Reivindicando mentores
Días atrás, probablemente vivimos una de las fiestas más aguerridas que hayamos presenciado en materia de thrash metal en la ciudad de Buenos Aires. La segunda visita de HAVOK a la Argentina, no solo pintaba lindo con anticipación, sino que prácticamente todo lo que se creía que ellos podrían dar, fue cumplido. Y cumplido en todo sentido, ya que se acercó mucha gente a verlos (por lejos fue mucho más de la que realmente pensé que iría), las bandas soportes (no solo por lo comentado) sino también por lo vivido ya que alcanzamos a ver HAMVIDES y la verdad que hicieron un buen trabajo, y por último, algo crucial para bandas de este estilo: tuvieron un sonido que fue adecuado. Nos recibiría Uniclub nuevamente, recinto del cual ya podemos decir que se erige como uno de los locales más elegidos por las distintas producciones, aunque muchos siempre rezonguen y estén disconformes con la falta de espacio, visibilidad y varios detalles más.
Cuestión es que las molestias llegaron lógicamente cuando hablamos de un recinto donde prácticamente no podíamos ni movernos, así que doble laburo ya que tanto cronistas como fotógrafos tenemos que andar medio rebuscándonos para ver donde podemos posicionarnos para poder sacar una relativa buena foto o encontrar una buena ubicación para hacer un relato relativamente adecuado de lo vivido. Pero como ustedes saben, ante incomodidades uno parece que saca fuerzas de no se donde, lo relativo deja de ser relativo y salen lindos laburos, o bien uno intenta que sea así. Así que en un poco más de una hora disfrutamos a los jóvenes de HAVOK y como les conté, parte de lo que hicieron los locales HAMVIDES.
Y no quiero ponerme insistente con el tema, pero estaba plagado de gente y por momento costaba respirar. Entre la tonelada de puchos prendidos, el frío de afuera y el calor de adentro (y los de Uniclub siguen sin prender los ventiladores) estaba todo como medio extraño. Lo que no fue extraño fue el desempeño de HAMVIDES quienes a mi entender entregaron todo de si. No estamos ante un propuesta distinta para tus oídos pero si ante una banda que deja sus sonidos encima del escenario de un modo completamente aguerrido. Sonaron bien y al parecer gustaron o al menos es lo que me marcó el indicador de aplausos. La gente los respetó durante todo el set y se dedicaron a realizar temas propios los cuales están siempre de una manera u otra relacionados con propuestas afines a nuestro oídos, si hablamos de otras bandas nacionales e internacionales.
Ya el plato fuerte llegaría después de las 21.30 hs. y durante un poco más de una hora los muchachos de HAVOK solo pararían para los bises donde nos dedicaron dos temas más. El setlist fue prácticamente calcado a lo que venían haciendo en otras localidades y no dejaron lugar para el descanso, por sobre todo para los sacados que estaban en medio del pogo, de los más violentos que en mucho tiempo vi; transformando lo que era una noche fría y gris en todo lo opuesto. Las cientos de almas que llenaron la planta baja, no me van a dejar mentir. Y podríamos decir que a diferencia de MUNICIPAL WASTE estamos ante una banda distinta, más estilizada, más allá de que todo lo que hacen, al menos para mí, está completamente oído. En su propuesta no hay nada de nuevo, sino que por el contrario son una especie de revitalización de lo que han hecho bandas del palo en los ’80 o ’90, cuando algunos de estos pibes todavía no habían nacido (hola que tal NUCLEAR ASSAULT). Pero déjenme decirles que lo que hacen lo hacen muy bien, a pesar de que no salgan de la ola thrash metal más cruda y aguerrida a la cual me vengo refiriendo.
Cuentan entre sus filas con gente talentosa y su cantante, con esa voz prácticamente calcada también a lo que las bandas del estilo hicieron lidera los movimientos del grupo, sus estímulos y cada latir del corazón un cada riff o golpe de batería. Deberías de haber escuchado canciones como “Fatal Intervention”, “Hang ‘Em High”, “Prepare For Attack”, “F.P.C.” o “Out If My Way” y entenderías mucho más sencillo que con las palabras que estoy intentando transmitirte. Buenas guitarras, buenos solos… de hecho me gustaron más los de David Sanchez que los del guitarrista principal, Reece Scruggs. Terminé entendiendo a los mismos como muchas más armoniosos y con una cuota melódica que el segundo mencionado no tiene, pero si cargado de bastante tecnicismo. Aunque por otro lado si me tengo que quedar con uno que se haya destacado lo hago con su bajista, Nick Schendzielos, literalmente, una bestia. El tipo no solo hace sonar el bajo como una banda clásica de thrash manda, sino que lleva los hilos en muchas canciones. Tampoco quiero dejar afuera a la fiera Pete Webber, que en los parches la dejó “así” de chiquitita.
Lógicamente no faltó en el show aquel inadaptado social que no solo no le alcanza con subir al escenario y desconectarle la pedalera a David, sino que se suben, no se bajan y se quieren hacer ver como bien salames que son. Pero todo tiene un límite, es más… más de allá de que sea un show de thrash metal, donde sabemos que el descontrol reina, por demás estuvieron esos golpes que recibió su cantante, como cuando el micrófono golpeó de lleno en su boca mientras cantaba o bien como cuando el infeliz ese que subió para prácticamente forzar a los músicos les den púas mientras estaban tocando (en nuestra jerga se llama robo y está mal). Vergüenza ajena de presenciar una situación de este tipo con gestos amenazantes adelante de todos, falta de respeto total no solo para la banda sino también para aquellos que no pensamos ni hacemos lo mismo. Claro, después si la banda se iba y no tocaba más, eran unos HDP. Pero bueno, así estamos país, con gente que no se ni para que llega a un show.
Pero bueno, más allá de estos incidentes, seguimos escuchando temas sin parar como “From the cradle to the grave”, “Intention to deceive” y ya para los bises sonaron “D.O.A” y “Time is up”. Show súper intenso, de esos que no bajan el pie del acelerador. Me queda la sensación de que durante doce o trece temas vivimos un show distinto, de esos que con poco tiempo llenan mucho, pero por otro lado cuesta mucho separar la faceta musical de las actitudes que atentan contra un espectáculo y que por momentos lo empañan. De lo que hay algo innegable en todo lo vivido es que los oriundos de Colorado, dejaron todo lo que había que dejar. Concreta performance de HAVOK. Todo lo que tienen, merecido ha llegado.
Texto: Hernán Mazón
Fotografía: Paula Andersen
Agradecemos a Juan Manuel Acuña por la acreditación al evento.
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