A.N.I.M.A.L en vivo en Buenos Aires: “No murieron al luchar”


No murieron al luchar

No resulta para nada fácil sentarse a escribir sobre una banda que desde hace muchos años se había retirado de la escena, con un adiós con sabor a “no volvemos nunca más”. ¿Un retorno no pensado?, ¿No imaginado?, ¿No planificado?, bueno, ponele todos esos motes y quizás más. La cosa es que después de la disolución de D-MENTE, Andrés Giménez se dedicó de lleno a su carrera con DE LA TIERRA, y entre medio de eso, a hacer algo a modo solista, acústico, repasando parte de su carrera como músico en las bandas más relevantes que le dieron vida. Por otro lado tanto Marcelo Castro, como Cristian Lapolla continuaban con sus vidas y sus emprendimientos personales, por cierto, alejados de la escena musical de primera línea local, pero siempre haciendo algo, como es el caso de “Titi” con POWER OF SOUL. Te preguntarás probablemente como es que surge todo esto de la vuelta de A.N.I.M.A.L, una de las bandas más emblemáticas de la rica historia del metal argentino, bueno, la cosa es que en tiempos tecnológicos que corren, y en contrapartida a esto, un teléfono sonó. Y fue justamente el de Andrés Giménez, del otro lado se escucharía la voz de Marcelo Castro, quién entre una cosa y otra se dirigiría al mismo para decirle, “Che…volvemos con A.N.I.M.A.L?” y así fue como se re-comenzó a entretejer el hilo de la telaraña que los tiene hoy vivitos y coleando arriba de un escenario nuevamente.

Como se imaginan en una vuelta de este tipo, lo que justamente no faltan son voces que apoyan la reunión y otras que la defenestran y la detractan. Para mi caso en particular, quién soy el responsable de ejecutar este escrito, tengo una posición alentadora al respecto, sin importarme quienes estuvieron, están o deberían de haber estado. No está bueno para nada que las bandas dejen de tocar bajo ningún punto de vista, y está buenísimo que se revitalicen los momentos que los músicos sintieron, sientan, como lo sientan, con quienes lo sientan y en el momento que lo sientan. A.N.I.M.A.L. ha sido, fue y será la banda que construyó Andrés Giménez, con lo cual que problema habría si Ricardo Iorio decidiera re-armar HERMÉTICA, por ejemplo, con quién se le cante. ¿Alguien le diría algo? No creo. Ahora díganme, quién le quita lo “bailado” a Titi y a Marcelo? No solo fueron parte de la banda durante años, sino que también grabaron en distintos discos, no es que tampoco llegaron porque tocan bien, o porque son amigos de Andrés, me parece que hay que analizar en detalle todas las aristas. Ojo, entiendo perfectamente que hay veces que ciertos músicos recaen con mayor fuerza sobre nuestro corazón, pero no quiere decir que otros elegidos, puedan realizar ese trabajo en más que buena forma como fue lo demostrado el pasado 29 y 31 de Mayo. Sin ir más lejos, lo primero que se escuchaba era que si la banda no volvía con Carrizo y Corbata no serían una vuelta digna y justa. Pero saben que, es justamente A.N.I.M.A.L una banda que en su historia ha sufrido los embates del tiempo cual sea el caso de la ida en su momento de Aníbal Alo, la ida misma de Martín Carrizo y su retorno a posterior, la llegada no tan celebrada por muchos de “El Niño” a los parches (no se si lo recuerdan que también era cuestionado en su momento) y después todos a su manera demostraron dejar mucho de si, y enarbolar esto de lo que es A.N.I.M.A.L hoy, pura historia, gestada y mentada por músicos que han dejado parte de si para mantener la llama viva. Y esto es solo como un preámbulo; seguramente si analizaríamos detalle por detalle nos encontraríamos con muchas cosas, pero tampoco sería la finalidad de esta cobertura.

Nosotros, en definitiva, nos remitiremos a lo acontecido en la primera fecha, ya que tuvimos la chance de poder participar de este evento de características históricas, indistintamente a lo que piensen aquellos que estuvieron del lado de la banda o de los que no. La realidad indicó que la gente no le dio la espalda al grupo, y llenaron en sus dos primeras fechas; y si bien la entrada estaba a un precio popular, no cualquiera banda de hoy en día que se encuentre vigente tiene la chance de poder hacer de que el recinto se replete. Pero bueno, saben que fue lindo e histórico. Primero, muchas caras conocidas, muchos músicos conocidos, y las ansiedades estaban a flor de piel, de eso no había ningún tipo de duda. Desde temprano la gente se encargó de llenar el Teatro Vorterix dentro y fuera, y se respiraba muy buena onda, casi a los Cemento’s del pasado o bien cual clásico Obras.

