PENTAGRAM EN VIVO EN ARGENTINA: “Luchando contra el destino”

Fecha: Viernes 9 de Septiembre | Hora: 22 hs. | Ciudad: CABA | Lugar: Centro Salamanca | Bandas invitadas: AGAINST & DEAD ROOSTER

Una verdadera leyenda de la historia de la música pesada en un show para el recuerdo

Sin lugar a dudas la historia de PENTAGRAM es uno de esos relatos que parecen increíbles desde cualquier punto de vista. Empezaron en los setentas (literalmente este año cumplen 50 años de carrera) pero siempre tuvieron que luchar contra el destino. Les costó mucho publicar su primer disco algo que recién lo lograron a principios de los ochentas y en el medio tuvieron mil dificultades: incontables cambios de formación, la conducta errática de Bobby Liebling (recomendable para entender esto la película biográfica “Last Days Here” que  cuenta una especie de resurrección que tuvo hace diez años) y en especial la mala suerte de no haber tenido nunca la posibilidad concreta de conducir su carrera con un rumbo fijo y concreto, algo que sus contemporáneos BLACK SABBATH indudablemente lograron a lo largo del tiempo y atravesando sus propias tormentas.

Más allá de esto, el tiempo ha generado una especie de justicia poética para la banda. Venerados entre otros por Phil Anselmo, quien reconoció su influencia en la conformación de DOWN, innumerable cantidad de músicos han marcado a la banda como parte de su formación musical e incluso es imprescindible mencionar su aporte para que bandas clave del doom estadounidense como SAINT VITUS, TROUBLE o los suecos de CANDLEMASS existieran, lo que da la pauta de que más allá de los idas y vueltas, las canciones son las que generan un verdadero legado que supera a los problemas personales.

En este contexto, la primera visita de la banda en el país fue casi la única que sobrevivió a la pandemia (fue anunciada a principios del 2020) y dos años después se hizo realidad en un escenario inusual, el CENTRO SALAMANCA, un lindo teatro de la colectividad española que colaboró aún más para acrecentar la mística que rodea a la banda: fue francamente curioso encontrarse un antiguo escenario de madera, un viejo telón rojo y toda una infraestructura antigua que potenciaba aún más a la idea de nostalgia que se relaciona a los Estadounidenses. Claramente el escenario terminó por sumar considerablemente al clima tétrico, oscuro y ominoso que propuso el cuarteto, por lo que el lugar sin temor a dudas fue un acierto de la organización.

Dos intensos set de DEAD ROOSTER y AGAINST (los primeros emparentados con CELTIC FROST y los segundos con su siempre potente groove metal) desembocaron en una considerable espera para que PENTAGRAM subiera al escenario, lo que generó cierta incertidumbre. Más allá que viendo lo sucedido en la gira latinoamericana, uno podía intuir que Bobby no tendría problemas en subir al escenario; su edad y su historia precisaban como pocas veces que se subiera al escenario para confirmar su presencia. Algo así como un “ver para creer”, que en este caso estaba sostenido en la propia historia del icónico único miembro original de una de las bandas precursoras del doom metal a nivel mundial.

Finalmente a las 22:40 la cortina roja se abrió y dio paso para que el baterista Ryan Manning, el bajista Greg Turley y el guitarrista Matt Goldsborough empezaran a tocar “Run My Course” mientras Bobby Liebling esperaba al costado del escenario. Lo que sucedió en esos primeros segundos fue para destacar principalmente por que el contraste entre lo que pasó antes y después de subir formalmente al escenario fue impactante. Al segundo de agarrar el micrófono, la sensación de decepción previa al ver a un viejito acompañado por un ayudante y algo perdido, se transformó literalmente de en la imagen impactante de un frontman capaz de encantar a todos con su histrionismo, sus gestos, su mirada y su interpretación. Minutos después “Starlady” y “Ask No More”, confirmaron que Bobby y la banda estaban en un gran nivel, lo que además de disipar las dudas presagiaba una noche histórica.

Precisamente, una de las grandes sorpresas de la noche fue encontrarse con una banda inteligentemente elegida para que las canciones pudieran tener un brillo propio acorde con la historia y con el presente. Con relación a esto, es bueno aclarar que la discografía de PENTAGRAM no es para nada fácil de abordar en vivo, principalmente porque a lo largo de su historia el grupo ha pasado por el hard rock setentoso, el doom, el heavy metal clásico e incluso, en sus últimas producciones discográficas ensayando una vertiente más pesada y agresiva lo que conlleva un lógico desafío a la hora lograr un equilibrio de sonoridades a lo largo de un set que seleccione las canciones principales del catálogo. Si bien Bobby fue la estrella de la noche y el primer disco de la banda “Pentagram”, luego editado como “Relentless” en 1985 fue la placa que tuvo mayor protagonismo con cinco canciones a lo largo del set; desde el punto de vista instrumental la propuesta estuvo clara. Goldsborough se presentó simbólicamente como el encargado de linkear al grupo con la faceta más blusera setentosa, algo que se vio por ejemplo con claridad en la extendida y psicodélica versión de “Be Forewarned” o en la acelerada “Relentless” dos de los grandes momentos de la noche principalmente porque el oficio del guitarrista para manejar gancho, melodía y agresividad se vio claramente a lo largo de la noche. En este sentido el aporte de Manning desde la batería y de Turley desde el bajo, llevó al grupo a una sonoridad más metalera. Si bien el grupo jamás perdió a lo largo del set su vibra setentosa; en canciones como “The Ghoul”, “Petrified” o “Dying World”, se percibió con claridad el aporte de la base endureciendo el sonido y generando un clima denso y pesado incluso superador de las versiones originales.

Sin dejar en ningún momento de interactuar con sus compañeros, marcando los cortes de las canciones, completando en air guitar los punteos de la guitarra y pidiendo aplausos y ovaciones para cada uno; BOBBY LIEBLING fue un show en sí mismo. Más allá de estar en buena forma vocal, fue todo un espectáculo ver su mirada perdida en el horizonte, simulando estar poseído por las canciones que son parte de su vida. En cada gesto y en cada movimiento el vocalista capaz ser autorreferencial en “Review Your Choices” cantando “sé que no podemos dar marcha atrás/revisá todas tus opciones ahora”, dio cuenta de una personalidad única y avasallante que elevó cada canción a un espectáculo teatral y ominoso, tan particular y potente que seguramente será recordado largo tiempo por los presentes.

Esta dimensión autorreferencial se hizo presente en varios momentos del show, pero apareció con fuerza en las últimas canciones. Por un lado desde lo gracioso cuando ante el grito de “olé olé Bobby” respondió jocosamente con un “¿quién es Bobby?” haciéndose el amnésico y finalmente cuando en antes de los bises presentó la enorme “Last Days Here” con una lacónica frase “Estos podrían ser o no ser…mis últimos días acá”. La icónica “Forever My Queen” tocada a un ritmo veloz y mixturada con “20 Buck Spin”, fue el cierre perfecto para una noche histórica en donde los que estuvimos allí pudimos encontrarnos con la dimensión más perfecta de un artista histórico e influyente que tal vez haya merecido mejor suerte. En esta época post pandemia, verlo en vivo fue un regalo para las más de trescientas personas que se dejaron transformar por la música de PENTAGRAM. Inolvidable.