APOCALYPTICA en vivo en Comodoro Rivadavia: “APOCALYPTICA y su armagedón sinfónico arrasaron Comodoro”


APOCALYPTICA y su armagedón sinfónico arrasaron Comodoro

En medio de la gira por el 20° aniversario de su álbum debut “Plays Metallica by Four Cellos”, la banda de Finlandia se presentó en la tierra de los vientos para despilfarrar toda su majestuosidad y adrenalina ante un público que terminó enardecido y cantando a viva voz. Fue un show impecable, donde cada gema de los reyes del thrash metal tuvo vida propia en versiones únicas.

Al igual que ocurrió con TARJA TURUNEN en 2015, el domingo 3 de diciembre Comodoro Rivadavia recibió la visita de otros indiscutibles embajadores del metal de Finlandia, APOCALYPTICA, y en el mismo escenario de un Teatro María Auxiliadora repleto. En medio de su gira latinoamericana, que también incluyó a Costa Rica, Colombia, Brasil, Uruguay y Chile, los “cuatro jinetes” del metal sinfónico pasaron por Argentina celebrando los 20 años de su álbum debut, el que los disparó al mundo: “Plays Metallica by Four Cellos”.

Y en el sur del mundo, llegaron por primera vez a Rosario, Córdoba, Neuquén y al punto más austral de su periplo, Comodoro (Chubut), para luego despedirse del público argentino en el Teatro Coliseo de Capital Federal. APOCALYPTICA se presenta en esta gira con una formación especial que, en definitiva, es su formato original: cuatro violonchelos. En su formación oficial, los nórdicos tienen al estadounidense Franky Pérez como cantante, quien se sumó al baterista Mikko Sirén en su renovación. Ellos se acoplaron a los tres chelistas que encabezan hoy APOCALYPTICA: el cerebro de la máquina Eicca Toppinen, Paavo Lötjönen (miembros fundadores) y Perttu Kivilaakso. Para esta ocasión retornó uno de los integrantes originales, Antero Manninen (quien dejó la banda junto a Max Lilja), y prescindieron del cantante por tratarse de un set netamente instrumental.

Delicadeza y Adrenalina

Apenas unos minutos pasados de las 21:00 (el horario pautado), entre el murmullo y un ambiente casi sin luces, el cuarteto de cuerdas hizo suyo el escenario y la ovación explotó en el “María Auxiliadora”. Sin dar tiempo a que los gritos y los aplausos terminaran, arrancó “Enter Sandman” para extender esa calurosa bienvenida. La trilogía inicial se completó con “Master of Puppets” y “Harvester of Sorrow”.

Al grito de “¡Comodoro Rivadavia!”, Eicca Toppinen desató otra ovación. Luego manifestó su sorpresa por tamaño recibimiento y lo agradeció. El líder y Perttu Kivilaakso, los rubios pelilargos en el medio del escenario, fueron los encargados de dirigirse al público, siempre en inglés, con guiños cómplices hacia sus laderos de pelo corto Antero Manninen (el serio de la noche, al menos en el acting) y Paavo Lötjönen (arengando siempre a la gente).

La primera parte del espectáculo se centró exclusivamente en la obra “Plays Metallica…”, a puro violonchelo, del primero al octavo tema y en orden correlativo. Así, pasaron “The Unforgiven”, “Sad But True”, “Creeping Death”, “Wherever I May Roam” y “Welcome Home (Sanitarium)”, cada uno con su clima y personalidad, mechados con comentarios de Toppinen, quien bromeó sobre la seriedad de Manninen, logrando sacarle media sonrisa tras esos lentes oscuros.

Con “Creeping…” el público comenzó a soltarse, aprovechando el juego que propuso la banda tal cual lo hace METALLICA, a la hora de vociferar “¡Die!” varias veces antes de continuar con el tema. Llegó el descanso anunciado en inglés por Eicca, quien antes de dejar el escenario dijo “cinco” en castellano. Y pasados esos cinco minutos volvieron los Finlandeses con el integrante que faltaba, el baterista Mikko Sirén. Luego de deleitarnos con la bella “Fade to Black”, los Finlandeses arremetieron con “For Whom The Bell Tolls” y los asistentes comenzaron a pararse de a uno, hasta que todo el teatro estuvo de pie para corear a más no poder.

Lo mágico de este segundo segmento del show, fueron las versiones inéditas de los clásicos de la banda Californiana. La batería fue el condimento exacto para hacer detonar todo. Los solos alternados entre Eicca con su wah-wah y Perttu, junto a las bases demoledoras de Antero y Paavo reforzadas con los parches de Mikko (quien sumó una batería electrónica en algunos temas), marcaron a fuego una noche que superó las expectativas, y hay que aclarar que las expectativas no eran bajas.

La salvaje “Fight Fire With Fire”, la épica e introspectiva “Orion”, la rompecuellos “Battery” y el eterno himno “Seek & Destroy” (donde se coló algo de “Thunderstruck”, de AC/DC, un giño en homenaje al recientemente fallecido Malcom Young) dejaron a todos sedientos de más, con la adrenalina a flor de piel. Los muchachos se despidieron de un público que no paró de ovacionarlos mientras se preparaban para el segundo y último bis. Volvieron con “Nothing Else Matters”, para bajar los decibeles, y llegó el último tema, el sublime “One”, precedido por un mensaje de paz que invitaba a todos a cuidar uno del otro.

Así se despidió APOCALYPTICA de Comodoro Rivadavia, con una performance magistral, no sólo en lo que respecta a la calidad musical y de sonido, sumados a una iluminación que acompañó a la perfección, sino también a la actitud, a la entrega, a esos dos molinos de cabelleras que cada tanto se dispararon coreográficamente y que generaron locura en la gente. Se fueron con la promesa de volver, ante un teatro que los ovacionó de pie y que vivió una velada, realmente, única. En medio del recital, Eicca avisó que estaban filmando. Tal vez más adelante pueda revivirse lo que estos “cuatro jinetes” sinfónicos generaron en el punto más austral de su gira, la tierra de los vientos, donde cada apocalipsis suele mutar en melodía.

Texto: Lorenzo Martins

Fotografía: Aylén Martins

Agradecemos a Arriba el telón Argentina por la acreditación al evento.

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