Año: 2022 | País: Gran Bretaña | Género: Metal Progresivo | Sello: Nuclear Blast | Puntaje: ♠♠♠♠♠♠♠♠ (8/10)
Tratando de encontrar al público objetivo de este nuevo trabajo de los británicos THRESHOLD, podríamos consultar: ¿te gusta que cierta complejidad en la música la haga menos previsible? ¿Delirás con un buen disco de rock/hard/metal progresivo? ¿Sos fan de, por ejemplo, DREAM THEATER? ¿te gusta DREAM THEATER pero a veces te son medio densos los largos pasajes instrumentales?… En fin, más allá de estilos ¿Estás con ganas de oír un álbum que encienda la mecha de tu humedecido interés?
Si la respuesta a todas o algunas de estas preguntas es un rotundo sí, estimado lector, pasá sin dilaciones a enterarte de por qué eso que buscás es “Dividing lines”:
Este es el 12vo lanzamiento de los británicos THRESHOLD y cuenta con los elementos corrientes del metal progresivo: una base sólida y muy dinámica, guitarras de distorsión/saturación sofisticada sin dejar de lado momentos más agresivos, teclados potentes y una muy buena y expresiva voz, por lo general limpia. Entonces ¿qué hace a esta decena de canciones algo de escucha obligada? Composiciones inspiradas, con la complejidad propia del género pero sin apabullar, absolutamente accesibles al oído e interpretadas por una banda intensa en los pasajes más fuertes, en los calmos, en los tiempos medios… siempre interesantes, todo esto bajo una producción impecable.
La apertura con “Haunted” es la mejor carta de presentación. La sección de batería y bajo, integrada por Johanne James y Steve Anderson respectivamente, redondea una performance brillante dando el soporte justo al resto de la banda, haciendo gala de virtuosismo pero siempre en su rol de base; la guitarra de Karl Groom y los teclados de Richard West (quien también se encarga de las segundas voces y coros) son los responsables de llevar adelante las melodías, armonías, riffs y fraseos principales, trabajando al unísono o complementándose, además de elaborar sus solos con un tino y buen gusto destacables; finalmente, la voz de Glynn Morgan clara, potente, melódica, emotiva y aguerrida hacen de esta una canción que lo tiene todo.
Lo anteriormente dicho se puede aplicar al resto del álbum: “Hall of echoes” (con un estribillo complejo y melódicamente demoledor), “Let it burn” (donde West hace coros con growling); “Silenced”, canción en la que Morgan alterna pasajes de voz limpia con otros usando el efecto Vocoder (el que suele usar Paul Masvidal en CYNIC), y así hasta completar la decena de temas.
Un dato no menor es que cada uno de los tracks está entre los 4 y 7 minutos, bastante directos y concretos si pensamos que el estilo a veces demanda un minutaje mayor. Esto es así con excepción de “The domino effect” y “Defence condition”, cuyos 11 (muy llevaderos) minutos cada uno delatan composiciones más complejas.
En resumen, un lanzamiento sustancioso, muy disfrutable y poderoso, que inclusive crece con las sucesivas escuchas.
Tracklist:
1 – Haunted (5’05”)
2 – Hall Of Echoes (6’17”)
3 – Let It Burn (6’49”)
4 – Silenced (4’36”)
5 – The Domino Effect (11’03”)
6 – Complex (5’49”)
7 – King Of Nothing (5’07”)
8 – Lost Along The Way (5’20”)
9 – Run (3’59”)
10 – Defence Condition (10’42”)