Un resfrío que no dejó ser
En nuestro medio aparte de cubrir shows de bandas como es en este caso, también reseñamos discos y hacemos entrevistas, entre otras tantas cosas. Bueno, eso último fue lo que desde un principio intentamos hacer con SOILWORK y nunca pudimos concretar por “x” causa. Incompatibilidades horarias entre entrevistado y entrevistador sería quizás la causa más justa, pero bueno… cosas que pasan. Y si bien desde un principio contamos con muy buena predisposición de la prensa local para que ésta nota se realice, nunca se pudo dar. Entonces dijimos, cuando vengan a Buenos Aires, le hacemos la nota en persona y eso fue lo que intentamos. ¿Y saben qué? Tampoco pudimos combinar, pero acá el motivo era otro. El motivo fue que el cantante se encontraba de reposo en el hotel mientras la banda probaba sonido ya que una enorme gripe lo tenía a mal traer. Con lo cual, ya ahí, empezamos a sospechar de que algo venía mal parido. Con este preámbulo, ni más ni menos quiero decirles que presagiábamos, o mejor dicho, “presagié”… que el show termine antes de lo previsto: Se dio! Hoy mirando atrás, siento que la verdad no estuvo para nada bueno que esto pase a pesar de que cuando hablamos de seres humanos son cosas lógicas. Así todo hay para contar varias cuestiones que dejo una noche de semana distinta en instalaciones de Uniclub.
Para colmo fuentes oficiales al show contaban que poca gente quizás se acercaría al evento, que la cosa no venía muy bien…etc. etc. y la verdad no fue así, ya que el recinto se llenó, menos, los corazones de los presentes. Los que llegaron de lejos (varios viajaron para ver a la banda) y los de cerca, se quedaron boquiabiertos cuando su cantante dijo pasado medio show algo más o menos así: “Disculpen, se me rompe el corazón en decirles esto, pero no puedo seguir cantando así, me siento realmente mal”. Y la banda literalmente dejó de tocar. Obviamente que para que esto suceda, durante el trayecto del corto show hicieron los compañeros de Bjorn Strid unas zapadas improvisadas en el sexto tema y en el décimo hasta que el cantante dijo no va más, como si tratásemos de un clásico knockout de las peleas de los sábados por tu canal amigo.
A decir verdad me dio mucha impotencia no poder hacer nada por el cantante para que siga, aunque a la vez me hizo ruido como un tipo con tanto talento y caudal voz traspolable a varios matices, no pudo hacer nada. En este sentido, de los 17/18 temas que venían realizando en el resto del tour, hicieron un poco más de la mitad (11)… y no terminaron. Tampoco es que todo fue un bajón, no, para nada, de hecho musicalmente la banda tiene dos guitarristas muy firmes y hacen un lindo ensamble, a pesar de que no rescates del sexteto una propuesta nueva y renovadora cien por ciento. Una pena también que el teclado ejecutado por Sven Karlsson nunca se escuchó; creo que hubiese sido una pata fuerte en la puesta en escena, pero esta tampoco fue. Y si pensabas que iba a venir con ellos Dirk Verbeuren (MEGADETH), esto tampoco fue así. Trajeron al jovencito Bastian Thusgaard que lo reemplazó cumpliendo, pero sin deslucir. Por otro lado y a modo marco, el sonido de la banda tampoco fue el mejor, así que amigos, una pálida tras otras.
Así todo sonaron piolas canciones como “The Ride Majestic”, “The Crestfallen” o “Death In General”, pero ya con el hecho de ver que el cantante mostraba y manifestaba gestos y ademanes que no estaba entero, te la bajaba. Seguramente ellos fueron conscientes del mal momento y entiendo que volverán en algún momento a reivindicarse como banda. Nosotros también tenemos memoria y recordaremos de lo vivido; pero saben que, en la música no hay rencores de por medio y nadie dijo nada cuando la banda se bajó del escenario -más allá de alguno que les hizo saber su desencanto exsabruptamente- antes de tiempo pidiendo las disculpas del caso. Todos entendieron lo sucedido, y entiendo que nos retiramos también todos cabeza a gachas y pensando en lo que pudo haber sido y no fue. Una pena, ya que es una banda que tiene mucho por mostrar, pero que por razones de fuerza mayor, no pudo. Un amigo me decía, “cantas death metal macho, no te podés bajar así de un escenario por una gripe”, y si, es razonable, pero cuando a mi me pagan para hacer un trabajo y estoy enfermo, no voy. Bjorn lo intentó durante casi cincuenta minutos pero no funcionó, mas aún cuando el instrumento a usar era ni más ni menos que su voz. Esperamos veinte años para que lleguen, esperaremos la próxima, y de ser así, que sea con vale cuatro y falta de envido de por medio.
Texto: Hernán Mazón
Fotografía: Maru Debiassi
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