Fecha: Viernes 26 de abril de 2024 | Lugar: El Teatrito | Ciudad: C.A.B.A. | Hora: 19:00 hs. | Bandas invitadas: TANDEM, BLOOM & ARPEGHY
Por una cuestión de horarios recién pudimos llegar a El Teatrito cuando estaba finalizando la presentación de los locales ARP3GHY, quienes antecedieron al acto principal al igual que TANDEM y BLOOM. No faltará oportunidad de verlos en algún otro momento y explayarnos sobre algún show en que estén (de las primeras dos bandas hemos comentado presentaciones ya).
Así que sin más, nos meteremos de lleno en el gran concierto que dieron los suecos ECLIPSE como parte de su “Megalomanium Tour 2024”. Una presentación que dejó bastante para comentar, incluso un dato sorprendente que guardaré para el final.
A las 21:40 hs (diez minutos pasados de la hora pautada para su comienzo) se descorrió el telón y mostró un escenario vacío. Comenzaron a sonar una serie de fragmentos de canciones de distintas bandas separados por una especie de interferencia, como si alguien estuviera buscando en una radio algo específico para escuchar. Unos segundos de SCORPIONS, luego MEGADETH, un poquito de AC/DC y algunas más hasta que sí, los cabeza de cartel se apersonaron sobre las tablas para beneplácito y jolgorio de un público que, gracias seguramente a los actos soportes y también a cierta dosis de ansiedad, ya estaba en llamas.
El vocalista y guitarrista Erik Martensson tomó el micrófono para saludar enérgicamente y ahí nomás empezó la descarga. “Apocalypse blues” abrió el juego y esto fue como una muestra de lo que siguió: una banda interpretando un setlist muy intenso que con sutiles variantes mostró a lo largo de los temas un estilo de hard rock europeo, muy cancionero y por demás ganchero, un poco en la onda EUROPE pero más rocker y agresivo, más heavy, con cierta influencia alternativa y… ¿Algún touch de punk rock de las agrupaciones más festivas del subgénero, tipo COCK SPARRER o DIE TOTEN HOSEN? Sí… podríamos decir que también eso.
Un coctel verdaderamente explosivo. Más si contamos con que la audiencia estaba absolutamente dispuesta a pasarla bien y a pelearle mano a mano a la agrupación en cuanto a agite. Todos conocían las letras, los coros, las melodías, fraseos y riffs y lo hicieron saber cantando a viva voz todo el tiempo, sin dejar de saltar, claro. “Got it!”, no ayudó a bajar las revoluciones desde ya, como tampoco ese otro temón llamado “The hardest part is losing you”. Las canciones de ECLIPSE si bien no carecen de una buena dosis de técnica, tampoco se dispersan en largos pasajes Instrumentales, sino que el formato de cada una no está lejos del tradicional intro/estrofa/coro/estrofa/coro/solo de guitarra/estrofa/coro y fin. Es justo decir que lo disimulan muy bien y es un detalle que pasa totalmente desapercibido.
Martensson es un vocalista aguerrido al que tampoco le quedan mal los momentos emotivos y climáticos. Sobre el escenario despliega un gran carisma y mucha comunicación con el público. Como cuando comentó que había escuchado mucho sobre Buenos Aires, que le habían hablado mucho de Buenos Aires, que les dijeron muchas veces que tenían que venir a tocar aquí, y nos dijo a los gritos: “… Well, where is Buenos Aires?: It’s on the other side of the world! Okay! ¡AND NOW WE ARE HERE!”
El público explotó y la descarga de canciones superenérgicas también. “Run for cover” y “Bleed & scream” echaron más nafta al fuego y recién en la lenta y sentida intro de “Anthem” pudimos tomar algo de aire. “The storm” no tiene nombre de balada y no lo es, además que Martensson dejó su guitarra en esta canción y se dedicó a recorrer el escenario febrilmente y ampliar su labor como frontman; la dramática “Hurt” sin ser acelerada ni excesivamente pesada sumó intensidad a su manera, le siguió “Runaways” y después fue el turno de un muy interesante y no extenso solo de batería a cargo de Philip Crusner, quien se valió de una pista pregrabada con fuertes melodías de teclados para tocar encima, pista que incluyó un fragmento (muy conocido por todos) de la pieza clásica “O fortuna (Carmina Burana)”. Luego volvimos al ruedo de la mano de “Saturday Night (Hallelujah)” y hablame de temas gancheros… una dosis de dopamina para poner las pulsaciones a mil otra vez y clima de fiesta.
Después de un muy breve interludio musical a modo de descanso la descarga se puso más seria con “Downfall of Eden” y sobre todo, la más heavy “Black rain”. Todavía no hemos mencionado la muy buena técnica, fuerza y buen gusto del primer guitarrista Magnus Henriksson, ni el muy buen trabajo de Victor Crusner en bajo quien junto al otro Crusner, Philip, conforman la excelente base musical de la banda.
Se acercaba el final del show y comenzó a sonar otro de esos temas que se quedan tatuados en la cabeza como lo es “Never look back” al que le siguió la infernal “Twilight”.
Y ahora sí Martensson anunció la canción de cierre, “Viva la victoria”. Composición que no mostró nada nuevo a la noche, porque fue otra canción hiper enérgica, de estribillo imbatible y melodías absolutamente cantables; contundente, épica. Apenas finalizada el cantante dijo que íbamos a tener UNA ÚLTIMA CHANCE. Pero para que eso sucediera todos los presentes debían prometer cumplir tres condiciones: a la cuenta de cuatro que iba a hacer Philip en su batería todos, absolutamente todos tenían que cantar, saltar y sobre todo, volverse absolutamente locos.
Y luego de la señal arrancaron furiosamente con cuatro vueltas más del estribillo del tema que hacía solo segundos había finalizado y créanme, fue tal el cumplimiento de lo pedido por el vocalista de parte del público que faltó muy poco para que todo se saliera de control. Hablar de adrenalina o cosa parecida sería redundante y tampoco explicaría lo que sucedió en ese verdadero show.
Bonus track: La presentación de ECLIPSE comenzó a las 21:40 hs, al salir del recinto eran… las 23:00 hs, “solo” 80 minutos. Si el reloj me hubiese dicho que eran las 23:30 hs o casi la medianoche lo hubiese creído. Fue una descarga de música electrizante de esas que te hacen perder la noción del tiempo, donde todo fluye, un momento en el que se pierden las referencias y solo importa el disfrute. En síntesis, una verdadera fiesta.