FUGHU “Human: (The Tales) (The Facts)”


Año: 2013 | País: Argentina | Sello: Independiente

Lista de temas:

The Tales:

  1. The Human Way
  2. Inertia
  3. Dry Fountain
  4. Twisted Mind
  5. Goodbye
  6. Evil Eyes
  7. Mayhem

The Facts:

  1. Void
  2. Quirk Of Fate
  3. The Play
  4. Climb
  5. Vater
  6. Winter
  7. Till The Day I Die
  8. The Facts

Vuelta al ruedo de los progresivos Fughu cuatro años después de ese inicio marcado a través de la edición de “Absence” (2009). Claro es que el metal progresivo es la fusión de varios géneros que se solapan, quizás esas raíces entrelazadas con síntomas viejos del thrash con bandas precursoras del sistema del rock sinfónico como King Crimson, Yes o bien los modernos Dream Theater. El sello de la banda es claro. No titubean ni intentar seducir otro género. Están bien encasillados y tienen con que darle. Hay capacidades musicales individuales que hablan por sí solas. Y para la ocasión la banda doblegó su apuesta y editó un disco en dos partes denominado “Human: The Tales” y, por otro lado, “Human: The Facts”, que si vamos al caso el orden de los factores no altera el producto a pesar de las diferencias que marcan entre disco y disco, musicalmente hablando.

Quince cortes componen el larga duración mencionado, pero para la ocasión haremos un análisis individualizado. Quizás por el color de su tapa el primero que tomé para dar mi particular visión fue “The Tales”. Y bueno, lo primero que debo resaltar es la calidad del sonido de la producción, como así también cada uno de los desempeños individuales mencionados previamente. Recorren el ámbito progresivo descrito. Y no es broma. Hay mucho trabajo desde los teclados, guitarras, voces que encajan perfectamente y una batería que desde el fondo le pone el moño dorado a la banda. Profesionalismo creativo creo es lo que sobra, así que si sos adepto al género no dejes pasar la oportunidad de que lleguen a tus oídos. Eso sí, preparate y sentate con tiempo, porque si bien ambos discos tienen individualmente menos temas que un disco convencional, la duración de cada una de las canciones que lo integran es prolongada.

“The Human Way” o “Inertia” son la más clara representación con lo que te vas a encontrar mientras el disco corre camino a su digestión. Las voces operísticas de Santiago y un más que interesante trabajo desde las guitarras por parte de Ariel Bellizio le dan a la banda un cuerpo personal, pero no único e irrepetible. Suben y bajan de velocidad, siendo clásicos al género, que tranquilamente un alto emparentamiento tiene con bandas del palo de Queensrÿche o Porcupine Tree. Cuando la cosa parece que empieza a caer hay siempre una carta guardada que permite realzar esos sabores progresivos que son base clave de la banda. Los efectos en las guitarras están a la orden del día igual, como es el caso de “Dry Fountain”, al igual que las voces cuáles juegan con sus virtudes más agudas y pacientes. Esto es un sube y baja definitivamente. Es un disco que por momentos hace que respires paz, como también saques toda tu furia del interior y permitas representar en el horizonte otras sensaciones. Esos redobles casi silenciosos generan atmósferas en el disco que son súper llamativas, a veces casi como desapareciendo, pero que nunca dejan de tener el ímpetu necesario de lo que se pretende dejar como moraleja.

“Twisted Mind” juega con algún pasaje más pop robotizado, la banda sigue por la misma senda pero emulando con algún toque más electrónico. Quizás algún tipo de invocación sentí de bandas de los ’80 como Génesis, pero siempre progresivo y trabado, enroscado, pero melódicamente muy bien compuesto. “Goodbye” quizás sea la más clara representación del ida y vuelta que es el género en sí y lo que la banda pretende mostrar. Que Santiago Burgi (voces) definitivamente conoce que tiene con que, no hay duda, y la banda eso lo entiende a “rajatabla” y hacen alarde en el buen sentido y lo aprovechan en gran manera acoplándose a las virtudes de su cantante. Para el cierre de una de las partes, “Evil Eyes” (quizás la más rockera del disco) y “Mayhem” que en cercanía los nueve minutos de duración termina siendo una obra que engloba los distintos pasajes de “The Tales”, conjugando voces pasivas, voces activas, infinidad de arreglos desde la percusión y un trabajo muy fino desde las seis cuerdas, en materia de riffs y acordes.

“The Facts” tiene todo eso que tiene “The Tales” pero de movida aparece un piano que por ejemplo en su compañero está presente pero a un modo menos clásico. La línea sigue siendo progresiva, sello de la banda a esta altura, pero quizás un tanto más crudo que el anterior descripto. “Void” es desencadenante en todo esto, que si bien es acompañada desde las voces se jacta por ser un tema casi instrumental. “Quirk Of Fate” arranca con unos acordes dark’s entremezclada por sonidos un tanto más barrocos. Quizás la diferencia más marcada sea que este inicio se representa como algo mucho más sinfónico desde los que veníamos escuchando, pero siempre progresivo. Se habla más y se canta menos, quizás queriendo transformar los sonidos en una especie de fábula. Las afinaciones vocales marcan otra sintonía. Quizás más graves o emparentadas por relucirse en soledad, y mucho más acompañadas por teclados que desde el fondo le dan un cuerpo distinto a la situación. Relatos a la “Geoff Tate” por doquier. “The Play” invita a los juegos más melódicos y románticos de la banda, donde se disfrutan las voces, coros y un reluciente piano clásico que acompaña. Quizás sea el momento culmine en el que uno cae y puede comprender el porqué de las diferencias entre uno y otro “Human”.

Lo sinfónico se acentúa con “Climb“, sintetizadores de por medio y un claro rugir de la batería son los fuertes de la obra, mucho más volada que cualquiera de las anteriores. Quizás hasta te recuerden a trabajos de gente como Pink Floyd. Muy conversado, muy contado, demostrando que la banda tiene la capacidad de fusionarse en otro polo. “Vater” es otro ejemplo, quizás un tanto más psicodélica que las anteriores y hasta potencialmente podría oficiar como track de una película de terror. Por momentos recorre pasajes operísticos y no titubea en querer transformarse en el espacio electrónico de la banda. Por otro lado, a través de “Winter”, la banda invita a momentos de mayor relax, casi emparentado con algún tipo de retrospección personal. Es un tema que permite viajar, pero que poco condimento progresivo tiene. Definitivamente, estamos ante una parte mucho más sinfónica que la otra. “Till The Day I Die” es un resumen de todas estas variables descritas, rara, pero insisto, de película. Valga la redundancia, el hecho viene de la mano de la homónima “The Facts”. Que sigue la línea de sus antecesoras, muy conversada, trabada, con una cuota psicodélica y donde no hay instrumento que no se distinga. El ir a destiempo musicalmente hablando ya es una fija en el seno de la banda. Pero si de cierres atrevidos y raros hablamos, sea este el que en mucho tiempo escuché. En contraposición a todo esto y al cabo de unos minutos vuelve a aparecer Fughu, ese mismo de las características que conoces.

Me llevo un trabajo muy particular, pero que si vamos al caso, y más aún si sos adepto al género, más de un esfuerzo de tu parte requieras para poder comprender lo que estos muchachos decidieron componer, sin duda, bajo una esfera que progresa.

Agradecemos a Selva Effron y a la banda por el material.

Autor: Hernán Mazón


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