AT THE GATES en vivo en Comodoro Rivadavia: “El sur existe y Suecia ya lo sabe”


El sur existe y Suecia ya lo sabe

Una nueva visita de AT THE GATES a la Argentina después de un poco de más de tres años, será el tópico al cual en esta oportunidad nos vamos a ocupar. A diferencia de la mencionada vez, la banda iba a arribar a nuestro país y por primera vez en su historia iba a hacer dos fechas. Una es ésta, la que nos convoca en el presente escrito, y la otra, en la ciudad de Buenos Aires, lugar donde se albergan la mayor cantidad de eventos en la materia. Y como verán relato en un modo potencial ya que la fecha que se iba a dar en la ciudad más grande de nuestro país, se cayó estrepitosamente a días de su inicio. Lamentablemente muchos fans del centro/norte de Argentina se perdieron el show ya que lo que inicialmente eran suposiciones, se terminaron de confirmar cuando la banda realizó el comunicado oficial en su página. Sospecho de que no sólo el paro realizado por algunos gremios sino ante una posible baja venta de entradas (ese mismo día tocó NAPALM DEATH & CANNIBAL CORPSE) atentaron definitivamente contra el espectáculo y la banda por cuestión de calendario ya pactado de antemano, no pudo cumplir. Cuestión que con este caso cerrado, restaba pelear en cierta medida la fecha que también estaba pactada y cerrada en la ciudad de Comodoro Rivadavia (Chubut), la que para suerte de los muchos que teníamos ganas de presenciar, después de arduas tareas de los productores, manager y demás la pudimos tener por primera vez en la ciudad del viento.

No voy a ahondar mucho o especular con lo que pudo haber sido y no fue en la ciudad de la furia, pero si estoy en condiciones de decir que a mi entender fue un show mal parido desde el inicio, más allá del paro general de transportes al cual todos nos vimos sumergidos. Una misma fecha congregada por bandas de géneros similares de metal extremo eran potenciales competidores a la hora de convocar gente y teniendo que elegir entre un show A y un show B muchos se quedaron con los Ingleses y Yankees. Más allá de eso, la figura de la Patagonia indirectamente se enalteció y los Suecos casi sin ni siquiera creerla y a través de su más melódico y crudo death metal, llegaron hacia estas recónditas tierras después de haber tocado en más de un país latinoamericano antes de llegar. Quilombos con los vuelos, los horarios, los hoteles y cualquier cosa que se puedan imaginar oficiaron como potenciales trabas, pero cuando las cosas se hacen con ganas, independientemente de los riesgos que se corren, a las claras me remito que se pueden efectivizar en hechos si todos ponen un poco de sí.

Y a diferencia de otros shows, el horario del mismo se vio alterado en más de una oportunidad hasta que finalmente se dio como inicio a las 22 hs. puntuales. Claro, ustedes se preguntarán… ¿y las bandas soportes locales? ¿tocaron? Claro que sí… pero tuvieron que esperar a que los Suecos se bajen del escenario, previo cambio de algunos esquemas. Algo distinto les diría, así fue que ABOMINABLE HUMANIDAD & EVISCERATION serían los encargados de cerrar la noche y no justamente los Suecos, quienes habían llegado a la ciudad con un cansancio físico importante. El lugar elegido para el evento fue el Sótano Pub, recinto ya con más de una veintena de años en la ciudad, y espacio donde ya han desfilado miles de bandas de todo tipo y color. En este sentido vale mencionar que la gran mayoría de las veces que me había tocado asistir al local, muy pocas me había llevado un relativa buena impresión con el sonido, pero después de haber visto el interesante backline que presentó la producción del show me queda en claro que no hay nada que reprocharle al local como tal. A veces no basta un sonido muy alto para sonar adecuadamente, sino que por el contrario alcanza encontrar un esquema de sonido que sea efectivo para los oídos de los asistentes y así fue. Ojo, en más de una oportunidad he sentido desvalorizar al local en la materia, cuestión que no me parece bien, más aún cuando no abundan en la ciudad los espacios para el desarrollo de este tipo de eventos, pero si a las pruebas me remito cuando una banda pone todas sus condiciones y requisitos que necesita para dar un buen espectáculo, las cosas se articulan y salen productos como este que poco tienen que envidiarle a recintos en los cuales estamos acostumbrados a difundir en nuestro medio, por sobre todo en la ciudad de Buenos Aires, donde no solo las cuestiones tecnológicas están más a mano, sino que la logística y demás esfuerzos que hay que hacer no superan lo que implica armar algo como lo que vimos el pasado 24 de septiembre.

