Las claras bases de los que emergen
Argentina es un país con sendos antecedentes en materia de festivales metaleros. Muchos de ellos armados con bandas relevantes y otros como este, estructurado con tres especímenes en crecimiento parejo y constante. La diversidad musical quedó evidenciada en este encuentro a flor de piel y finalizado el mismo puedo dar fe de que fue una gran apuesta, así que cuando tengamos que referenciar a algún productor que se le haya jugado por algo definitivamente distinto hagamos lugar a éste, independientemente de que tan bien o tan mal económicamente le haya ido. Gente fue poca, pero poco importó ya que lo que las bandas dejaron arriba del escenario como el sonido que sentimos de cada una de ellas fue excelente, siendo esto una especie de puntapié para repartir en materia de detalles cuando de géneros hablamos. La previa no era la mejor en cuestiones climáticas, ya que en Buenos Aires el cielo se estaba cayendo a pedazos, así que si redoblamos la apuesta, más lo vale aún. Tres bandas en un muy buen momento, más que súper buen el precio de la entrada y una performance pareja, serían algunas de las claves de lo que tengo para detallarles a continuación.
La historia arrancaría un poco más tarde de lo programado y serían los Suecos de DEAD LORD quienes alrededor de las 20.45 hs. harían de las suyas. Y mirá… si hablamos de apertura soñada y digna, la de ellos la fue. Emparentados enormemente con la figura de THIN LIZZY sobre sus espaldas llevaron el setlist hacia momentos culmines con un desarrollo equilibrado en todo lo mostrado. DL es una banda que no solo tiene onda, sino que suenan y dejan muchos más sabores en vivo que en estudio o al menos eso sentí. Escuché sus tres discos en su momento (lógicamente previo al show también) y si bien siempre me parecieron demasiados emparentados con los mencionados muchachos Irlandeses, en vivo garpan… Un montón! Terminan oficiando hasta como una especie de reencarnación de llos. La onda de su cantante, Hakim, es mortal. El morocho las tiene todas, hasta el color de piel de Lynott ¿Qué más querés no? Posta que le metieron onda y tocaron un poquito de cada placa, y el mencionado recurrió en muchos pasajes al trabajo de violas gemelas buscando a Olle, su compañero de cuerdas, quién más adelante se animó a cantar alguna canción de la banda de la cual es definitivamente fan.
Algún que otro malabarismo arriba del bombo por parte de su cantante y mucho rock, siempre mucho rock. Fue su premisa y siempre estuvo bien. El show no tuvo puntos altos en si, sino que fue moneda corriente que las cosas funcionen bien, por sobre todo con el sonido que sin necesitar ser estridente, existió la capacidad de sonar muy bien a un volumen adecuado. Canciones como “Don’t Give a Damn”, “Onkalo” o bien “Kill Them All” se terminaron transformando en una especie de termostato de lo que te cuento. De hecho, debo decirte sincerarme que daba mucho menos de ellos, así que me taparon bien la boca. Para colmo de males se les ocurrió meter un par de medley’s entre medio de sus canciones propias ejecutando covers de KISS y de JUDAS PRIEST, las elegidas: “Detroit Rock City” y “Breaking The Law”, como para que falle viste (¿?). El brazo con en tatuaje de “Defenders Of The Faith” de Olle todo lo dijo… Y eso que no la tenían fácil ya que después se venían los extremos BÖLZER y los coterráneos TRIBULATION. Debo decir y concluir que no sólo fueron una gran apertura sino que se llevaron a más de uno puesto en el bolsillo.
Posteriormente y alrededor de las 22.10 hs. sería BÖLZER quienes llegarían a escena por segunda vez a nuestra tierra y fieles a la mala onda previa (donde no quisieron responder nuestra entrevista) arrancarían el show también con mala onda. Lo que parecía ser en la previa su cantante y guitarrista un pajarito muerto en el puesto de merchandising de ellos manejado por él mismo antes de que arranque el show, se convirtió en una especie de un muchacho alienado importante. Un tema duró con las luces en la cara para que a posterior se dirija de manera muy poco amable con el iluminador y le diga en más de una oportunidad le apague las mismas. Aparentemente no entendió el mensaje el muchacho desde la consola y KzR entró en cólera. Dejó su guitarra en el piso y hasta que no se las apagaron no arrancó. Así y todo la historia no terminó acá, ya que después siguió pidiendo que al menos las luces del fondo se muevan, pero bueno, así arrancamos. Fueron definitivamente la contracara de DL, es más, hasta empañando algo de lo ya vivido en la antesala.
Y a decir verdad y yendo a la faceta musical debo reconocer que lo que hacen no sólo no me gusta sino que me parece re loco. Una viola de diez cuerdas, una voz y una batería, solo dos integrantes. Eso es todo lo que buscaron necesitar para fabricar un black metal no tradicional y llevarse puesto todo. Resulta increíble pero llenan todos los espacios del escenario y si bien la historia es siempre ir al frente, poco me sedujo lo escuchado. Debo reconocer lo meritorio de su originalidad, pero ahí nomas me quedo. No es una banda que haya disfrutado, aunque varios de los presentes si lo hayan hecho, cuestión que respeto profundamente. No me caben las posturas violentas arriba del escenario, como así tampoco la falta de comunicación y de cordialidad con los presentes. Fue palo y a la Bölsa… al menos en el puestito de ventas parece que le fue bien. That’s all!
