COVENANT en vivo en Argentina: El más allá del black metal


Fecha: Domingo 31 de agosto, 2025 | Hora: 20 hs. | Ciudad: C.A.B.A. | Lugar: El Teatrito | Bandas invitadas: MATAN S.A.

El camino de THE KOVENANT hacia su primera presentación en Buenos Aires no fue lineal, sino una historia de reinvenciones. Nacidos en los noventa bajo el nombre COVENANT (y reivindicando ese nombre en esta gira) pronto se vieron obligados a cambiarlo tras un conflicto legal con una banda sueca de electrónica y otra agrupación holandesa de heavy metal que ya usaban esa denominación. La solución fue drástica y simbólica: rebautizarse como THE KOVENANT, reemplazando la “C” por la “K”, marcando así un quiebre artístico y evitando futuras confusiones.

Ese cambio coincidió con un salto musical decisivo: en Nexus Polaris (1998) alcanzaron la cima del black metal sinfónico gracias a una formación estelar. Además de Nagash y Blackheart, se sumaron músicos de peso en la escena: Astennu (guitarrista también en DIMMU BORGIR), Sverd (tecladista de ARCTURUS), Sarah Jezebel Deva (voz femenina ligada a CRADLE OF FILTH, THERION y numerosos proyectos) y Hellhammer (baterista icónico de MAYHEM). Ese cruce de talentos convirtió a Nexus Polaris en un clásico instantáneo del género y una influencia crucial para cientos bandas que encarnaron la vertiente más experimental del estilo.

En 1999, la banda sorprendió con Animatronic, un giro hacia el metal industrial y gótico, acompañado de nuevos nombres artísticos: Nagash pasó a ser Lex Icon, Blackheart adoptó Psy Coma, y Hellhammer se renombró Von Blomberg. Este cambio les valió un Grammy noruego, y la incorporación de Angel reforzó su propuesta en vivo, especialmente durante la gira por Estados Unidos. Posteriormente regrabaron In Times Before the Light, aunque el lanzamiento se concretó mediante Hammerheart Records, junto con la reedición de Nexus Polaris en 2002.

Este año con el tour mundial ya iniciado, la banda anunció la expulsión de Astennu debido a problemas de conducta que afectaban tanto las giras como la convivencia interna. En su lugar ingresó Charles Hedger, “Ghul”, guitarrista de MAYHEM, marcando un nuevo capítulo más estable y creativo. De esta manera la formación actual, que desembarcó en Buenos Aires, estuvo compuesta por: Lex Icon (voz y bajo), Ghul (guitarra), Psy Coma (guitarra y sintetizadores), Sverd (teclados), Hellhammer (batería) y Sarah Jezebel Deva (voz femenina) en lo que fue una cita obligada para quienes gustan de la vertiente más avant-garde del black metal.

Nexus Polaris de punta a punta

Las luces se apagaron y una atmósfera enrarecida cubrió el recinto. Los integrantes de COVENANT aparecieron en escena vestidos completamente de blanco, como humanoides distópicos surgidos de un futuro gélido, mezcla de guerreros cyberpunk y espectros del black metal. La uniformidad del blanco contrastaba con la figura central de Sarah Jezebel Deva, ataviada en negro, encarnando a una reina oscura y maléfica, con uñas largas y lujuriosas, cuya presencia dominaba el escenario. Su dramatismo sensual y siniestro, imponía un aura ceremonial que atrapaba al público antes de que sonara la primera nota, estableciendo de inmediato la tensión entre pureza y oscuridad que caracterizaría todo el show.

Las primeras notas de The Sulphur Feast retumbaron en El Teatrito y el público quedó inmerso en el cosmos oscuro de Nexus Polaris. El sonido fue aceptable, aunque con problemas: la voz de Sarah y los teclados de Sverd se perdían en momentos puntuales, algo que atravesó todo el set sin llegar a afectar en su totalidad el desempeño de la banda y la escucha del público. Las guitarras de Ghul y Psy Coma cortaban el aire mientras Sverd llenaba el espacio con capas de sintetizadores etéreos que parecían abrir portales interdimensionales, y Lex Icon, al bajo, sostenía la épica sonora. Sarah, en el centro del escenario, se movía con precisión teatral, reforzando la sensación de un acto ceremonial futurista y distópico.

