DARK FUNERAL en vivo en Argentina: “Camino a ciegas en un funeral”


 Camino a ciegas en un funeral

El Black Metal es un género de culto, un séquito cerrado. Quema de Iglesias, abusos, asesinatos y suicidios, son algunas de las situaciones que rodean a esta controversial expresión, generando leyendas urbanas a lo largo del tiempo.

Si uno es analítico y ahonda en  las profundidades, se dará cuenta de lo difícil que es  llevar a cabo, de forma verosímil, una situación Black. Todo se torna un gran desafío, tanto compositiva, como visualmente. Así mismo pocos son los que desde este lado, el del escucha, el del fanático de lo pesado y poderoso, logran enamorarse de este controversial estilo, pero una vez que lo hacen, esa particularidad, romántica y adictiva no los deja salir, atrapándolos en aquel confortable y aberrante laberinto.

Desde mi humilde lugar  de cronista, confieso que aquella bruma que gira alrededor de esta expresión me llama poderosamente la atención. Quizás no tanto respecto a las leyendas urbanas, pero sí en el caso de la historia que rodea aquellas líricas, en muchos casos difíciles de desmenuzar para el cerebro común. En este caso, tenía a disposición un interesante desafío, uno no menor, ya que DARK FUNERAL estaría cumpliendo 25 años de carrera. Aquel 1993 pareciera que fue hace muy poco tiempo, y la banda este octubre se embarcaría en una interesante gira latinoamericana, realizando en muchos casos más de una fecha por país. Una apuesta arriesgada pero de gran valor para quienes de este lado añoramos las facilidades de aquella Europa, plagada de centenares de fechas y a costos accesibles. Los Suecos anunciarían su visita para el 18 de octubre en el Teatro Vorterix, recinto que sería modificado a último momento por The Roxy Live. La situación actual económica, sumada al anuncio de los alemanes de Accept   en esa misma fecha no ayudó en absoluto a la convocatoria.  Pero aún así, los adeptos argentinos se hicieron presentes, en muchos casos luciendo sus caras pintadas en reverencia a sus íconos del viejo continente.

En primera instancia, al ingresar, sin filtros podría decirles que fue preocupante ver a tan pocos asistentes, era posible correr en círculos sin chocarte con algún ser material. Pero sinceramente si estas leyendo esto, me darás la razón en lo siguiente, los metalheads estamos acostumbrados a estas situaciones, y no es impedimento para que se genere un buen clima. Otra de las modificaciones se dio respecto a las bandas locales invitadas, ya que en principio serían dos, DRAGONAUTA y VICTIMARIO, siendo la primera mencionada quien se bajara del Line Up.

VICTIMARIO por su parte demostró grandes cualidades en lo que al Black Metal respecta, aunque para muchos su estilo puede variar siendo, según criterio, Death, Brutal Death, y otras nomenclaturas de lo más interesantes. Cada introducción que antecedió cada canción, fue con ellos a obscuras y quietos hasta comenzar el primer compás, generando ese clima que el estilo necesita. Su vocalista Gonzalo Aguilar fue el centro de atención, no solo por su look, con un chaleco corto de cuero, al mejor estilo Mad Max, que permitía ver la mitad de su torso desnudo, sino que también por su Headbanging tan particular, ya que el muchacho es calvo, y les aseguro que fue hipnótico verlo agitar su cabeza, en una mezcla de pasividad y violento remolino. Los Death Growls muy logrados, sin desgaste ni esfuerzo visible, brutales y parejos como si se tratará de algo muy natural. A nivel sonido todo marcho sobre ruedas, sin inconvenientes técnicos y muy parejos en todo sentido. Fieles al circo obscuro recién a mitad de set, se anunciaron y agradecieron los aplausos de todos los presentes. Si algo tengo que reconocer, es que esta banda despertó gran curiosidad en mí, debido al profesionalismo con el que manejaron el show, sin pausa, pero con el ritmo necesario para contar con el reconocimiento,  que creo se llevaron por más de uno en ese Roxy a pocas tintas hasta el momento.

