Fecha: Miércoles 13 de Noviembre de 2024 | Lugar: Teatro Flores | Ciudad: C.A.B.A. | Hora: 19 hs. | Bandas invitadas: HELKER.
Una gran noche donde no había lugar para el misterio ni para la incógnita. El gran Udo Dirkschneider se presentó en el país y estaba claro qué era lo que se podía esperar de él, más aún cuando el motivo de su visita tenía el nombre de “BALLS TO THE WALL – 40th Anniversary Tour”, digamos que de movida la previa dejaba poco librado a la imaginación.
Por parte del público, todos fueron a escuchar heavy metal y a presenciar la performance de una leyenda del género. Y lo único que necesitaron para ver colmados sus deseos y expectativas fue apersonarse en el Teatro Flores, una vez cumplido ese requisito mínimo solo quedaba disfrutar.
Pero calma por favor, que antes que el germano subiera a las tablas teníamos a la gran banda invitada, y por más ganas de ver a los cabezas de cartel que hubiera, no estaba para saltarse esa previa.
Puntualmente los HELKER dieron comienzo a la jornada en general y a su presentación en particular, que arrancó con El Bien Y El Mal mostrando lo que ya sabemos de ellos: que el retorno de Matías Ochoa (cantante con el que grabaron su EP debut) en 2021, luego de la salida de Aaron Briglia, había acentuado el costado más heavy de la agrupación, en detrimento del estilo más hardrockero de su predecesor. Así las cosas, se despacharon con un buen puñado de canciones excelentes, pesadas e interpretadas con una intensidad que, si el acto principal hubiese sido otro, habría estado realmente en problemas.
Muy interesante la puesta en escena pese al poco espacio. Eso en cuanto a lo visual, en lo sonoro Lágrimas De Sangre seguida de Viento Y Fuego dejaron en claro que la banda no venía a cumplir un trámite, sino a plantarse fuerte y hacer lo suyo. Traición, Falsos Profetas mostraron por qué hoy en día son una de las mejores propuestas para ver en vivo y así hasta Redención, con la que dieron por finalizada su presentación. Se despidieron en medio de vítores y aplausos de parte del público, que ya era numeroso a esa hora.
Como en Metal Daze estamos en todo, como nadie, déjennos hacer notar un extraño detalle: en las barras no había cerveza sin alcohol. En shows anteriores tampoco se encontraba disponible esa opción. Ustedes se preguntarán qué tiene esto de extraño. Bueno, la excepción fue el show de KORPIKLAANI. Y quienes estamos al tanto de las (mono)temáticas canciones de los finlandeses, dedicadas casi exclusivamente al consumo de alcohol en todas sus variantes (y cantidades) el dato ya deja de ser algo curioso, para volverse directamente surrealista.
Pero volvamos a lo musical. Si bien era claro que los concurrentes habían disfrutado del acto apertura, se palpaba en el aire la ansiedad por las estrellas de la noche.
Las canciones durante el tiempo intermedio entre actos dieron paso al silencio… hasta que empezó a sonar Living After Midnight de y por JUDAS PRIEST, y ahí fue cuando apareció en escena el gran Udo Dirkschneider saludando a un público cuyo rango etario iba de los 30 años hasta… bah, de 30 años en adelante, enfervorizado y numeroso. No todos los días toca una leyenda cerca de tu casa, eso lo entendieron todos y por eso la buena concurrencia.
Fast As a Shark, Up To The Limit, Midnight Mover y Breaker confirmaron que el vocalista alemán sabía qué quería el público y no pensaba defraudarlo. Una tromba de heavy metal old school se había desatado y los presentes deliraban. No hubo lugar para temas nuevos ni rarezas, el tour es un homenaje a aquel trabajo que los puso en el mapa y en los oídos de todos y, junto a otras canciones de su ex banda, sonó íntegro, completo. Princess of the Dawn, Flash Rockin’ Man y Metal Heart echaron más leña al fuego.
Hubo un momento para una canción a medio tiempo, más tranquila, más cercano a una balada… pero no fue ese, porque lo que surgió a continuación fueron los primeros sones de Balls To The Wall y ahí el agite ya no tuvo ninguna contención, estallaron las voces y los corazones, fans y artistas fueron uno solo interpretando ese himno inoxidable.
Pero pese al clima infernal que se vivía, la cosa estaba aún lejos de terminar: London Leatherboys, Fight It Back y Head Over Heels atronaron. Losing More Than You’ve Ever Had, Love Child y Turn Me On… a esta altura del concierto, hay que decirlo, Udo mostró en las vocalizaciones más agudas algo de cansancio en la voz. Nada grave ni que empañara semejante fiesta que se estaba viviendo porque solo fue un detalle menor. Además, el alemán es un zorro viejo que puede haber perdido pelo, pero no mañas. Carisma a full en base a complicidad con el público, mucha comunicación, bromas, algunas palabras en español y ya tenía a todos en el bolsillo. Por otra parte, Peter Baltes en el bajo (ex bajista de ACCEPT) los guitarristas Andrey Smirnov y Dee Dammers y Sven Dirkschneider (hijo de Udo) en batería suenan ajustadísimos a la vez que muy sueltos, con mucha química entre ellos, demostrando una solvencia y capacidad técnica asombrosas.
Fue el turno de Losers and Winners, Guardian of the Night y ahí, recién en ese momento, llegó algo parecido a un poco de calma con Winter Dreams… no es una balada, pero baja un cambio, hasta ahí todo había sido furioso. Y cuando decimos hasta ahí hablamos de diecisiete canciones.
El final llegó con Burning y vaya si el título lo resume todo. Acto apertura y cabezas de cartel lograron poner fuego en sus respectivos setlists, calentar los corazones y hacer que la llama de la música pesada no se extinga.
