Fecha: Domingo 10 de Septiembre | Lugar: El Teatro | Ciudad: C.A.B.A. | Hora: 17:00 | Bandas Invitadas: HERMOSTRA – DEKAPITED – TUNGSTENO – REINARÁ LA TEMPESTAD – PURGATORY – DEFLESHED – IMMOLATION
Con el correr de los días esta nueva visita de SODOM (la tercera y con una distancia de diez años respecto a la última) se fue convirtiendo en un festival ligado seguramente a la cantidad de bandas que nos visitaron Brasil y Chile para participar en distintos festivales durante las últimas semanas, lo que para la crisis económica que vive en argentina seguramente es una gran noticia, más allá de los gustos personales de cada quien.
A pesar de que el festival inició temprano con las chicas de HERMOSTRA y los chilenos de DEKAPITED (las primeras con una interesante mezcla de metal contemporáneo por momentos melódico y por momentos extremo; mientras que los segundos mostrando un thrash metal vieja escuela); TUNGSTENO fue la primera banda que pudimos ver cuando ingresamos a un Teatro Flores que empezaba a llenarse. Claramente, fue una buena decisión ubicar a los muchachos antes del show de REINARÁ LA TEMPESTAD, principalmente porque tanto una banda como la otra proponen distintas versiones del thrash argentino. Mientras que los primeros llevan al sonido para el lado del crossover, con un show enérgico, sucio y desprolijo (en donde hay mucho de hardcore y punk algo que también es marca registrada en los alemanes que cerraron la noche), REINARÁ… lleva a cabo la perfección la idea de que un thrash clasista y combativo que denuncia la opresión de la clase trabajadora, algo que es la marca registrada de los dos primeros discos de HORCAS que el proyecto tributa.
Con un sonido fuerte y parejo para las dos bandas con las diferencias propias del estilo (mientras que TUNGSTENO privilegió el volumen, REINARÁ buscó que la potencia y la nitidez a la hora de las guitarras), tanto unos como otros fueron generando un clima propio y un público que se entusiasmó con cada propuesta. “Inminente Aniquilación”, “Escuadrón del thrash” y “Vino y Velocidad” fueron algunas de las canciones que generaron el pogo en los primeros; mientras que clásicos del metal nacional como “Muerto en la calle”, “Cosas enfermas” o “Violados y Devorados” fueron los que hicieron que casi todo el Teatro (ya con bastante más público) coreara las canciones. En este punto es bueno destacar que la banda (Hugo Benítez en voces, Gabriel Ganzo en batería, Oscar Castro en guitarra, Eddie Walker en bajo y Jorge Moreno en la otra guitarra) pasa por un gran momento interpretativo, respetando las versiones originales pero tocándolas en vivo con una precisión sorprendente. Un tema nuevo (“La Tumba” que promete un nuevo disco) y una furiosa versión de “Solución Suicida” cerraron un show hiper contundente donde la banda demostró todo su oficio. La sensación es que en estos sets más cortos, el grupo en su totalidad puede mostrar todo su potencial, principalmente porque las exigencias físicas son más acotadas. Veremos que pasa cuando lancen nuevas canciones.
Tiempo de death metal
A partir de este momento y hasta la aparición de SODOM (ya cerca de las 23 hs.), no es descabellado afirmar que se dio inicio a “un festival dentro del festival”. Las bandas que continuaron, los alemanes de PURGATORY, los suecos de DEFLESHED y los estadounidenses de IMMOLATION, dieron comienzo a un largo segmento en donde el death metal de raíz norteamericana fue protagonista (a pesar de que dos de las bandas eran europeas), incorporando algunos pocos pasajes thrasheros, pero con una idea muy distinta a lo visto anteriormente y a lo que vendría después. Con un sonido similar para las tres bandas (fuerte y estruendoso) cada una de ellas mostró lo esperable dentro del estilo (mucha pericia técnica, voces guturales y un ritmo vertiginoso) pero con sutiles diferencias en cuanto a los ingredientes sumados a su música.
Mientras los alemanes propusieron momentos con más groove y algunos climas más densos, pesados y ominosos, los suecos derivaron su death metal a momentos más influenciados por el black metal, el hardcore y algunas pocas melodías de thrash. Los estadounidenses, que por un tema de horarios terminaron tocando seis canciones, mostraron un death metal de raíz bien estadounidense. Monolítico y brutal tal vez sean los dos adjetivos que mejor pueden definir el aporte de una banda que tiene bien en claro cuál es su propuesta.
