Fecha: Martes 28 de Marzo de 2023 | Hora: 20hs | Lugar: El Teatrito | Banda Invitada: PLEIA – KOBAL
Introducción casi sin sentido…
TESSERACT (Teseracto en castellano) es algo así como una figura formada por ocho cubos tridimensionales, ubicados en un espacio donde existe un cuarto eje dimensional, considerando el primero la longitud, el segundo la altura, el tercero la profundidad. Básicamente es un cubo de cuatro dimensiones espaciales. Ahora, dicho esto, ¿cómo se hace para plasmar estos conceptos geométricos en lo musical? La verdad es que no lo sé, pero estoy seguro que los TESSERACT saben perfectamente cómo hacerlo, logrando una obra difícil de catalogar en el plano geométrico si hablamos de cuadraturas básicas, pero que habla por sí sola y que ya no es solo para entendidos.
Hablemos de lo vivido, basta de preámbulos…
Lo que nos trae por aquí otra vez, es contarles lo que ocurrió el pasado 28 de Marzo en El Teatrito, lugar que ya juega de titular y en el que nos sentimos, luego de tantas presencias, como en casa. En este lugar, TESSERACT, agrupación oriunda de Inglaterra, se presentó, en el marco de una gira, que venía siendo pospuesta por estos lares, debido a la situación mundialmente conocida.
La apertura estuvo a cargo de dos bandas Argentinas, PLEIA, a los que por cuestiones de horarios no llegamos a ver, y KOBAL a quienes sí tuvimos el agrado de disfrutar, y que gozan de un estilo tan poderoso como interesante. El trío argentino salió a escena a dar todo lo que tenían, ejecutando una tras otra las interpretaciones más honestas que puedas llegar a encontrar. Voy a decirles, que en cierto punto hay construcciones en los fraseos cantados en castellano, que me hacen un poco de ruido, y que pienso, algunas bandas deberían poner un poco más de atención, para conseguir esa vuelta de rosca tan necesaria para obtener un color distinto, que haga las canciones más redondas. Pero más allá de esto, el trío Argentino, gozo de un muy buen nivel de audio y una excelente respuesta por parte del público presente, que ya había colmado el lugar, en donde no cabía ni un alfiler.
Momento del plato fuerte, a esta altura calor, muuucho calor…
Pongamos las cosas en contexto, el lugar estaba repleto, era difícil moverse, hacia calor, pero ese calor de espera, de ansia, de susurros bajo la potente música ambiental, expectantes de lo que iba a ocurrir en un instante; calor generado por la necesidad de concretar una fecha muy esperada.
De pronto, las luces se apagaron, y la magia comenzó a gestarse. Los músicos comenzaban a tomar sus lugares en el pequeño escenario y “Proxy” daba comienzo al set, poniéndonos a todos en situación. Verdaderamente un comienzo curioso, por lo menos desde mi óptica, y no lo digo solo por que no se trata de una canción perteneciente al último trabajo de la banda “Sonder” (2018), sino porque es una canción que pertenece al único disco en el que Daniel Tompkins no oficia como vocalista, me refiero a “Altered States” (2013). Pero más allá de mis sensaciones, fue un comienzo más que acertado a nivel climático, perfecto; en sintonía con la esencia que la banda propone y repleto de las características que la atraviesan en todas sus épocas, al menos hasta el día de hoy. El público se mantuvo expectante durante el comienzo melódicamente hipnótico, para estallar luego en un sin fin de saltos y revuelo, que no esperaba vivir en un concierto de estas características. ¿Qué características se preguntaran ustedes? Bueno, podría decir desde mi pacata posición de transeúnte escucha de progresivo acérrimo, y más extremo que conservador a decir verdad, esperaba quizás más atención en lo que pasaba arriba del escenario que en un mar de pogos, moshes, círculos, e hiperquinéticas situaciones que sucedieron a lo largo de toda la velada. “Retrospect” y “Resist”, cerraban la exquisita triada del comienzo como una cuestión conceptual en sí misma y que se repetiría durante todo el show, así como un loop minuciosamente pensado para complacer a todos los fanáticos. Un privilegio poder escuchar con el sonido actual, canciones de otras épocas que, aunque se trate de momentos contemporáneos, cuentan con una diferencia sustancial en el sonido y más aún en la interpretación, con todo el bagaje obtenido durante el camino recorrido. “Dystopia” única canción del set de “Polaris” (2015) , el disco de la vuelta de Daniel Tompkins, fue un subidón al corazón, con la fabulosa presencia de Amos Williams haciéndose de ese bajo, que pide danza, que necesita gozo, y que hace de esta canción una de esas adictivas. Con “Beneath My Skin” se comenzó a trazar una línea estilística entre una etapa y otra. Uno de los prontos momentos épicos de la noche, y digo pronto, porque fueron varias las situaciones que brindaron sensaciones similares. Y cuando hablo de trazar una línea estilística, me refiero a que la intención de armado de la lista comenzó a demostrar sus aciertos y el camino que quería marcar. “Smile” daba paso a comenzar a coquetear con los screams, con las voces rotas, con otra de las múltiples esencias con las que cuenta la banda, generando constantemente un balance perfecto entre las melodías galácticas y las expresiones primitivas, con toques de lo más complejo. “Acceptance” , “Deception” y “The Imposible” nos prestaron esa dosis más joven e inmadura, de una banda que estaba dispuesta a destruir todo con sus amalgamas y su energía a prueba de matemáticas, propias de aquel maravilloso disco debut que fue “One” (2011). Daniel , se presentó a lo largo de la velada como un frontman de pocas palabras, más dispuesto a demostrar con su obra que a tener contacto con sus fans, quizás por idiosincrasia o quien sabe por que, pero esto no hizo mella en su genial actuación, sorteando cualquier situación técnica y mostrándose como un gran vocalista de oficio que cumple a la perfección el desafío que le demanda la banda. Y no quiero terminar, sin mencionar a quien creo se lleva todos los galardones, me refiero a Jay Postones (Batería), un show aparte, un alienígena de la batería, un distinto, el cual no tengo duda pasará a formar parte, en breve, del podio de los mejores 5 bateristas del estilo en la época moderna.
Volviendo a las raíces para cerrar…
Si lo pensamos fuera de lo lateral, el comienzo lógico hubiese sido desde el principio, pero no fue así, y acá es donde el quinteto decidió terminar por el comienzo de su historia discográfica, casi como una suerte de afirmación acérrima de su raíz, con el dúo final “Perfection” y Ephiphany” de su primer disco “One” (2011) para dar cierre a una velada que recorrió una discográfica que se sustenta por sí misma, en los cimientos de una identidad sonora única, firme y de gran vuelo, con el balance perfecto entre la tierra y el espacio .
por fin los pude ver!