Fecha: Viernes 26 de Agosto | Hora: 21 hs. | Ciudad: CABA | Lugar: Uniclub |
El pasado viernes 26 de agosto, la noche, para mí, tenía una impronta particular y una carga emocional diferente porque mi amigo, socio y colega de este medio llamado Metal-Daze estaría llegando a Bs. As. justamente para presenciar el show y hacer la cobertura junto a mi después de mucho tiempo. Es decir, como en tantas otras ocasiones, él haría la crónica y yo me encargaría de las fotos. Pero evidentemente, algo no salió acorde al plan y acá me tienen escribiendo porque Hernán no pudo llegar a tiempo para el show. Toda esta introducción me sirve como puntapié inicial para darle el marco a este escrito, pues es distinto el enfoque que uno le da al show cuando asiste sólo como fotógrafo que cuando va como cronista también. Los detalles en los que se fija un cronista son diferentes y uno va haciendo una especie de boceto mental de lo que luego se transformará en el texto final de la crónica y esto es algo que yo no había hecho… me había centrado en una cuestión netamente visual para documentar esa crónica en imágenes. Pero también como cronista a veces nos toca cubrir shows de bandas nuevas, diferentes, que nos sacuden y nos corren de esa famosa “zona de confort” desde la cual habitualmente escribimos y este fue el caso esta noche.
A las 21:15 hs. puntual de una noche pesada, densa y húmeda, que anticipaba la ya legendaria tormenta de Santa Rosa, DRAGONAUTA se hacía presente en el escenario de un Uniclub al 60% de su capacidad pero altamente expectante. Una puesta en escena simple que constaba de unas pocas luces y un panel LED de fondo, ubicado encima de la batería que mostraba el logo de la banda sobre un fondo rojo, dándole total y absoluta importancia a los músicos. Debo reconocer, por eso dije anteriormente lo de la zona de confort, que era la primera vez que veía a la banda en vivo. No solo eso, en los más de veinte años que tiene la banda, no los había escuchado hasta hace un par de meses atrás llevándome una muy grata sorpresa. Por esta razón no voy a ahondar en detalles técnicos o históricos de la banda pero sí, en cambio, en un campo más emocional y sensorial. El silencio se quebró por un sample con sonidos extraños, como audio en reversa, generando un ambiente denso y tenso que dio paso a ”God Half Blind” sentando las bases para lo que sucedería a lo largo de toda la velada. Un sonido realmente cuidado, fuerte y contundente; prolijo y balanceado pero sin perder nada de potencia en ningún momento.
Sinceramente me encontré con una agrupación que me hizo parar la oreja desde el minuto cero. No era solo el sonido sino también lo ajustados que sonaban, la precisión y el clima que generaban. Para acompañar, la pantalla detrás de ellos comenzó a proyectar imágenes y clips de películas con una impronta muy particular reminiscentes a clásicos del terror y suspenso. Tras este primer garrotazo al pecho llegó el turno de “Draconian Steel” para el cual Lucien apareció en el escenario y se hizo cargo de las voces durante toda la canción con una concentración y un nivel de compenetración emocional con la misma destacables; parecía poseído por el mismísimo demonio. “Nautilus 666” y “Orbital Coffins” de sus últimos dos trabajos respectivamente, continuaron con la lista, nuevamente con el Topo en la voz, antes de un intermedio con samples muy extraños, oscuros y demoníacos sobre los cuales sonaban campanas y ruidos macabros. Tras este pequeño, pero intenso impasse, la banda continuó con “The Talking Snake”, “Muerte y Destrucción” allanando el camino para un final épico de la mano de “Frozen Neptunian Demos”.
Pocos detalles estoy brindando del show de DRAGONAUTA y esto se debe a que, pese a que escucho esta música desde hace más de treinta años, este fue prácticamente mi debut con la banda. Así es. Había escuchado alguna que otra canción pero no más que eso y asistí al show no tanto por interés sino más bien por acompañar a un amigo y colega que me lo había pedido. Sin embargo, puedo afirmar que a partir de hoy, trataré de verlos cada vez que se presenten en Buenos Aires. Me llevo de esta noche una banda sólida y por demás profesional, que logró sonar en Uniclub muchísimo mejor que la gran mayoría de las bandas internacionales consagradas que han pisado ese recinto. La calidad compositiva de la banda es deslumbrante. Entregan una especie de Doom pesado, denso y arrastrado, muy poco frecuente en la escena local, pero a la vez cautivante e hipnótico. El trabajo a dúo de ambas guitarras es impecable y la labor de Leonardo Yegros tras los parches me parece sensacional; tiene una pegada fuerte y robusta capaz de mantener a la banda en movimiento aun en las partes más densas de la propuesta. Si tengo que hacer una crítica a este show estará dirigida al teclado que, lamentablemente, tenía el volumen tan bajo que era casi imperceptible.
Me fui muy contento de Uniclub aquella noche, pues había visto un show nacional de calidad de exportación. Sin ninguna duda, DRAGONAUTA se ha ganado un lugar en mi reproductor de audio y me tendrá viéndolos cada vez que me sea posible. Que alegría da saber que tenemos músicos de este calibre, capaces de brindar una propuesta igual o superior a la que nos brindan los clásicos del género a nivel internacional.