Heavy/Thrash Metal, 2016
A fines del invierno del 2011 comienza sus actividades AHINCO, banda fundada y liderada por Lucho Alippi (bajo), quien junto a Ariel Sanchéz (Ex-Tiempo final/Ex-Luxgnosis, batería) y Hernán Chave (Ex-Atormentador, guitarra) conforman hoy la alineación (luego de algunos cambios desde aquel arranque) en formato de trío del grupo marplatense.
Estilísticamente y musicalmente la banda reconoce influencias claras de actos como Dismember, Grave o Edge Of Sanity y la mirada puesta de reojo siempre en la vieja escuela del Death Metal americano (Immolation, los mismos Incantation); esa que se convirtiera en una marca registrada desde finales de los ochentas hasta mitad de los noventa en el under mundial.
Con un crecimiento exponencial a lo largo del corto tiempo de formación de la banda, la misma ha desarrollado una efectiva actividad en vivo e incluso afirmando está en estudio; gracias al material que han ido registrando: “El Viaje Interior” (Independiente, 2014) y “Condena Eterna” (Independiente, 2015) que hoy nos ocupa.
En noviembre de 2015 AHINCO graba en Tawa Estudio cuatro nuevas composiciones bajo ese manto sagrado que ellos sienten cobija su composición: una mezcla incipiente de Death/Doom que entrega lo mejor en canciones como “Dejar De Ser” (en el arranque), “La Voz en La Oscuridad” (tal vez el momento más centrado y certero del CD) y “Una Razón para despertar”. Todas con el denominador común mencionado, conteniendo un enfoque singular y preciso, obteniendo los mejores resultados (en mi opinión, claro) cuando en ciertos “rebajes” el tono progresivo y Doom de los mismos deleita nuestros sentidos entregando una suerte de condimento esencial para entender a AHINCO.
Con el paso del tiempo la experiencia brinda herramientas desde lo emocional y desde lo profesional que posibilitan que uno crezca (en cualquier ámbito) y eso es de lo que hemos sido testigo con el correr del calendario. El trío nacido y criado en Mar del Plata acrecienta su propuesta y la ha mejorado tangiblemente. Ahora es tiempo de conocerlos y darles una oportunidad…
Texto: Gustavo Piccini