Bajo este contexto en el interior del recinto la gente estaba prendida fuego, muchos cánticos, algunos no del todo agradables para con la figura de “Corbata”, los cuales no comparto y me pareció bárbaro igual que Andrés Giménez lo aclare, de movida nomás, diciendo que eso no va. Y me pareció perfecto. Lamentablemente en la sociedad generalmente agresiva y violenta que vivimos, muchas veces nos toma por sorpresa también en los recitales, así que a los que piensan de esa manera les digo que se queden en su casa. Tanto A.N.I.M.A.L como cualquier otra banda de la escena nacional o internacional se terminan transformando en familias, con lo cual no me parece para nada justo querer dañar ese núcleo. Los que quieran, allá ellos, en esta movida no tienen cabida como dijo alguien alguna vez. Con lo cual me voy a remitir a algo que también Andrés tuvo la chance de manifestar “Acá estamos tocando los que en realidad quisimos volver a A.N.I.M.A.L”, “Le deseo lo mejor a Corbata, a Martín o a El Niño, como se lo deseo a todo el mundo loco, pero bueno, esto es A.N.I.M.A.L y esto va a ser A.N.I.M.A.L”. Entre medio de todo esto que te cuento ya habían sonado “Fin de un mundo enfermo”, “Guerreros urbanos” y “Familia (es la oportunidad)”.

El inicio del recital fue después de una intro bien de pueblos originarios, bastante interesante, siempre ambientada por el cálido canto de la gente desde el fondo. Eso si, hay algo que debemos dejar bien en claro desde un principio. Tanto el sonido como la iluminación jugaron un papel fundamental en el show, siendo claves a la hora de que todo se disfrute todo lo descripto. Por otro lado, la puesta en escena, con algunos alambrados y tambores de 200 litros con las insignias de la banda, simulando cual callejón, le otorgó otro plus a la historia. Y así seguían corriendo las canciones, como fue el turno de la sensual “Aura”, a la que le siguieron, redoblando esfuerzos, “Revolución” y “Combativo”. Como pueden ver, en lo que va del show ya se habían repasado varias canciones de las distintas épocas de la banda y la verdad que no hubo baches o falencias, ni desde el punto de vista musical, ni artístico. Escuché a algunos decir pos recital, “…si estuvo bueno, pero Andrés no está cantando como antes…” o cosas similares. ¿Y que quieren que les diga? Esto es claro, para la gente también pasan los años, y también uno se va a acomodando a lo que siente, y de la manera que siente al cantarlo para el tiempo que corre. Esto es como si me dijeran que si METALLICA sigue sonando como “Kill ‘Em All” o si James Hetfield sigue afinando como en la época de “Master Of Puppets”, lo cual es impensado y me parece bien que así sea. Andrés canta como siente, no siento que sea un improvisado, pero por sobre todas las cosas la impresión que me llevé es que sigue siendo A.N.I.M.A.L muchachos, no jorobemos. Lo ríspido, lo áspero, el cuerpo groove de la banda sigue siendo el mismo, solo que adaptado a la tecnología de los tiempos que corren 10 años después.

Pero bueno, de todo se respira en este tipo de vueltas, y así todo seguían sonando canciones como “Gritemos para no olvidar” o bien como “Más cabezas para tu pared”, donde Andrés simuló muy bien la voz del gordo Joao de RDP. También hubo chance de que Andrés se refiera a León Gieco, contando alguna anécdota de cómo se conocieron, y de como el mismo le contaba el estado en el que se encontraba la gente afuera del teatro. Y saben que, se respiraba eso, mucha buena onda, tanto en las caras de los nuevos, como en la cara de nosotros, los más viejos. Y era copado ver o de ponerte a hablar con alguien que estaba a tu lado y te decía, “…nunca los pude ver en vivo, me vine desde lejos a verlos”. Lindo e interesante flash para quienes en su momento nos parecía algo casi como cotidiano verlos tocar, así todo, la banda en su ausencia conquistó y siguió conquistando muchos corazones, entendiendo de que la música derriba cualquier tipo de barrera. Pero déjenme decirles algo, la sinergia entre en escenario y el público siempre estuvo a flor de piel, siempre, y eso es lo más lindo que les puedo contar. Miren que ando por recitales eh!, y si bien la música de A.N.I.M.A.L se presta para que la gente salte, hacía pilas que no veía saltar a todo el pit del teatro, si, todo, y si no me crees, chusmeate algún video por la red social de los videos que no me va a dejar mentir. La gente para este momento ya estaba prendida fuego, y con canciones como “Sol”, “Milagro” o “Barrio patrón” otra cosa no se podía esperar.