Yendo a la faceta musical la banda cumplió con creces y si bien, como ustedes saben habían llegado a presentar su nuevo disco “At Drink From The Night Itself”, recorrieron su basta discografía como suponiendo de que iba a estar mucha gente que de años los viene siguiendo y tomaron a la noche como una especie de mini tributo hacia los asistentes. Escuchamos canciones nuevas pero también nos pasearon por parte de su material más viejo. Como para que te des una idea y haciendo un balance, la mayor cantidad de temas que tocaron  fue de su anterior disco “At War With Reality” y se posicionaron en paralelo ese discazo que fue “Slaughter Of The Soul”, siendo que el estelar de la noche quedó a pasitos en cuanto a cantidad de canciones de los mencionados. Tampoco calienta mucho que hablemos de esos números, aunque si suena llamativo de que fue algo así como que no quisieron dejar huequito sin cubrir. Vivimos un show práctico, contundente, cero aburrido y de un dinamismo que si bien es inherente al género, no siempre puede gustar. Esta vez gustó y mucho y más de uno se aferró a canciones provenientes de álbumes como “Terminal Spirit Disease”, “The Red in the Sky is Ours” y porque no de “With Fear I Kiss The Burning Darkness”.

El poder de convocatoria no fue muy grande, esperaba sinceramente más, y si bien se habían vendido alrededor del 130 entradas anticipadas el número final de asistentes no sé cual habrá sido, cuestión que quizás importa para quienes hicieron el esfuerzo económico de producir el evento, pero que poco tiene que ver con el fanatismo de algunos o bien las ganas de asistir para apoyar eventos de este tipo para que los mismos puedan seguir desarrollándose en ciudades donde no todo está al alcance de la mano. En este sentido, es de destacar que la entrada a pesar de los vaivenes económicos se mantuvo a un precio más que accesible desde que se anunció el recital para lo que implica una movida de este tipo (ciento y pico de mangos más que BA), pero bueno, parece que así tampoco alcanza. Haciendo un mea culpa les diría que después tampoco no andemos llorando por los rincones cuando las bandas no vengan, así se complica para que “x” persona se juegue a traer a alguien cuando la historia no se apoya masivamente.

Pero bueno, en definitiva lo que más nos interesa es hacer hincapié en lo que la banda dejó musicalmente y de eso no podemos decir nada. Fue un show parejo, al cual inicialmente en las primeras tres canciones su sonidista no pudo dar en la tecla, pero que después de ese entonces los llevaría hacia una base equilibrada y cero estridente, lo que no es una dato menor cuando los locales no cuentan con toda una acústica reforzada para eventos de este tipo. Algún que otro problema en el micrófono o en su cable de “Tompa” bastaron para que el mismo se ponga medio fastidioso ya que lo que pereció ser un arreglo definitivo cuando promediaba el segundo tema, volvió a fallar en canciones posteriores como durante la ejecución de “The Chasm”. Fue recién un toque más adelante que todo funcionó mejor, previas disculpas de Tomas para con los fans. Algunas palabras alusivas hacia Comodoro y su belleza bastaron para que a través de su frontman la banda deje bien clara su alegría, y a la vez, sosteniendo como tal la poco imaginada chance de poder estar ante una ciudad a cientos de miles de kilómetros de su lugar de origen.

