ALKALOID “Numen”


 

Año: 2023 | País: Alemania | Género: Progressive Death Metal | Sello: Season Of Mist | Puntaje: ♠♠♠♠♠♠♠♠♠ (9/10)

Antes de comenzar el análisis de esta obra vamos a aclarar algo: El nuevo álbum de los alemanes es una auténtica obra maestra, un trabajo absolutamente imperdible y de escucha obligatoria, sobre todo para los amantes de esas bandas que gustan mezclar metal extremo con muchas otras tendencias musicales.

De este tipo de propuestas hay muchas, sí. Pero supongo que pocas (si es que las hay) como ALKALOID. Luego de la primera y apabullante escucha, entre otras muchas dudas nos preguntaremos ¿Todos los integrantes aportan de todo o cada uno su estilo? ¿Comparten todos sus preferencias o solo los une el mismo diagnóstico psiquiátrico? ¿Consiguieron permisos de salida de alguna institución de salud mental para hacer Numen o simplemente se escaparon? En lo personal yo me inclinaría por esta última, pero vayamos al lanzamiento en sí.

El nivel de técnica de cada uno de los integrantes es absolutamente indiscutible. Morean en guitarra y voz, Christian Münzner (a quien vimos en Buenos Aires hace unos días con OBSCURA) también en guitarra, Linus Klausenitzer en bajo y Hannes Grossmann en batería exhiben una virtuosidad infernal con una naturalidad asombrosa. Composiciones tremendamente intrincadas, con arreglos complejos, sorprendentes y a veces hasta casi incomprensibles fluyen como si se trataran de un paseo por el parque un domingo a la tarde. Un verdadero supergruop más allá de que cada uno provenga de DARK FORTRESS, los ya mencionados OBSCURA, OBSIDIOUS o NECROPHAGIST por ejemplo.

Podríamos decir que como botón de muestra alcanza con el tema apertura “Qliphosis” con su comienzo tenso, su riff de sabbathesca influencia al que se le suma una base de bajo y batería a doble bombo furiosa, las voces guturales, con su interludio/arreglo de guitarra totalmente frenético y delirante, el impresionante solo de bajo fretless, el de batería, los de guitarras, sus momentos muy en la vena heavy metal, etc. sí, podríamos decir que vale como muestra, pero no, nos quedarían demasiadas cosas afuera. Y solo van 07’48” de los 70’15” en total.

Pareciera que en “The cambrian explosion” la cosa se encamina decididamente hacia el metal extremo: error, al minuto de su comienzo aparece una sección jazz/flamenca, de sonido eléctrico, pero limpio que hasta tiene de fondo las típicas palmas llevando el ritmo. Vuelve a los sones frenéticos del comienzo. Más jazz y más metal extremo. Fin.

Clusterfuck” no es una canción de formato previsible, pero con lo escuchado hasta acá resulta un momento casi de paz, casi de normalidad. Casi como cuando ponemos cualquier otro álbum que suena muy bien y nos gusta, y no como este que no solo nos hace dudar de la salud mental de la banda, sino que en medio del disfrute nos interpela también sobre la nuestra.

Shades of Shub-Niggurath” sí nos lleva a agitar la cabeza con uno de los temas más fuertes, de machaques superpesados, bases brutales y unos growlings más que adecuados para hablar de una de las espeluznantes criaturas del universo ideado por H. P. Lovecraft.

Guitarras acústicas y voces limpias son el comienzo de “A fool’s desire”, melódica y armónicamente más abierto aún cuando se pone cada vez más eléctrico y agresivo. Otra excelente composición que nos va llevando en un clima in crescendo hasta estar nuevamente en medio de un entorno death metal casi sin darnos cuenta.

Y así se va desarrollando todo el lanzamiento. Sorpresa tras sorpresa, sin nunca dar muchas pistas sobre qué será lo siguiente, y no solo hablo de los diferentes tracks sino dentro de los mismos incluso. No importa cuánto tengas la guardia alta, la piña vendrá por el lugar menos pensado. Como cuando estamos inmersos en pleno huracán deathmetalero y, sin previo aviso, aparece esa belleza que es “The black siren”, un breve tema acústico que parece sacado del “Friday night in San Francisco” de Di Meola, McLaughlin y De Lucía. Y luego siguen la canción que da nombre al álbum, después “Recursion”, “The folding” y nos sitúan otra vez en manos de la velocidad, lo intrincado, la tensión asfixiante y la distorsión, hasta que “Alpha aur” pone un broche de oro a la escucha y nos deja con la cabeza llena de preguntas, que quizás nuevas escuchas respondan… quizás no.

Algunos datos técnicos:

Grabado en Mordor Sounds, Nürnberg, Germany.

Producción: Hannes Grossmann y Alkaloid.

Grabación y mezcla: Hannes Grossmann

Masterizado: Alan Douches en West Side Music studio, Hudson Valley, NY.

Músicos invitados: Adam Wallis, Cydney McQuillan-Grace, John Schaffer, Lauren Gill, Sara Robalo, Shannon Bedford.

Coros adicionales en “The Cambrian Explosion” and “Shades of Shub-Niggurath 

Guitarrista fundador de Alkaloid, Danny Tunker, colabora en “The Cambrian Explosion

Arte gráfico y fotos: Christian Martin Weiss

Texto: Sergio Avil
Agradecemos al sello por la facilitación del material.

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