátedra de brutalidad. El EP cierra con un gran fan service de los que degustamos propiamente su primer material de estudio, “The Spiral Blackhole” (2012), ya que nos topamos con una regrabación de “Walk over”, estilizado en su momento como “Walk over the crushed skulls”. Y la mejora tanto en producción sonora como en las voces lo enaltece de una forma enorme, con el concepto de que, como carta de presentación de esta nueva formación, el EP cumple con creces y nos deja con la intriga de qué esperar para su próxima antología deathmetalera.