MONJE – Culto al Fin de los Tiempos

El doom metal es uno de los subgéneros de metal que en Argentina goza de una muy buena salud, ya que no escasean shows netamente con bandas del estilo todos los fines de semana, con mayor o menor grado de producción en sus espectáculos. Sin embargo, una de las que se viene destacando en los últimos tiempos es MONJE, que a mitad de 2023 lanzó, finalmente, un nuevo disco de estudio titulado “Culto al fin de los tiempos”, el tercero en su haber, pero el cuarto si consideramos su disco en vivo del 2022 “Igual de Macabro: Live Bunker”. Este último obra, quizás, como la precuela que allanó el camino de esta renovada formación, la más pesada de las que tuve el agrado de ver, con Matías Ibáñez (CATACOMB) como vocalista, Lucas Scardamaglia en bajo y Diego Hernández en batería, quedando Diego Petullo como único miembro fundador y comandante de las violas, que cumplen un rol fundamental en el disco. 

Si bien los géneros base sobre los cuales se cimienta la banda, son el doom y el sludge metal, actualmente su oscuro sonido también toma elementos de cualquier rama del death metal, sonando machaques, contrapuntos y alguna que otra polirrítmia serpenteante, pero también cuenta con atmósferas que se nutren la desesperación y el agobio propio del black metal, que nos da como resultado un nuevo capítulo de ultratumba. Con un total de nueve pistas, hay tres que son netamente instrumentales y le dan variedad al disco, pero quizás se sienten un poco innecesarias con la increíble cantidad de matices que imprimen en las canciones. Exceptúo de ellas, sin embargo, al “Preludio”, la intro ominosa con un pequeño tinte angelical, que se siente en medio de un ritual ocultista en plena liturgia, con una antorcha sonando y unos sonidos lúgubres, que se siente vinculado con “La Profecía”, que tiene un arranque lento y bien a lo BLACK SABBATH, pero al desandar la canción arranca esa voz bien demoníaca a cargo de Matías Ibáñez presagiando el posible escenario planteado inicialmente “aquella bestia que enjuicia las almas / vendrá a nuestra tierra a marcar el final”, y con un solo de viola electrizante y un outro tenue. “

Filosofía del culto al fin de los tiempos” arranca más rápido que su predecesor y con una voz desenfocada, recitando el posible final de los tiempos, hasta que se desatan los guturales demoníacos enfatizando el mensaje apocalíptico, para culminar con un segmento más propio del black, bien rápido y álgido, cortando abruptamente para que llegue “Pionero de la muerte”; una canción monótona, pero bien cruda y agobiante, coronada por un solo de viola ampolleante que culmina en un tétrico punteo que se desvanece lentamente.

La llegada del “Purgatorio (Interludio)”, en forma de sonidos ambientales desoladores, pareciera marcar un quiebre en lo que es la lírica del álbum. Es que ya no se presagia el apocalipsis; ha llegado, y todo es caos y destrucción. “Epifanía // Antropofagia” da pie al inicio bien groovero con el bajo galopante y distorsionado de Lucas Scardamaglia seguido de la batería de Diego Hernández, y posteriormente a un relato crudo y brutal del monstruo concebido y un interludio con voces eclécticas y melodías sofocantes, concluyendo el mensaje de la crisis inminente y la claridad de la epifanía, antes de que reaparezca el bajo y los gruñidos distorsionados que bajan, notoriamente, la velocidad del ritmo que veníamos teniendo hacia una vibra de old school death metal, hasta desvanecerse con una risa macabra, marcando sin dudas la obra maestra del disco en términos atmosféricos y compositivos.

“Monstruo de la tierra” y “El concilio de la paz eterna”, mantienen la visceralidad con distintos matices, con una vibra más death and roll, pero que poco a poco siente su intensidad trastocada hacia la lentitud reptante, pero que sube y vuelve de forma entretenida, para luego pasar a la canción final, colmada con momentos de zozobra tras un breve segmento con staccato, pero que se desata con batería enfurecida y trémolos, marcando el poder con un leve matiz del black metal rondando durante la duración del tema, que se detiene abruptamente y nos lleva al “Limbo (Outro)”.

En resumidas cuentas, MONJE se yergue triunfante en este regreso de estudio, que es brutal en todos los aspectos. Así mismo, su tercer disco posiciona a la banda en otro nivel con este crossover macabro entre doom, sludge, black y death, balanceados en el punto justo y con una producción sonora muy cuidada para no perder esas texturas a lo largo del disco; sobre todo con la diversidad de riffs y artilugios en las violas que evitan ese sentimiento de pertenencia de BLACK SABBATH en su núcleo.

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