WHITESNAKE en vivo en ARGENTINA: “Y dale, y dale, y dale Cover-Dale…”


Y Dale… Y Dale… Y Dale Cover-Dale…

Y Dale Cover-Dale… Difícil no subirme al para-avalancha y entonar el mersa pero sentido cantito que escuché allá por 1997, cuando un morocho COVERDALE decía que la blanca serpiente dejaba de existir. Por suerte aquella premonición solo fue un lapsus en la mente del ex DEEP PURPLE, que pronto volvió a las andadas. En una nueva visita, este señor desembarcó con 64 años, con una banda que no hace ni sombra a las estrellas que adornaron su otrora firmamento, con poca voz, pero con la mochila llena de éxitos.

Por eso, sin duda te grito Y Dale Cover-Dale… Porque una vez que terminó de girar “My Generation” de los WHO, la salida de DAVID COVERDALE y compañía me hicieron olvidar del paupérrimo soporte que fueron los COVERHEADS. Todo bien cuando vas a la Glam-Nation Party y mientras degustás un fernet te tocan gemitas ochenteras. El Malvinas les quedó grande y los silbidos de algunos impacientes no fueron injustos. Igual, por sentimiento tienen el crédito abierto. Les daré pronto la revancha.

Y Dale Cover-Dale… Porque sin intros pomposas ni pretensiosas, empezó a sonar “Bad Boys” y la fiesta se desató en un estadio que pocas veces vi tan lleno. No de casualidad el tour se llama The Greatest Hits. Hay una banda con éxitos para tirar al techo, y el setlist lo firma y sella. Siempre algo te queda afuera, obvio. Sobre todo cuando olfateás que quizás se ponga en juego alguna cuestión de capacidad vocal o simplemente gusto. Tuvimos las baladas tan caras a David como son “Is This Love” y “Here I Go Again”, y la gloria hecha hard-rock que son “Fool for your loving” y “Love Ain’t No Stranger”, entre otros. Mención especial para esa maravilla que es “Ain’t No Love in the Heart of the City”, transformada excelentemente en “Judgement Day”.

Y Dale Cover-Dale… Porque como te decía antes, no es fácil igualar un Dream-Team como el que pasó por este equipo. Cozy Powell, Jon Lord, Ian Paice, John Sykes, Rudy Zarzo y tantos más. Músicos de bandas como DEEP PURPLE, RAINBOW, THIN LIZZY u OZZY para darte una idea. Pero ojo, Tommy Aldridge sigue demostrando que merece un lugar en el podio de los bateristas, amén de ser el único con verdaderos kilates para empardar a sus antecesores. Sin el violero Doug Aldritch, el ex DOKKEN Reb Beach (el guitarrista morocho, para más datos) queda como el “ladero fiel” de Coverdale, como fueron en otra época la dupla Moody/Marsden, Steve Vai o Adrian Vandenberg. El resto de la banda cumple: un guitarrista acorde a la imagen y el sonido que se requiere, más un bajista que más que tocar se dedica a apuntalar vocalmente la castigada voz líder.

Y Dale Cover-Dale… Porque justamente a pesar de tener una garganta que atestigua mucho castigo y traspiés, el show no se resiente. Googleen la historia de la banda, más de una vez debió parar por problemas vocales del cantante. De todos modos lo vi mejorado respecto a la última visita, quizás por el set estuvo compuesto en su mayoría por la etapa más “comercial” de WHITESNAKE. Pero el hombre suple rango vocal con onda, agudos con feeling y caudal con ése hermoso caradurismo de quien se sabe parte de la historia del rock.

Y Dale Cover-Dale… Porque soy capaz de ganarme el odio de muchos diciendo que hasta aquí fue el show del año. Y lo digo especialmente por los que se maravillan con Mega-Festivales de bandas que escupen fueguito y vuelan con alitas de utilería. Odienme, pero yo me maravillo con temas que son más viejos que la mayoría de los que hicieron temblar el Malvinas. Con un señor que superó la sextena de años pero tiene un sex-appeal que moja por docena, generando envidia a más de uno. Por la capacidad de tirarte casi 40 años de puro rock n´roll por cabeza sin mosquearse.  Fueron 15 temas nomás, pero que me dejaron tan pipón como el choripán de la esquina del estadio (deberían ponerle el nombre de una tribuna a ése parrillero, media pila).

Y Dale Cover-Dale… Y me tomo a título personal esta última razón. Porque a pesar que Coverdale me canta una y otra vez sobre amores fallidos y demáses yerbas tan usuales en el imaginario hardrockero, fueron 90 minutos donde me olvidé de todo. Por eso hoy no encontraron palabras rebuscadas ni metáforas retorcidas en mi crónica. No porque no sienta las ganas de exponerlas, sino porque WHITESNAKE me regaló un viernes tan glorioso como hace apenas semanas pasé con una propuesta tan distinta como KATATONIA. Fue disfrute y gozo, traducido en estas palabras que no necesitan eufemismos ni metáforas para expresar la micro-felicidad que me dejó ese viernes por la noche. Y encima de todo, sabía que en casa me esperaba un precioso Branca sin abrir.

Por todo esto sí, me subo al para-avalancha y te grito cual barrabrava del hard-rock: Y Dale… Y Dale… Y Dale Cover-Dale!!!!

Texto: Rodrigo San Miguel

Fotos: Kari Parodi 

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