Fecha: Sábado 16 de marzo de 2024 | Hora: 19 hs. | Lugar: El Teatrito | Bandas invitadas: GRITO, TEMPESTHRASH y SAGRAS
Ya pasados 26 años de existencia convierten a MANIFIESTO en una banda a la que podríamos tildar de legendaria. No es fácil bancar una propuesta de thrash metal durante tanto tiempo en el que cambian las tendencias, las inclemencias económicas, las situaciones personales y un sinfín de obstáculos más. Se podría hablar de constancia, obstinación… pero eso suena a estar, solo permanecer y créanme, aquí parece estar sucediendo otra cosa, algo más relacionado con un convencimiento, con apostar todo a una idea y tratar de llevarla a cabo y hacerla crecer aunque vengan degollando. O al menos eso es lo que uno percibe en sus shows.
Una noche a puro machaque, vértigo, velocidad y distorsión en dosis más que generosas a cargo del acto principal y de quienes los precedieron. Primero lo primero, hablemos de las agrupaciones que iniciaron la jornada.
GRITO fueron los encargados de abrir el fuego y las dos primeras canciones, “Maldita satisfacción” e “Infierno Bs As” ya mostraron la propuesta de la banda: un thrash fusionado con pasajes y arreglos de heavy metal tradicional la primera, mientras que la segunda más veloz, pesada y agresiva. El público iba sumándose de a poco, pero inmediatamente comenzó el agite. No era el momento aun de rondas y pogos salvajes, pero ya cierto movimiento debajo del escenario daba a entender que ganas no faltaban.
Y sobre las tablas continuaba lo ya escuchado, donde se alternaban temas de fusión thrash/heavy con otros más en la vena de la vertiente más pesada, tal el caso de “Legado de hoy” y “Seguridad policial” los cuales integraron la casi decena de canciones que fueron poniendo en clima a todos.
Pasada la actuación del acto apertura fue el turno del quinteto TEMPESTHRASH. Y con ellos llegó el turno del trabajo a dos guitarras a cargo de Darío Avellaneda y Alexis Lupiano, quienes se encontraban en bases y algunos pasajes y se diferenciaban a la hora de los arreglos y solos, quedando claros los roles de primera y segunda viola. Acá sí que debajo del escenario empezó a agitarse la ya numerosa concurrencia con algunos pogos bastante enérgicos, contagiados por la polenta que emanaba de la banda que sonaba superpotente, ajustada y agresiva gracias a la excelente base de Elbio Písterna y Cristian Condori (batería y bajo respectivamente) y la aguerrida voz de Emanuel Murúa, más el laburo de los ya mencionados Avellaneda y Lupiano.
Bases furiosas con el doble bombo bien presente, arreglos complejos y una voz al frente fue lo que propusieron los TEMPESTHRASH, y ya desde el comienzo con “Pensar” hasta el final ofrecieron un setlist que sirvió para calentar aún más el ambiente.
Y llegó el turno de SAGRAS, acá el thrash se tomó un respiro para darle paso a una banda de rock muy pesado en la que se notaban ciertas influencias del heavy metal y hasta del hardcore. Arrancaron con “Alienistas” y a partir de ahí el agite debajo del escenario se puso más serio, en respuesta a una banda muy enérgica con un cantante que se hizo dueño de la escena, una base muy sólida y un dúo de guitarras que trabajaron alternándose bases, solos y arreglos en canciones con momentos muy (pero MUY) pesados y otros más rockers en el que hasta no faltó una guitarra con slide. Presentaron material nuevo, “Psicofonías” y otras canciones que son parte de sus shows habituales como “El final” o “El cráneo del rey”.
Para cuando fue el turno de MANIFIESTO (Jorge Armada en voz, Cristian González y Gustavo Urueña en guitarras, Esteban Sosa en bajo y Daniel Zamora, batería) el escenario estaba on fire a la espera del acto de cierre ¿estaría este a la altura de la energía de sus predecesores? Que no les quepa la menor duda de que sí, y más también. En lo que respecta a la banda por energía, despliegue, duración del set y potencia de las canciones. Pero no solo eso, a partir de los primeros sones de “Entre cenizas” el público desató todas sus ganas de pogo furioso y rondas infernales.
Arreglos y fraseos complejos de guitarras, solos electrizantes, bases demoledoras y un vocalista que cantó y se movió a sus anchas en el escenario, de eso se trató el acto de cierre; disfrutando unos de la energía que provenía de la agrupación, y esta misma de lo que volvía desde abajo como un boomerang en una retroalimentación que elevó la temperatura emocional a tope.
Dieciséis canciones, entre las que estuvieron “Avaricia”, “Diabolismo”, la siniestra “El santo negro”, “Escapar o enloquecer” y “El rostro de la inquisición”, entre otras. En cuanto a esas “otras”, tres para destacar: “A la mierda el sistema”, con un muchachito de 17 años invitado en voz llamado Elián que la rompió; el excelente cover de “Post mortem” de SLAYER. El tercer tema a destacar es “El ominoso”, que es parte de lo nuevo que están preparando, canción que fue quizás la más violenta y fuerte de la banda… o sea, la más violenta y fuerte de la noche.
Con “Redención” llegó el final. Misión más que cumplida por cuatro grupos que no se guardaron nada y que pusieron absolutamente todo para el disfrute de los que colmaron el lugar.