Bizarre Cosmic Industries continuó el viaje, sumando densidad y un aura mecánica. Riffs hipnóticos, teclados industriales envolventes y la interacción con el público generaban un vínculo inmediato. En Planetarium, los matices sinfónicos se acentuaron con la iluminación azulada y violeta, mientras Sarah lanzaba miradas de desafío y seducción. Durante esta primera parte del show, las letras de COVENANT reforzaron la atmósfera épica y cósmica de la música. Los temas de Nexus Polaris abordaban conceptos como viajes espaciales, guerras cósmicas, dragones y entidades poderosas, combinando mitología, ciencia ficción y simbolismo. Esta carga temática, sumada a la teatralidad de la banda, generaba un universo narrativo propio, donde cada canción funcionaba como un capítulo de una historia mayor, invitando al público a sumergirse en un clima tanto épico como ominoso.

Con The Last of Dragons y Bringer of the Sixth Sun, la banda consolidó el bloque de Nexus Polaris, combinando black metal sinfónico con teatralidad visual que reforzaba la sensación de estar frente a un performance intergaláctica acompañada de proyecciones coherentemente pensadas para sumar atmósfera a la música. Entre los momentos más épicos de la noche, Chariots of Thunder se destacó como el cierre de la primera parte del concierto, consolidando a Nexus Polaris. Desde los primeros compases, la canción impuso un ritmo vertiginoso y cinematográfico, con la percusión de Hellhammer marcando una cadencia galopante que evocaba carros de guerra avanzando implacables, mientras el bajo de Lex Icon daba solidez y potencia a toda la estructura sinfónica. Las guitarras de Ghul y Psy Coma se entrelazaban con precisión, alternando riffs cortantes y melodías ascendentes que generaban una sensación de tormenta eléctrica sobre el escenario. Sverd explotaba las texturas de sus teclados, agregando capas atmosféricas que reforzaban la impresión de estar frente a una batalla cósmica musicalizada. Visualmente, Sarah Jezebel Deva, en su papel de reina oscura, acaparaba todas las miradas, moviéndose con gestos amplios y dominantes, mientras la iluminación cambiaba de tonos rojizos a dorados, simulando un apocalipsis de fuego y energía que parecía extenderse desde el escenario hacia la audiencia. Los músicos vestidos de blanco contrastaban con ella, reforzando la narrativa de luz contra oscuridad, pureza contra caos. El público respondió con entrega total: algunos coreaban los riffs, otros se sumergían en los coros sinfónicos, imaginando los “carros de trueno” avanzando a toda velocidad, mientras la batería y el bajo mantenían a todos sincronizados con la intensidad de la música. De este modo, Chariots of Thunder funcionó como un clímax perfecto del primer bloque, cerrando con fuerza la fase más épica y sinfónica de la noche antes del intermedio.

Segundo bloque: Animatronic y el cierre

La segunda parte del concierto comenzó con las polémicas canciones de Animatronic. Aunque hoy en día suenan aceptables en vivo, estas composiciones no alcanzan el nivel de originalidad de los temas de Nexus Polaris. Se perciben claramente rasgos del metal industrial más marchoso, con influencias que recuerdan a RAMMSTEIN, MARILYN MANSON O WHITE ZOMBIE, evidenciando que la banda quiso explorar un camino más disruptivo y comercial, alejado de la épica sinfónica y el black metal de sus orígenes. Aun así, la ejecución en vivo logró que el público se mantuviera totalmente involucrado, sumando energía y dramatismo a cada riff y línea vocal.

