Hay bandas que seguramente nunca hubiésemos pensado que pisen nuestro bendito país. Bueno, una de ellas es DEAFHEAVEN, banda de origen estadounidense practicante de toda esa rara combinación que surgen de géneros extremos, para que en definitiva los rotulemos como una banda de black metal moderno, post black metal si querés y blackgaze también (es black metal combinado con shoegaze). Todo raro, sí, pero ¿es rock?: Si claro que si, pero también es post. ¿Y saben qué? Estuvo genial que hayan venido a visitarnos ya que de acuerdo todas las bandas que vine viendo en lo que va del año, tranquilamente lo podría poner al presente en mi podio personal de los mejores shows del año. Y no creo exagerar, como tampoco creo que la llamativa cantidad de los presentes que acompañaron a la banda discrepen de esto que digo; y si encima sumamos la arriesgada apuesta de los productores locales, terminé entendiendo que mancomunadamente entre unos y otros colaboraron con ellos para que puedan recorrer parte de este hemisferio.
En este sentido y de acuerdo a palabras por ellos mismos reflejadas arriba del escenario, tampoco la tuvieron sencilla durante el itinerario, ya que al parecer previo a su llegada a Buenos Aires, los instrumentos de los músicos se extraviaron por algún recinto aeroportuario. Por suerte pudieron ser rescatados para que disfrutemos del un gran show, no es broma. Como tampoco es broma que fue mucha gente a verlos, cuestión que me llamó poderosamente la atención dado que no lo esperaba. Tampoco es que rebalsaba de gente como la vez pasada con NAPALM DEATH, pero había mucha. Como antesala del show que dieron los californianos serían BHUTAN y TAN FRÍO EL VERANO los encargados de abrir la noche, quienes a fuerza de sonidos traídos del más allá, relajaron a los presentes con sus técnicas poco convencionales para dejarlos a merced del quinteto extremo principal.
Y serían justamente ellos el banquete de la noche y en todo sentido. Y cuando digo en todo me refiero también a partes que fueron soberanamente claves, como por ejemplo el sonido. El mismo nunca titubeó, al contrario, fue claro y conciso, como debería ser en la mayoría de los shows, cosa que no sucede a modo uniforme. El volumen fue el adecuado y se escuchaba todo prolijito. Sí, créelo. De hecho me llamó poderosamente la atención de hasta como se escuchaba con claridad la campana del ride liderado por Daniel Tracy, entre otras cosas. Dicho sea de paso, si una banda como DEAFHEAVEN sonara mal a la salida seguramente te vería en la boletaría pidiendo que te devuelvan la guita, pero por suerte nada de eso sucedió y creo que presenciamos un show súper copado.
Tampoco voy a ser tan ingenuo en no creer de que fuiste al show sin saber que temas estaban haciendo en el resto de la gira; yo ésta vez no pude con mi genio y le pegué una chusmeada al setlist, y ¿sabés qué?: fue calcado al resto de la gira Sudamericana. No sorprendieron. Tocaron de corrido su nueva y tercer adquisición discográfica “New Bermuda” (2015) para luego de un breve descanso pasar a hacer dos temas de “Sunbather” (2013); me estaría refiriendo a la homónima y a “Dream House”. Así que si bien en ese sentido no hubo muchas sorpresas, si existieron con el desempeño de la banda en vivo. También reconozco que salvo su cantante George Clarke, el resto de los músicos son medios tranquilos/pacatos y se quedan en el molde limitándose a tocar y nada más. No se visualiza nunca sobre el escenario una efusión mancomunada, pero al fin al cabo si tengo que redimirme antes la plataforma musical combinada, ésta es genial. Te clavan un puñal en la nuca y te la bajan ejemplarmente invitándote a escuchar por momentos sonidos aparentados a la filosofía de bandas como ALCEST. Loco, pero lindo y dicho sea de paso ahí está la magia y el poder de innovación técnico del grupo.
Los tipos de bases de plataformas podridas fusionadas por Kerry McCoy y Shiv Mehra (guitarras) y Stephen Lee Clark (bajo) conjugan sonidos, que seguramente, hacen referencia a que muchos de éstos músicos no están curtidos probablemente con la escena black metalera tradicional y sus sonidos clásicos, pero sí tienen la suficiente capacidad de generarlos y los terminan llevando a un estadío que pocas veces uno ha tenido la capacidad de oír. Y si me tengo que sincerar con ustedes también, debo decirles que no es una banda que conocía desde hace muchos años. Los empecé a escuchar cuando me enteré que venían y dado que justamente me agradó soberanamente la propuesta, decidí a ver algo distinto y fue por suerte lo que vi. Hombres que hablan poco y que tocan mucho, que lo hacen muy rápido y que también entienden el momento preciso para cambiar el clima.
Seguramente tanto vos como yo nos quedamos con gusto a poco ya que la hora quince se nos pasó volando. Así todo, vivimos una noche podrida, pero distinta, vivimos una noche blacker pero distinta, sentimos sonidos blacker’s pero distintos, existieron acordes y pasajes melancólicos pero distintos, vivimos momentos extremos de tensión y furia verbal, pero distintos. Eso, DEAFHEAVEN es una banda distinta y tiene con que comprobar su hipótesis. Demostraron que se puede hace black metal en un contexto moderno, bajo otro eje donde ni siquiera es necesario pintarse y ponerse cadenas sobre el lomo. Pero si hay algo que me llevo a mi casa, es que dentro de las propuestas mundiales que existen, hay muchas claramente alocadas, pero pocas llegadoras y llenadoras desde la cuestión innovacional. Terminé entiendo que ellos llegan y llenan. No sé a vos, pero a mi gustó que la cosa termine teniendo gusto a poco en materia de tiempo arriba del escenario; que vuelvan pronto, fundamentos sobran. Extrema melancolía al palo, es la que va.
Texto: Hernán Mazón
Fotografía: Maru Debiassi
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