Es importante destacar que la banda siempre sonó ajustada, bien todos, poco pifie, dando cuentas de que llegaron muy ensayados, casi nada improvisado, salvo algún juego musical con el público ante algún “Olé, olé” que llegaba desde abajo. Por un lado Andrés como bien dijimos estuvo muy bien desde las voces y desde los riff’s, animándose también a rememorar algún que otro solo que no todas las canciones tienen. Por otro lado Marcelo es un reverendo profesional, no se achica y va al frente como pocos.  Le mete todo de si, con mucha técnica y seriedad. Y por toro lado, lo tenés al humilde y sencillo “Titi” que no se come ninguna y se toca todo. Yo creo que es y será siempre el que le dio la cuota de comedia a la banda, arriba del escenario, y está buenísimo que eso no se pierda. También es al que le toca atravesar cantar canciones que si bien originalmente fueron entonadas por “Corbata”, lo hace y de muy buena manera. Jode, charla, y la disfruta, pero con una técnica bárbara. Como lo hicieron sus compañeros, dejando casi de lado que estaban viviendo una parada casi histórica. Bien por sus coros y esa garra que lo caracteriza. Con lo cual, no entiendo que hayan existido baches o cuestiones deficitarias que remarcar del show. Fue un show, compacto, contundente y bien sustentado desde las variables que antes destaqué, sean estas sonido, iluminación y puesta en escena.

Y así fue muchachos y muchachas que durante más de dos horas la banda de encargó de revitalizar corazones, recorriendo parte de su historia y haciendo saltar al que ni siquiera pensaba hacerlo, con un temazo tras otro. Hubo canciones para todos los gustos, y supieron manejar bien los tiempos del show. Salvo MACHINE HEAD días atrás, es bien sabido que los setlist de una banda no supera en promedio la hora y media, con lo cual es más que destacable que el regreso haya sido con esta contundencia, sinceramente no esperaba menos. En lo que fue el resto del show se siguió respirando todo esto que describo y tanto el público como los mismos músicos se fueron llenos, no solo de música sino de buena onda y humildad, como el gesto que hasta en algún momento tuvo Andrés con un pibe del público en decirle que le bancaban la mochila en el escenario para que pueda seguir saltando. Y así se despidieron, saltando, coreando cada estrofa de cada canción, y reviviendo momentos que quizás nadie podría haber imaginado. Me queda como reflexión final que no está bueno que las bandas dejen de tocar, y a veces ante eventos como estos, sirve para los mismos músicos poder entender que hubo un tiempo perdido y siempre hay chance de reflotarlo, pero por sobre todo sin envidia, acompañando o no, con detractores y con gente que te apoya.

Me queda la tranquilidad de poder decirles que el heavy metal argentino esta más vivo que nunca, y la vuelta de A.N.I.M.A.L creo que llega para revitalizar la escena, similar a sus pares de MALÓN, entre otras bandas, quienes también decidieron volver al ruedo en circunstancias similares. Sigue siendo música, sigue siendo inspiración para muchos y no hay mucha más vuelta que darle. Esto está mucho más lejos de lo que tantas veces los “mala leche” dicen cuando se refieren de que las bandas del ayer vuelven “para robar”. Yo mejor me replantearía el contexto actual, y decime durante todo este tiempo, en ausencia de bandas grandes como esta -si bien han aparecido muy buenas bandas- cuales dejaron un legado cercano a esta. Seguramente muy pocas llegan a lo generado por una banda emblemática, más aún, sabiendo que terminaron transformándose junto con SEPULTURA y RATA BLANCA en los embajadores de la música Sudamericana para con el mundo. No se quejen, vayan y disfruten, las bandas siempre algo nos dejan, como creo a muchos de los presentes nos dejó esta banda forjada por algún soñador del barrio de Ituzaingó.

Texto: Hernán Mazón

Fotografía: Estanislao Aimar

Lista de temas: 1 Fin de un mundo enfermo, 2  Guerreros urbanos, 3 Familia (es la oportunidad), 4 Aura, 5 Revolución, 6 Combativo, 7 Gritemos para no olvidar, 8 Más cabezas para tu pared, 9 Sol, 10 Milagro, 11 Barrio patrón, 12 Escrito con sangre, 13 Esperando el final, 14 Vamos de pie, 15 Los que marcan el camino, 16 Raza castigada, 17 Solo por ser indios, 18 El nuevo camino del hombre | Bis 1: 19 Lejos de casa, 20 Pueblos erguidos y 21 Hijos del sol | Bis 2: 22 Loco pro, 23 Criminales de raíces y 24 Cop killer (BODY COUNT cover) |

Agradecemos a Binomio Perfecto, responsables de prensa, por la acreditación al evento.


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