El inicio del bloque estuvo marcado por Jihad, un tema potente cuya polémica radica en las referencias a la religión, la libertad y la supuesta enfermedad que generan en el mundo. La letra y el concepto provocaron tensión y expectación en el público, mientras los riffs de Ghul y Psy Coma se entrelazaban con las capas electrónicas y los sintetizadores de Sverd, y Lex Icon y Hellhammer sostenían la base rítmica con precisión. Sarah Jezebel Deva mantenía la atención de la audiencia con su teatralidad oscura, moviéndose como una reina gótica que dominaba cada rincón del escenario, amplificando la intensidad dramática de la canción.

Entre las canciones de Animatronic, New World Order se destacó como la única arenga política de la noche. Su letra y actitud confrontativa permitieron que el público conectara con un mensaje más directo y combativo, distinto a la épica cósmica o la teatralidad gótica que dominaba el resto del concierto. La banda intensificó la puesta en escena: Ghul y Psy Coma lanzaban riffs cortantes mientras Sarah acompañaba con gestos provocadores y Lex Icon reforzaba la tensión con su guturalidad característica. La audiencia respondió con gritos, coros y palmadas, siguiendo el pulso marcado por la canción y participando activamente de la arenga.

Luego llegaron Mirrors Paradise e In the Name of the Future, donde la fusión entre riffs industriales, bases electrónicas y melodías góticas se volvió más evidente. A pesar de que estos temas mantienen una intensidad notable, la sensación de experimentación y contraste con la primera parte del concierto se hizo evidente: el público acompañaba con entusiasmo, aunque las composiciones no generaban la misma épica ni dramatismo visual que los clásicos de Nexus Polaris.

Este bloque mostró el lado más disruptivo y moderno de THE KOVENANT (aquí si es correctos llamarlos así) combinando teatralidad, elementos industriales y un sonido que, aunque menos original que en su etapa sinfónica, logró mantener a la audiencia atenta y participativa, preparando el terreno para los temas finales del show. En términos generales, se observó una reacción radicalmente distinta del público entre la primera y la segunda parte del concierto. Durante el bloque de Nexus Polaris, la audiencia estaba completamente enganchada, cantando los temas y siguiendo con entusiasmo cada riff y línea vocal. En cambio, en el bloque de Animatronic, el público se mostró más expectante, cabeceando ocasionalmente y solo en algunos casos cantando y reconociendo las canciones. Aun así, este contraste resultó disfrutable, evidenciando la versatilidad y diversidad estilística de la banda. Quizá la canción más contrastante e innecesaria fue Via Negativa del álbum Seti (2003), cuya estructura demasiado previsible y llena de lugares comunes del metal industrial más bailable rompía la fluidez del set, aunque no logró disminuir la energía general del bloque.

El cierre final del concierto estuvo reservado para dos canciones de su primer disco, In Times Before the Light (1997, regrabado en 2002), una decisión acertada que permitió reconectar con los orígenes de la banda. Towards the Crown of Nights y Monarch of the Mighty Darkness  fueron ejecutadas con precisión y fuerza, mostrando un ejemplo perfecto de lo que es el black metal melódico y sinfónico. Los riffs de guitarra, los teclados atmosféricos y la base rítmica sólida de Lex Icon y Hellhammer, sumados a la presencia dramática de Sarah Jezebel Deva, lograron que el público disfrutara de un final épico y majestuoso, cerrando la noche con un regreso a la esencia más pura de COVENANT.

En conclusión, la visita de COVENANT a Buenos Aires se desplegó en tres bloques complementarios que mostraron la versatilidad y riqueza artística de la banda: la primera parte, con Nexus Polaris, impresionó por su épica cósmica, atmósfera ominosa y conexión total con el público; la segunda parte, con Animatronic y Seti, destacó por su experimento industrial y disruptivo, provocador en letras y puesta en escena; y el cierre, con los temas de In Times Before the Light, retomó los orígenes del black metal melódico y sinfónico, cerrando un espectáculo que combinó teatralidad, virtuosismo y narrativa musical, dejando en claro que COVENANT sigue siendo un referente capaz de atravesar estilos sin perder identidad ni fuerza en vivo.

Texto: Carlos Noro

Fotos: Estanislao Aimar 

Agradecemos a Noiseground por la acreditación al evento. 

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