Siendo las 21:45 hs, hora anunciada por la productora para el comienzo del show, la espera se hacia larga, pero a diferencia de otros casos, la demora ayudo a hacer llegar a más de uno que por ser Jueves, seguramente había salido apurado de sus ocupaciones habituales. Al mirar hacia los costados, nos encontrábamos más acompañados, podría asegurar que estábamos a mitad de capacidad, y con espacios confortables. Luces apagadas, y el reloj marcaba las 21:58 hs. El telón permanecía cerrado, pero de pronto comenzamos a escuchar voces, gritos desgarradores y una especie de beat que comenzaba a sonar, con más y más intensidad. El clima se volvió tenebroso de repente, les confieso que daba miedo, ese miedo que en algunos casos uno disfruta al ver aquellas películas de terror. Acto seguido el telón se abre, y allí estaba la banda completa, estáticos, inmutables, como estatuas obscuras en un camino que conduce a las catacumbas. Segundos después, nos sorprendía el inconfundible arpegio de “Unchain My Soul” primer track de “Where Shadows Forever Reign”  último trabajo de estudio de la banda editado en el año 2016. Que lindo clima se genero, fue inevitable no comenzar a mover la cabeza asintiendo mientras esa guitarra limpia sonaba junto a la marca en el ride. Esto me hizo comprar el combo de entrada, el sonido era claro, el disco en si mismo, dude por un momento de que se tratara de un sampler, pero no señor era música tocada por seres humanos, como decía el CARPO. La voz de  Heljarmadr recitaba algunas frases finalizando el relato con un impecable y desgarrador grito agudo. Blas Beat, guitarras enloquecidas y el público que comenzó a reventarse entre si, como si se tratase del último pogo de sus vidas. La banda salió a destrozar cabezas, a aplastarlas, aniquilarlas en todo sentido, mental y físicamente, y de que manera, sin que esa melodía de fondo, generada por la guitarra limpia frenara, y cuando se volvía distorsionada, su melodía cerraba a la perfección. Tenía incógnitas antes de que la masacre auditiva comenzara, pero bastó con una sola interpretación para que todas esas dudas se liberaran por completo. La impronta era soberbia a la hora de ejecutar los instrumentos, la violencia en su máxima expresión, pero sin perder melodía, y con un ajuste sonoro de lo mejor que he escuchado.

Uno cree muchas veces,  que estas situaciones extremas, son difíciles de llevar al gusto del oído común, pero en este caso, podría aseverar que parecía estudiado. Desde la maquina de Jalomaah baterista de la banda, que lookeado y pintado, no dejo de correr arriba de su instrumento a velocidades pocas veces vistas. Y sí, ustedes dirán, hay muchos profesionales que logran esto, pero verlo en vivo, y sentir esa velocidad pareja, es verdaderamente asombroso. Cortes perfectos, muteos salvajes y todo sin bajar la guardia. A mi gusto, quizás el trigger estaba abusado, y un poco plástico, me hubiese gustado que fuese más natural, pero no hay crítica que valga ante tan guasa forma de interpretar. Ante una pequeña pausa, la esencia argentina no pudo evitar entonar un clásico “Ole Ole ole”, que para continuar dando sorpresas, fue acompañado por puños en alto, arriba del escenario. Heljarmadr  agradecía en castellano, y la verdad es que si hablo por mí, no sabía que más esperar, las majestades obscuras no tenían contacto entre sí, pero sí con su público. Fue como un romper tabúes constante al transcurrir el show, y se disfruto mucho ese condimento diferente. Deteniéndome en lo visual, cada actitud arriba del escenario mantenía una misma tónica, y durante el set, en ningún momento demostraron esa conexión humana entre sí, solo se dedicaron a destilar agresividad y blasfemia. Y si de blasfemia hablamos, la presencia eclesiástica propiamente dicha no podía quedar afuera, y como si se tratase de una muestra hacia sus devotos, Heljarmadr tomaba una cruz entre sus manos, y la lamia en síntoma de poder, afirmando una vez más, que el Black está fuera de cualquier dogmatización, y que ese sentimiento libre es marca registrada

El show iba camino al final y la voz se pronunciaba hacia su público nuevamente: “Damas y caballeros, son 25 años de DARK FUNERAL”   llevándose una gran ovación. La banda se paseo cuidadosamente por su carrera, regaló también canciones de la nueva era, generando nuevos y obscuros aires, incitando todo el tiempo a al público a pronunciarse y contactarse como solo dentro del metal puede darse. Pocas veces vi tanta devoción desde abajo, como si se tratase de mesías de la obscuridad que venían a dar la misa negra esperada durante mucho tiempo.

Con “Where Shadows Forever Reign”  los suecos dieron punto final a un set de nada más y nada menos que 55 minutos. ¿Corto? Sí. ¿Contundente? Claro. ¿Redondo? 100%, y sin nada que recriminar en absoluto. Lo dejaron todo, no mezquinaron nada, y para dar sobradas muestras de humildad, al finalizar el show, bajaron del escenario, y entre vallas, saludaron a todos los que estuvieron a su alcance, quedándose algún integrante ya a telón cerrado, sin compañía de sus co-equipers, firmando autógrafos, otorgando fotos y conversando con quien gustó en acercarse.

A fin de cuentas, esta fue una noche de gratas sorpresas, de derribar tabúes, de preguntas internas, y de saber, que cuando se trata de ideología, de arte, de creencias, y de expresión, todo puede ser válido si estamos dispuestos a abrir la mente , el alma y los oídos.

Texto: Diego Villares

Fotografía: Estanislao Aimar

Agradecemos a Andrea de Jesica Kusnier – Prensa y comunicación por la acreditación al evento.

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