Más allá de que DEFLESHED recibió algunos cantos a favor, IMMOLATION fue la primera banda internacional que hizo que el público cantara el famoso “Olé, olé…” que disfrutan tanto las bandas extranjeras. Se fueron aplaudidos, dejando el escenario caliente para la llegada de los alemanes y generando la sorpresa de que un público supuestamente thrashero, se enganchara en vivo con vertientes tan extremas. Tal vez el comentario de alguien del público que se acercó a quien escribe en una de esas charlas circunstanciales que uno tiene en un recital explique como funciona el death metal en la cabeza de los oyentes. “Aunque no lo creas y que no entienda nada, me llega lo que está diciendo”, dijo. Habrá que considerarlo.
Desde alemania con suciedad y violencia
Una extensa prueba de sonido hizo que SODOM terminará subiendo al escenario cuarenta minutos después de lo estipulado, lo que culminó que los alemanes lamentablemente debieran acortar el set. Más allá de eso, a lo largo de poco más de una hora, los liderados por Tom Angelripper (junto a una formación casi nueva que incluyó a Frank Blackfire en guitarra que volvió a la banda luego de haberse ido en los ochenta del grupo para ser parte de KREATOR, junto Yorck Segatz en la otra guitarra que está en la banda desde 2017 y Toni Merkel quien es el baterista desde el 2020), dieron un show en los parámetros esperables que consistían fundamentalmente en revisar los 40 años de carrera del grupo.
En este contexto, no es casual que la banda haya decidido lanzar un disco denominado “40 Years At War – The Greatest Hell Of Sodom”, regrabando parte del material antiguo del grupo, más allá del gesto de actualización de las nuevas canciones (a veces esto sucede por una cuestión de derechos fonográficos) da la sensación que en este caso tiene que ver con la idea de acercar las canciones antiguas al nuevo sonido de la banda.
Aunque el inicio del set a nivel no haya sido bueno (algo extraño teniendo en cuenta la cantidad de tiempo que se tomaron los técnicos para ajustar sonido y sabiendo que por ser la banda principal habían hecho una prueba extensa antes), para “Conflagration” el sonido se acomodó mostrando un nivel aceptable. En este contexto “Outbreak of Evil” y “Sodomy and Lust” mostraron el sonido que los alemanes aportaron a la historia del thrash. Veloz y extremo sería la mejor manera de definir la alquimia que produce la voz desgarrada de Angelripper y un trabajo de guitarras que en ningún momento resigna velocidad en su ejecución. “Agent Orange” (tal vez el más grande clásico del grupo) terminó de confirmar que esta versión 2023 de los alemanes, tal vez no tiene la suciedad que uno puede escuchar en las grabaciones, pero sí la extrema fiereza que destilan esos universos apocalípticos de guerra y odio que supieron construir desde sus letras, algo que canciones como las brutales “M-16” o “Blasphemer” terminaron por confirmar.
Un teatro colmado (sin exagerar el noventa por ciento del público fue a ver a los alemanes), acompañó cada descarga de los teutones, iniciando un pogo, haciendo mosh o coreando algún estribillo, demostrando que hay algo de los alemanes que atrae más allá de que sus visitas hayan sido esporádicas. Tal vez, algo de esto tenga que ver que a lo largo de su carrera los teutones han seguido fiel a sus inicios, sin claudicar o modificar sustancialmente su sonido. En este punto no es casual que dentro de un set de canciones propias y sin demasiada comunicación con el público (más allá de los agradecimientos de rigor), el cuarteto haya elegido una canción de VENOM (“Leave Me in Hell”) y una de la banda THE TRASHMEN (“Surfin’ Bird”) para dar cuenta de sus influencias. “Me imagino que les gusta VENOM” dijo TOM ANGELRIPPER en la primera y “¿Les gusta el punk rock?”, preguntó en la segunda para mostrar dos versiones furiosas de los temas originales. Claramente, los alemanes son dentro de la historia del thrash una rara mezcla de VENOM, MOTÖRHEAD, el punk y el hardcore; lo cual tiene mucha lógica si pensamos de dónde surgió el thrash metal como género y qué herramientas utilizó para diferenciarse de las vertientes más tradicionales del heavy metal.
En la última parte del show canciones como la ganchera “Caligula” y otros clásicos como “Tired and red” y “Remember the Fallen”, todas tocadas con una velocidad, una suciedad y una precisión admirables, dejaron lugar al cierre con “Bombenhagel” (una canción que podría ser una versión extrema de sus contemporáneos DIE TOTEN HOSEN traducida como “lluvia de bombas”) que a juzgar por el aporte de cada banda parece ser la mejor manera de nombrar lo sucedido en la tarde noche de Flores. La conclusión final es que más allá de las cuestiones de horarios, es una gran noticia que el público argentino también pueda vivir festivales que no necesariamente incluyen a bandas hiper populares o accesibles. En definitiva fue una noche extrema, para un público extremo. Ojalá haya más oportunidades como esta. Un Teatro Flores lleno pareció agradecer que haya sucedido.