Y al son de las remeras de ANGEL WITCH, RAINBOW y MOTÖRHEAD la banda se mostraría híper consolidada arriba del escenario, con un despliegue enorme de su baterista Adrian Erlandsson (como siempre sucede), más la garra del nuevo violero Jonas Stålhammar quién recordemos reemplazó el año pasado a Anders Björler, hermano gemelo del grandioso Jonas, bajista que se pone al pecho cada uno de los movimientos que el quinteto da en vivo en conjunto con Tomas. Literalmente entre los dos se ponen la banda al hombro. Hubo momentos de mayor reflexión como era de esperar también en la intro de “El altar del dios desconocido” cuando “Tompa” se refirió al gran Ernesto Sábato como maestro literario mundial, al cual sin ir más lejos el cantante ha tomado como referencia a la hora de escribir y cranear en más de un álbum la estructura literaria de las canciones de la banda.

Y esas canciones fueron las que en definitiva nos permitieron corearlas, como suele suceder con cada riff que proponen las bandas de este estilo y si bien ya para ellos no es una novedad, se sienten más que gratos y distintos momentos, que no hacen más que contagiar a los músicos para que las cosas salgan mejor aún todavía. Pasamos por la nostálgica “The Swarm”, por la violenta “Nausea”, por la contundente “War With Reality” y casi al final ligamos la “Destrucción” de la banda, la genial única y auténtica con la cual muchos los conocimos allá a principios de los ’90 con el amigo Alfredo vía Headbanger’s Ball, “Blinded By Fear”. Ya para el cierre, la banda se despidió gradualmente y en solitario se fueron retirando del escenario. Primero el cantante, luego uno de sus guitarristas y con algunos acordes sonando y demás detalles de sonido de fondo, el fuego se apagó.

Posteriormente, después de un breve paréntesis, sería el turno de ABOMINABLE HUMANIDAD & EVISCERATION, de quienes debo destacar sus prolijos trabajos. Ambas distantes del death metal melódico y posicionados más sobre una base mayormente de death metal brutal llevarían sus setlist adelante con mucha contundencia. Si bien el sonido no fue calcado al de la banda principal, si podemos decir que fue muy bueno, el cual nos permitió divisar cada parte del todo siendo la guturalidad y contundencia de sus cantantes un dato no menor. Lo que sí, poca gente se quedó a hacerles el aguante. Te diría que al menos un 50% del recinto se vació después de que ATG hiciera su trabajo, pero esto no alcanzó para que la historia se desarrolle con total normalidad. Debo destacar también lo respetuosa que fue la gente para con los músicos de todas las bandas y prácticamente en ningún momento tuvieron que bajar a algún desubicado del escenario, situación  no menor ya que era algo que me hacía ruido en un principio debido a la ansiedad por tener tamaña banda en la ciudad.

ATG pasó por Comodoro Rivadavia y sin querer queriendo la ciudad petrolera se transformó en la base Argentina de los Suecos para con el mundo. Me queda el lindo sabor de que el show estuvo a las alturas de las circunstancias así como su organización. Tranquilamente podríamos tomar a este evento como una alerta y una alarma también para que la gente acompañe más este tipo de propuestas, las cuales no son fáciles de organizar y mantener en una línea del tiempo en un país tan inestable como siempre lo fuimos. Independientemente de eso, la ciudad del viento ya posee en su haber un hito con una banda extranjera de metal, quienes llegaron a mostrar lo que practican desde hace 28 años. Esto sentí decir en un show en el cual tendremos históricamente de contarles al resto que los estilistas de la melodía saben lo que es el viento, el petróleo, el cordero y jugársela para que ellos puedan tachar otro punto del planisferio.

Texto: Hernán Mazón

Fotografía: No fuimos acreditados

Agradecemos a Patagonia Metal-Fest por la acreditación al evento.

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