Año: 2024 | País: Finlandia | Género: Power Metal | Sello: Atomic Fire Records/Reigning Phoenix Music | Lemmymómetro: ♠♠♠♠♠♠♠ (7/10)
La raíz de mi ingreso definitivo al mundo metalero llego de la mano de “My Land”, y cada vez que se reproduce en Spotify siento algo especial, algo difícil de explicar, pero que me brinda una sensación de alegría, de felicidad que denota que aquello fue un gran momento y no solo por el momento en sí, sino porque ese episodio me trajo hoy hasta acá, y aunque pasaron ya 24 años y la metamorfosis musical interna existió, no dejo de percibir una vibra particular con aquel hecho.
SONATA ARCTICA representa en mí mucho más que música, si no un estilo de vida, una cultura que adopté y que siempre, pase lo que pase, cuando escuche su nombre pensaré en el inicio de todo esto. Es por eso que, siendo un seguidor de la banda, anhelaba muchísimo que regresen a sus raíces, a donde todo comenzó tanto para ellos como para mí. Con la llegada de “Unia”, los finlandeses convirtieron definitivamente lo que era power metal a un metal sinfónico medio progresivo, y si bien pasaron infinidad de obras maestras, también estuvieron aquellas que parecían no tener un horizonte claro. Cierto es que cuando uno es un perro fiel cuesta ser objetivo, pero la realidad es que se habían alejado de lo que los forjo, del metal que los formo para hacer algo menos agresivo, tratando quizás de abarcar un público más amplio dado el formato de canciones que proponían queriendo desprenderse de la etiqueta de banda power metal (que será tema de discusión en otra nota si está bien o no el etiquetado). Por suerte, para algunos como yo, en este último material que presentan, “Clear Cold Beyond”, han decidido dar una vuelta de timón y volver al puerto de partida donde poder observar en diez temas, seis prácticamente de power que nos llevan de regreso a sus primeros tres discos, sobre todo del consagrado “Silence”, mientras los restantes son parte del camino recorrido hasta aquí.
Todo arranca con “First In Line” donde explota el power y las patas de Tommy Portimo van al palo, acompañados del regreso de los teclados neoclásicos (Henrik Klingenberg) que supieron darles vida a temas como “Unopened” o el instrumental “Revontulet” entre otros, para luego continuar en la misma sintonía con “California” que exprime al máximo a los músicos, tanto en velocidad como en técnica.
Siguiendo por esta misma línea, encontramos a “Angel defiled”, “Cure for everything” y “Tearsdrops” donde en los dos primeros tenemos métricas más lineales y mucho trabajo de muñeca de Elias Viljanen en guitarras con riff precisos y veloces, mientras en el último, el tipo de estructura se asemeja al de “Silver tongue” de WINTERHEART’S GUILD, que contiene muchos cortes y más juego en los pies del Sr. Portimo.
Los primeros cambios se dan junto a “Shah Mat” y “Dark Empath” que, si bien contienen estructuras similares a lo anterior, el 1º podría ser sacado del disco “Stones Grow Here Name” o “Unia” teniendo fragmentos de “Shitload of Money” o “In black and White” aunque más melódico, con mucho juego de coros e incorporando voces femeninas, mientras que el segundo se acerca más a un power progresivo, con muchos matices tal como venían haciendo en sus últimas producciones.
Si bien no hay una balada, lo que más se le acercó fue “The Best Things” que es el más sentimental y el que menos agresividad presenta, pero donde resalto por encima de todo el solo de guitarra, haciendo dueto con las teclas.
Aquellos que rompieron el esquema por completo fueron “A Monster Only You Can’t See” y “Clear Cold Beyond”, ya que en el 1º aparece un lado folk, casi irlandés mientras que en el homónimo al disco pusieron la creatividad al punto más alto, haciendo del mismo una pieza teatral, mezclando muchos acordes mayores con menores, con condimentes del tipo “The phantom of the opera” interpretada por NIGHTWISH.
Para quienes pueden acceder a la versión europea en digipack o vinilo, los mismos cuentan con dos bonus: “A Ballad For The Broken” que como dice es la balada que le faltaba a lo presentado para los fuera del viejo continente y que se puede oír en YouTube. Una lástima no este en el disco como tal porque posiblemente sea una de las más lindas baladas que han compuesto, que permite afloren los sentimientos de manera genuina, mientras que con “Toy Soldier” que es un cover de la actriz y cantante Martika (Marta Marrero), rozan lo melancólico, aunque con un poco más de intensidad que la anterior.
Ya todos sabemos que es una banda consagrada y que con el correr de los años han decido hacer lo que quieran, moviéndose del power más clásico, a cosas que perfectamente formarían parte de obras musicales, y es por eso por lo que me atrevo a decir que lo próximo que plasmen es todo un misterio, aunque sin dudas, uno que será pensado, ya que Tony Kakko (vocalista) no deja nada al azar.
