Año: 2023 | País: Argentina | Género: New metal | Sello: Independiente | Lemmymómetro: ♠♠♠♠♠♠♠♠ (8/10)
El nu metal está atravesando un buen momento de revival, si se quiere, con grandes exponentes de antaño retomando sus actividades y llegando al punto más alto de exposición en los últimos 20 años y muchas bandas aprovecharon este nueva ola para subirse a su cresta. Tal es el caso de BARBOS, una banda surgida en la Zona Oeste del conurbano bonaerense en 2022, que toma lo mejor de los mejores exponentes de esta ramificación del metal, y lo plasma de una forma espléndida con su propia impronta. Los acreditados en la formación son Maximiliano García como vocalista principal, Darío Dimarco y Pablo De Souza en guitarra, Luis Ramírez en bajo y Victor Solís (PLAN CUATRO) en batería.
Tras lanzar su EP debut el mismo año de su incepción, titulado “En medio del caos”, con una vibra más alternativa en general; a mediados del 2023 sorprendieron con “No Hay Lugar para los Débiles” (y un inminente show presentación en Uniclub), metiéndose de lleno con el foco en el rap metal, con fuertes influencias en KORN y LIMP BIZKIT, pero también se nota un dejo a CARAJO, sobre todo cuando el rap se vuelve intenso y se amortigua con tenues melodías vocales de fondo. Un ejemplo de esto se escucha en el segundo tema de la lista, “Duende”, una canción un tanto más oscura y melancólica que el resto, al son de una letra que relata una fuerte historia de autosuperación. Esta veta oscura se aclara un poco con “Latinoamérica”, que arranca con una melodía más ominosa y mayor contenido “alternativo” que rapeado, abordando el cruel relato de la conquista precolombina con el lema del título del disco coreado en los estribos.
Sin embargo, la escucha es muy entretenida y no cae, necesariamente, en sentimientos nostálgicos o fríos, ya que el tema de apertura, “No existe una sola verdad” continúa mostrando la tremenda habilidad de frasear de Maximiliano García, quien también esgrime unas voces más punk en los estribillos e, incluso, se anima a lanzar unos gruñidos más bien propios del mítico Jonathan Davis. Estas vetas de nu metal de fines del noventa se siguen acentuando en el resto de las canciones, “Veneno de serpiente” y “Ejecutor”, con artilugios más propios de los queridísimos Wes Borland o Brian Welsh que ejecutan Darío Dimarco y Pablo De Souza destacándose por encima de la base rítmica, que es bien marcada y nos mantiene agitando la cabeza de principio a fin de los 23 minutos y monedas que dura este EP. “No hay lugar para los débiles” tiene una premisa muy simple y que se cumple ampliamente: transmitir fortaleza en sus letras y hacer lo que más disfrutan que es hacer música.
Texto: Luis Gallucci
Foto: Banda
Agradecemos a la banda por la facilitación del material.
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