IN FLAMES en vivo en Argentina: “Asado sin chumichurri no es asado”


ASADO SIN CHIMICHURRI NO ES ASADO

Los Suecos de IN FLAMES han sido una banda que siempre me gustó. Ustedes saben que empezaron con una propuesta más extrema y hoy rozan por momentos el new metal, así todo me gustan, como seguramente a muchos de ustedes. La cuestión es que hay mucha gente que los dejó de lado, los dejó de escuchar después del viraje musical que “evolutivamente” (tal cual ellos manifiestan) decidieron dar. Así y todo, quién les quita lo bailado, e independiente de todo esto, ocho largos años después decidieron volver a la Argentina. El lugar que los acobijaría (por pedido de ellos) sería el Teatro Vorterix y si bien no lo llenaron bajo ningún punto de vista, se encargaron de cargar en buen modo la planta baja del recinto. Como siempre y vaya a saber porque cuerno, la planta alta habilitada únicamente para los VIP’s¿? Bueno, siempre lo mismo, nunca un aire prendido y birra berreta, aparte de cara.

Y a decir verdad, no fue un show malo, para nada, estuvo bueno, pero si hay algo que fue moneda corriente en el trascurso del evento: la falta de “power” en el sonido de la banda y lo poco que salió al frente durante todo el show la voz de Anders, que no sé si canta en vivo para adentro o que cosa, pero nunca tuvo lo que tiene que tener una voz en vivo. Algún amigo me contaba que la vez pasada cuando vinieron (2009), pasó exactamente lo mismo, lo que sin querer pensar de que la banda siempre suena así, me quedaré con ganas para la próxima de darles otra oportunidad. Realmente debo decirles que mí expectativa era muy alta por este show, de hecho era uno de los que más esperé en el año desde su anuncio, por eso, justamente, esperaba más.

Seguramente más de algún acérrimo fan dirá: “este pibe está completamente loco!”, puede ser (risas), pero tratando de ser lo más objetivo posible fue un show de seis/siete puntos, mal a quién le pese. Ojo, también soy consciente de que la banda tuvo la mejor onda grupal e individual, la gente estaba como loca y lo disfrutaron, yo también, pero como que le faltó chimichurri al asado, algo así como lo que destaco de título esta vez. La banda, como mencioné, entregó todo y recorrieron gran parte de su historia, algún que otro álbum lógicamente quedó afuera, pero al menos seis canciones del nuevo disco tocaron. También hicieron tiempo y revivieron parte de los más viejo llegando a hacer algo de “The Jester Race” (Moonshield y The Jester’s dance), “Clayman” (Only for the weak) y “Reroute To Remain” (Drifter y Trigger).

Por otro lado, me queda más que claro que la banda son ellos tres: Anders, Björn y Niclas. Los otros dos muchachos, en la batería y el bajo, no son para nada una cosa de locos… ni lo que hacen, ni lo que tocan y si bien con el ímpetu que Fridén le pone la banda, si lo juntás con el batero parecen un dúo en vivo del mercado yankee bastante emparentados con bandas del palo a lo AVENGED SEVENFOLD, por nombrar alguna que se me viene a la cabeza. Me encantó por otro lado como eligieron los temas y como los conjugaron entre viejos y nuevos para que durante el mientras tanto su frontman converse cada tanto con la gente y agradezca en más de una oportunidad los lindos cánticos que llegaban hacia ellos. Se detuvo atentamente, miraba, escuchaba, dejaba que canten y se quedaba sin palabras. Se gritaba y lindo, más de lo que salía su voz, eso seguro!

Lógicamente se comieron más de un “Olé, Olé” y bien merecido lo tuvieron, así y todo, insisto, algo de pimienta siempre les faltó. Existieron momentos para enmarcar, como los de la ejecución de “Take this life”, “Only for the weak”, “Here until forever” y “Deliver us” (los temas gancheros en vivo re garpan). Claro me queda también lo que es la figura de Björn dentro del seno de la banda desde el eje musical, ya sé, no descubro nada, pero es el que conduce musicalmente la historia y es el que está pendiente de que no existan fallas, y cuando éstas existen (como existieron) pone definitivamente cara de pocos amigos.

Así que amigos, vivimos una linda noche, pero de esas que dejan sabor a poco. No sé si es este sistemita que usan todas las bandas hoy en día del “in ear” o qué cuerno, pero definitivamente no sonaban como ellos se escuchaban por la cucarachita seguramente. Durante un poco más de una hora y media, con un show que no arrancó a la hora pactada, disfrutamos de una noche piola pero que potencialmente de antemano pintaba para más. Me encanta IN FLAMES, me siento un fan de su etapa pasada y de la actual y si bien somos pocos los que bancamos ambas paradas, en la noche que pasó por el barrio de Colegiales, aunque me duela, no siento estuvieron a pleno. Esperamos muchachos la próxima vez esa contundencia con la que suenan en los discos o bien como lo hacen en cualquier show que la banda pueda dar justamente no en nuestro país. Chimi tienen, la próxima pónganlo sobre la mesa, le va a dar un sabor especial a lo que hagan.

Texto: Hernán Mazón

Fotografía: Maru Debiassi 

Agradecemos a Gaby Sisti por la acreditación al evento.

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