RAVEN “All Hell’s Breaking Loose”

Corría el año 1974 cuando los hermanos John y Mark Gallagher comenzaron a cranear un proyecto distinto, con un sonido arraigado en el hard rock británico, pero con tendencias más bien progresivas y una fuerte voluntad de correr riesgos musicales. Difícilmente esperaban comenzar a definir una era musical cuando finalmente comenzaron a llevar sus enérgicos shows a recorrer el país de diciembre del mismo año, y que terminarían de influenciar toda la subsecuente generación que se conoció como NWOBHM y en pequeña medida, al speed metal, que continuó de forma casi ininterrumpida por casi 50 años.  Y a pesar de todo este tiempo de rodaje, y 14 discos en su haber, cuando la chispa se enciende de forma firme, es muy difícil de apagar. Y esa voluntad hizo que RAVEN nos ofreciera, en el primer semestre, su nuevo disco de estudio, “All hell’s breaking loose”, el sucesor de Metal City (2020), con el cual comparten la portada al estilo cómic de acción, pero del cual, en mi opinión, repuntaron varias cuestiones netamente de sonido, y con la misma determinación de aquel, de mantener ese fuego bien encendido.

Y al cabo de unas decenas de canciones, está claro esa vibra está impoluta; ya que el núcleo de este discazo está asentado en un speed metal con riffs bien ágiles, la batería precisa, de la mano de Mike Heller (ex FEAR FACTORY), redondeando canciones bien gancheras y vertiginosas, como se da en ese irreverente inicio de “Medieval”, donde no se guardan nada y desde el primer instante empiezan a despuntar el vicio de rockear duro y un solo de guitarra sencillamente brillante. Hay algunas canciones como “Turn of the screw” o “Desperate measures”, donde el mencionado baterista se da el lujo de tirar algunas blast beat cortos que funciona de forma perfecta con los aullidos del mayor de los hermanos Gallagher, confiriendo una agresividad un poco distintiva dentro del disco. “The Far Side” y “Victory’s Call” quizás continúen esta vena, pero al tener estribillos coreados o en contrapunto con las voces, toman un pequeño gustito de glam pero con más vehemencia. Por último, quisiera destacar el cierre electrizante a cargo de “Invasion” y “Go for the gold”, la primera con interesantes segmentos de bajo, destacándose brutalmente y por primera vez en el compacto, y el tema de cierre con una oda al hambre de gloria y lindando en la frontera del thrash para terminar en una nota altísima.

El veredicto final es simple: RAVEN se mantiene con la magia intacta; es real que no han descubierto la pólvora, pero sí reafirmado su status quo: los hermanos Gallagher mantienen su firmeza, cada uno en su ámbito, con Mark dando cátedra en la guitarra para riffear y solear, mientras que John con sus sólidas y resonantes líneas de bajo sumada su versatilidad vocal, hacen que todo el producto se mantenga simple, sin que ello redunde en algo poco elaborado, ya que es su legendaria fórmula exitosa. Y luego, en un peldaño más arriba en mi gusto, el trabajo de Mike Heller, que es simple y llanamente una máquina conductora de destrucción de principio a fin. Sin dudas es un intenso viaje al infierno, un poco nostálgico quizás, pero que vale la pena recorrer una y otra vez.