Año: 2016 | País: Argentina | Género: Metal Pesado | Formato: CD | Sello: Independiente
“El Arte de Matar” es la excusa que encontró PULPO NEGRO para presentarse oficialmente en sociedad. Y digo excusa, ya que las habían tenido también con anterioridad a través de sendos Demos y EP’s editados, pero esta en definitiva termina siendo la más pulida y formal de todas. Dicho sea esto, no sé si recuerdan, pero hace unos días tuvimos la oportunidad de acercarnos a ver la presentación del mismo, la cual puede ser chequeada por acá si gustan: PULPO NEGRO en Club V. Más allá de esto, entiendo que ya forma parte de la historia reciente de la banda, y en este sentido este primer disco también la será. Pero siendo congruentes a eso, hoy estamos en condiciones de decir que forma parte de la actualidad y a modo anecdótico les cuento que fue grabado durante el año pasado por Bruno Bunjak y mezclado y masterizado por Sebastián Barrionuevo (guitarrista de AVERNAL, FIN DU MONDE, THE KILLING, entre otras) en FDM Studios y editado independientemente con bastante esfuerzo personal.
Es así que después de varios años tocando en la escena local, PULPO NEGRO plasma finalmente su sonido en esta primera producción en la que cuenta además con la participación especial del genio de Pato Larralde (SAURON, LOS ANTIGUOS) en la canción “Las Entrañas de lo Vedado”, introducción que le da arranque a esta placa junto a seis temas más que superan levemente en su totalidad los treinta minutos. También es menester destacar, que la edición ha sido realizada en un formato bastante sencillo, sin muchos artilugios, aunque si han prestado atención en el arte de tapa, logrando plasmar una linda idea a través de alguna punta que tiró su cantante y que luego plasmó gráficamente Martín Teixeira (bajo y voz de INNERTE).
Pero bueno, dichas estás cosas, podemos decir y volver a repetir que PULPO NEGRO se muestra lisa y llanamente como una banda de metal pesado, pero pesado del bueno, no hay mucha vuelta que darle. En este sentido, voy a re-citar algo que dije hace no mucho como para darle continuidad a esta reseña: “hay algo que tiene este quinteto que seduce en su propuesta, ya que si bien todos ellos son metaleros como cualquiera de nosotros, tienen musicalmente la capacidad de poder transmitir esos sonidos y representarlos fusionando muchos estilos, sin caer en uno en concreto. Con lo cual a mi entender no tienen un rótulo como banda, o mejor dicho, vas a estar equivocado si los señalas como stoner, groove, heavy, thrash o lo que fuere, ya que dejan olfatear en su propuesta un poco de todo, redundado finalmente en lo que más nos gusta, el puto heavy metal.”
La banda es uniforme por completo, y es a través de canciones como “Pantano”, “Cosechando tormentas” y “Demonios” verificarás algo de todo esto que cuento. Tampoco esperes una banda de virtuosos, no es lo que les interesa y se muestran a su manera todos por igual. No se puede percibir como en otros discos cuando uno escucha el virtuosismo de un músico por sobre encima del resto, no, para nada, van al frente y esa termina siendo su premisa. Hay una fisionomía de banda que respetan y el olor que dejan en la cocina de metal termina pareciéndose al mejor guiso que tu abuela jamás haya hecho. Musicalmente, se presentan con dos violas, la de Damián Masulli y Pablo Krause, y a estos los acompañan Max Jones (voz), Sebastián Persec (bajo) y Pablo Iacovone en batería.
No vamos a decir tampoco que no les encontramos parecido a nada, no, les mentiría, de hecho entiendo que cualquiera de sus integrantes cuando lean esto y vean que quién redacta les ve mucho parentesco con bandas como DOWN, entre otras, algo de orgullo les dará, ya que al fin y al cabo entiendo que uno cuando arma un equipo musical en algún momento piensa… “el día de mañana me gustaría sonar como tal”. Así que, si fue así, mal no les fue. En este contexto surgen canciones como “Nómade”, la cual baja algún cambio y los muestra con otra densidad. Bajo este contexto debo decir que también les queda bien esa cuota musical cargada de toques estilizados por un wah-wah incesante, un bajo con distorsión (o con algún sonido afín) y un redoblante crudo. Cabe acotar que si bien él es disco es corto de temas, la mayoría de las canciones superan con holgura los cuatro/cinco minutos; eso tampoco está mal, no aburren. “Predicador” y “Hordas” ejemplifican mi relato.
Y si bien lo dije hace poco, lo vuelvo a repetir: me da la sensación de que PULPO es una banda que va a seguir sorprendiendo y no se van a quedar en un molde, enfrascados. Al contrario, me la juego que de acá en adelante cada material que compongan difícilmente tengan parentesco entre sí, a pesar de que en una estética puedan convenir. Los invito a digerirlos, al fin y al cabo podemos decir que ya forman parte de las bandas emergentes de nuestro país y con su “Arte” creo que se han ganado un lugar. Dales una chance.
Contacto con la banda acá.
Texto: Hernán Mazón
Agradecemos a la banda por la facilitación del material.
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