HELLOWEEN EN VIVO EN ARGENTINA: “El poder metalero Alemán”


 

Fecha: Domingo 2 de octubre | Hora: 19 hs. | Ciudad: CABA | Lugar: Luna Park | Bandas invitadas: HAMMERFALL & BETO VAZQUEZ INFINITY

Las calabazas volvieron a presentar su nuevo disco y demostraron que siguen en gran forma.

Los antecedentes directos a esta nueva venida de HELLOWEEN eran muy claros: las dos visitas en el Luna Park (2017 y 2018) habían dejado la vara muy alta en cuanto a lo que podía dar un grupo que finalmente recibía un justo reconocimiento a nivel producción y convocatoria luego de haber inventado literalmente el power metal. Dos presentaciones sólidas (a primera por motivos obvios más efusiva por el nivel de sorpresa) hacían necesario la salida de un nuevo disco para comprobar la química de los integrantes entre si y para variar el set. El auto titulado Helloween estuvo a la altura de las circunstancias, principalmente porque fue muy bien recibido por quienes esperaban una obra que tuviera un impacto considerable para una formación ampliada de un grupo que hoy cuenta con a Andi Deris, Michael Kiske, Michael Weikath, Kai Hansen, Sascha Gerstner, Markus Grosskopf y Dani Löble entre sus filas.

Una de las cuestiones que había dejado en claro el desempeño del grupo en los dos Luna Park fue que los integrantes dejaron hace rato las cuestiones relacionadas a los egos fuera de discusión, principalmente porque los alemanes tienen un set lo suficientemente amplio para dar lugar al aporte de todos los integrantes. En este sentido el inicio del show no solo fue efectivo sino que también fue una declaración de principios. ¿Cuántas bandas se animan a incluir a comienzo del show dos canciones que tranquilamente podrían servir para cerrar una presentación? Claramente los alemanes se saben ganadores y así lo demostraron desde el principio. La ecuación fue fácil: una de las canciones nuevas en la que brilla Kiske (“Skyfall” que además recupera a legendaria obsesión de Kai Hansen por los extraterrestres popularizada en su proyecto post HELLOWEEN, GAMMA RAY) fue la que dio inicio al show no sin antes incluir una intro que hizo que se cayera un imponente telón con el logo de a banda. Con un sonido fuerte y nítido, estos primeros momentos dieron cuenta de todo lo que está bien en “la H” alemana. Si bien como dijimos, en la canción prevalece el aporte vocal de Kiske, a largo de la canción se produjo un interesante contrapunto con Deris (una estrofa cada uno) y luego un estribillo cada uno con el consecuente contraste de sus colores vocales. La segunda parte de la canción puso a Hansen como protagonista, en un gran nivel y finalmente la última parte a toda la banda a pleno, dando cuenta de lo conforme que están los integrantes con su nueva obra. La continuidad vino por el lado de uno de los himnos de power metal, “Eagle Fly Free” cantado en soledad por Kiske con una salvedad: si en las dos presentaciones anteriores, su performance había sido excelente, en esta oportunidad se lo notó aún más sólido y afilado, algo que confirmaría a lo largo del show y que desembocaría en su mejor presentación en Argentina.

En seguida, otra del último disco, la rockera “Mass Polution” (escrita por Andy Deris y lógicamente orientada a su impronta) sirvió para que el mismo Deris dé cuenta de todo su carisma y su potencia vocal, bautizando a argentina “como el país con los mejores cantantes del mundo” en un risueño ida y vuelta con el público. Este primer tramo del show terminó en la enorme “Future World”, con otra vez Kiske en escena y la banda en plena coreografía, dejando un mensaje bien claro: en cuatro canciones lo alemanes habían mostrado casi todo su poderío con juegos de guitarras gemelas, armonías vocales y un impecable desempeño en donde las nuevas canciones poco tienen que envidiarle a los clásicos.