Ya pasada la hora pactada llegaría finalmente el turno de los emergentes y en pleno crecimiento de TRIBULATION. Y la verdad que quieren que les diga, me dejaron sin palabras. Vivimos uno de los shows del año sin lugar a dudas. Los Suecos son esa clase de bandas que todo lo tienen, definitivamente, por lejos. Su último álbum “Down Below” es un disco mágico, único, de un nivel de otro planeta y el mismo los ha posicionado en otro lugar con respecto a sus discos predecesores. En vivo me lo dejaron en claro. Al igual que sus compañeros de tierra de DL, pisaron por primera vez nuestro país y poco importó todo, si había poca o mucha gente o lo que fuere. Los tipos dan un espectáculo genial. Hermoso, sobre-dimensionado. Tienen todo para estar donde están. Vestuario, maquillaje, onda y criterio a la hora de componer, los cuales arraigados en una base de beta black, traen consigo una cuota gótica, oscura y melancólica con sus sonidos nunca escuchada, y ahí es donde garpan. me hubiera encantado invitarte a que escuches canciones como “Lady Death”, “Melancholia”, “The World”, “The Lament”, “Winds” o bien como fue el cierre con “When The Sky Is Black With Devils”.
En vivo son una aplanadora y a diferencia de los anteriores mencionados, todo lo que te pueden seducir al escuchar un disco lo terminan refrendando con un gran show en vivo. Son una máquina y como banda te hacen transitar en tu paladar por distintos sabores, de los cuales si estás familiarizado genéricamente con en metal desde hace años, ellos hacen de que con su estilo todo sea más que ameno. Son oscuros, aguerridos, originales, poseen una muy buena estructura de intros y estribillos y no se comen ninguna. Ojo, tampoco es que no hay nada premeditado. Todo lo que hacen está estudiado y desde la producción que poseen individualmente, te la tiran por la cabeza como banda. Podés respirar en su estructura reminiscencias de varias bandas, pero de una impronta única y mucha personalidad, cuestión que a muchas hoy en día les falta.
Hulten, su guitarrista, es una de las armas letales que poseen arriba del escenario, un personaje que no deja nunca de enfrentar una y otra vez al público con sus maquillajes simulando una especie de drag queen, y con sus movimientos constantes se abalanza una y otra vez hacia el público, enfrentándolos con su mirada y gestos a los hombres (fundamentalmente) del recinto. Nunca dejan de llamar la atención sus movimientos venidos de las danzas contemporáneas¿?, transformándose arriba del escenario en una especie de serpiente y con cada deslizamiento que ejecuta al ras del piso no hace más que intentar transmitir todo lo que su guitarra va diciendo casi pegada al cuerpo. Un lujo, no solo de músico, sino que de actor y en este contexto la combinación con sus compañeros de banda fue alucinante. Vivimos una especie de obra teatral musical.
No se pierden pisada en ningún momento y lo que un músico va haciendo arriba del escenario el otro lo retruca a más no poder. Una batería desde el fondo ejecutada por los golpes de secos, ríspidos y contundentes de Oscar no hace más que darse abrazos con el bajo y la voz seca y más que contundente y armoniosa base de Johannes. Lo loco, es que tampoco se basaron en la nueva placa y llamativamente arrancaron el show fundamentalmente con canciones de los discos más viejos, aunque si cerrando y entremezclando la historia con lo más nuevo. No hicieron ningún tema del primer disco, pero si se dedicaron a repasar los otros tres. Gran trabajo del conjunto, mucha melodía lograda por sobre todo en la viola de Adam, pero con la suficiente capacidad de mimetizarse en más que linda medida con Jonathan y hasta por momentos a dúo dejar a la banda bien arriba.
La verdad que nunca pensé que podrían llegar a la Argentina y si lo hacían, este no sería el momento y si bien está más que claro que la prensa mundial los tiene más que bien catalogados, superaron en vivo cualquier video de YouTube que pudiera haber visto previamente para saciar mi sed. Ojalá vuelvan pronto y si no fuiste, arrepentite, te perdiste un show de la ostia. Después nos quejamos cuando las bandas no vienen, pero al momento de apoyar a aquellas que realmente valen la pena y que quizás gozan de su mejor momento, no todos van. Apelo a tu digestión, y si no me equivoco en un tiempito más TRIBULATION estará encabezando como cabeza de cartel más de un festival, privilegiados nosotros que los vimos en un recinto pequeño y familiar, pueda ser que eso en algún momento de nuestras vidas ya no se repita.
Texto: Hernán Mazón
Fotografía: Martín Darksoul (Cortesía Revista Jedbangers)
Agradecemos a Hugo García de la Revista Jedbangers por la acreditación al evento.
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