Una de las más representativas de la era Deris, la festejadísima “Power” en donde el público también estuvo enganchado y participativo, dio paso a “Save Us” una de las más icónicas de la era Kiske en otro gran momento donde los dos cantantes brillaron en sus interpretaciones aunque Kiske se haya llevado el premio final por llegar a una serie de agudos imposibles. La continuación del show, trajó el medley de la era Hansen con un enganchado que incluyó “Metal Invaders / Victim of Fate / Gorgar / Ride the Sky ”  finalizando con “Heavy Metal is the Law”, todas del primer disco de la banda Walls Of Jericho. Con un sonido cercano al speed metal y al thrash, fue notable como en este segmento del show la banda logró endurecer su sonido, mostrando todo su oficio en lo que fue uno de los momentos más festejados de la noche. En este punto, es bueno tanto destacar el aporte de la base rítmica de Markus Grosskopf y Dani Löble porque aquí tuvieron que acelerar al máximo y aquí lo hicieron sin problemas. En especial el desempeño de Löble fue uno de los puntos más altos de la noche. Si en las últimas visitas había pasado desapercibido o había cumplido con lo justo, en este nuevo set, su aporte desde los parches le dio furia y pesadez y velocidad a las canciones, dando cuenta que el extenso tour que están emprendiendo los alemanes tiene efecto en el resultado final que encuentran las canciones en vivo por el training y la exigencia que propone.

Algo similar se podría decir respecto a Kai Hansen. Si a esta altura es indiscutible su aporte como guitarrista, aquí se lo notó rejuvenecido a nivel vocal, dando la pauta de esta vuelta a la banda también ha sido un impulso para su carrera y un lugar de disfrute para recuperar los viejos buenos tiempos.

Intentando bajar un cambio a tanta velocidad “Forever and One (Neverland)” de Master Of The Rings fue uno de los momentos más sensibles de la noche y dio cuenta de la influencia del hard rock y el AOR en Deris como Kiske que compartieron el tema sentados en dos banquetas ubicadas en una pasarela pensada para que los músicos se acercaran hasta casi de la mitad del campo. Casi enganchado el entretenido solo de guitarra de Sascha Gerstner (todo un gesto el de darle lugar al miembro más joven), culminó en otra de las nuevas, “Best Time”, que también dio cuenta de la habilidad del grupo para sonar rockero y ganchero. “Dr. Stein” y “How Many” Tears” fueron las que sonaron antes de los bises, algo que resultó bastante lógico: la primera es un símbolo del legendario sentido del humor de los alemanes, mientras la segunda es un temazo de la era Hansen, que le dio como dijimos antes una dinámica más veloz y pesada al grupo. En especial esta última sonó renovada, principalmente porque al escuchar las tres voces repartiéndose las estrofas, la canción logró un interesante perfil épico no tan presente en la rabiosa versión original.

Un doble bis sirvió de cierre para esta nueva visita de HELLOWEEN a Argentina. Primero fue el turno de “Perfect Gentleman” (otra de Master Of the Rings”, el disco debut de Deris que sorprendentemente es una de las que mejor funciona en vivo con esta formación multitudinaria) y luego todo desembocó en “Keeper of the Seven Keys”, en una versión extendida y  tocada a la perfección. Si a esta altura, la banda había demostrado que su nivel era alto, aquí todo se multiplicó exponencialmente. La primera parte de la canción fue comandada por Kiske, para que luego la banda a pleno se sumara en un juego de voces y armonías de guitarras espectaculares. Tal vez este fue el momento más importante de Michael Weikath a lo largo de toda la noche, principalmente porque fue el encargado de comandar junto a Hansen el contraste de melodías épicas y complejidad que tiene la canción que terminó con cada uno de los integrantes yéndose del escenario mientras los miembros de la banda se presentaban intercaladamente.

Un nuevo bis con la obligatoria “I Want Out” (que incluso incluyó un segmento de reggae) fue a esta altura, la mejor manera de despedir a HELLOWEEN. Un show de primera calidad (nuevamente las pantallas complementaron muy bien las canciones) dejó a la banda saludando a pleno y la sensación de que para los alemanes la historia todavía se está escribiendo. Tal vez el futuro pase por seguir repasando su discografía y desempolvando algunos temazos de su catálogo (en especial los de la era Deris). Veremos qué sucede.

HAMMERFALL Y BETO VAZQUEZ INFINITY: Luchando por el metal

Sin temor al ridículo HAMMERFALL se ha convertido en una banda que no tiene problemas en reproducir cada uno de los lugares comunes de lo que uno espera encontrar en una banda de heavy metal sin que por ello su presentación en vivo pierda efectividad. Si a esto le sumamos que al igual que a HELLOWEEN, el sonido los favoreció (nítido y potente a lo largo de todo el set) los suecos corrieron con ventaja desde el minuto cero para dar cuenta de sus virtudes.

En este contexto el inicio con “Broterhood”, dio la pauta de lo que busca el grupo con sus canciones. Con un sonido y estructura bien ochentero (muchas melodía, guitarras gemelas y coros épicos pregrabados) la canción mostró un recurso que tal vez redunda demasiado en las canciones de grupo: repetir el estribillo hasta el cansancio e invitar a que a gente lo haga con la banda. A lo largo del set otras canciones corrieron con la misma suerte (“Last Man Standing” o el casi homenaje a Holy Diver” “Any Means Necessary”) por lo que en esos momentos el grupo pareció abusar de medio tiempo y el machaque, con la idea de darle pesadez a las canciones pero perdiendo con esto variedad y calidad en cierta repetición de ideas.

En este sentido cuando la banda aceleró, como por ejemplo en “Renegade” (con sonido de moto de fondo) o “The Metal Age” donde el grupo mostró su faceta más filosa (con gran trabajo de Oscar Dronjak y Pontus Norgren en las guitarras), la dinámica del show tomó otro color y sacó por un rato al grupo de una serie de canciones demasiado similares en estructura. Algo similar sucedió en el medley “Hero’s Return / On the Edge of Honour / Riders of the Storm / Crimson Thunder” donde el grupo y en especial la voz de Joacim Cans se vió favorecida, algo que se repitió en la hardrockera “(We Make) Sweden Rock” que no tuvo problemas en homenajear con su propia impronta a las bandas más fiesteras del heavy de los ochentas.

El cierre, luego de un gracioso juego con “Hammer High” (donde Oskar sacó un martillo digno de SPINAL TAP) fue para la ganchera “Hearts On Fire” que hizo saltar a gran parte del estadio. A juzgar por los aplausos y por la cantidad de personas que los vieron por primera vez (Joacin Cans hizo una especie de encuesta jugando con el público promediando el show), seguramente se habrán llevado algunos nuevos fans de aquellos que quieren vivir un correcto show de heavy metal. Después de todo, los suecos no buscan ni más ni menos que eso.

Minutos antes, BETO VAZQUEZ INFINITY, había calentado el escenario finalizando su set con un interesante cover de “Painkiller” de JUDAS PRIEST que con la voz de Melani Hess logró un interesante color. Antes la banda realizó un breve repaso de su carrera con canciones de una impronta más cinematográfica y dramática (“Master Of Fools”), otras más progresiva (“The Temple”) y otras más ligadas al power más épico (“Faster The You”). En cada una se notó la idea de Beto Vázquez: privilegiar la dimensión sinfónica para darle pomposidad a las composiciones. Con una buena concurrencia se fueron aplaudidos y como el resto de las bandas, fueron parte de una fiesta donde el metal fue celebrado en sus distintas formas en un Luna Park colmado. Linda celebración de la música que amamos.

Agradecemos a Gaby Sisti Press por la acreditación al evento.
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