KERRY KING promete incendiar Flores

El fundador de SLAYER presenta su carrera solista mientras regresa con su banda legendaria. ¿Es posible habitar dos infiernos al mismo tiempo? Kerry King lo está haciendo, y el 9 de mayo vuelve a la Argentina con su primer show bajo nombre propio.

En el universo del metal extremo, hay pocas figuras tan imponentes como Kerry King. Desde los tempranos días de SLAYER en los 80, el guitarrista calvo y tatuado se convirtió en símbolo de violencia sonora, precisión quirúrgica y lealtad absoluta al thrash. Tras la gira despedida de la banda en 2019 (ver fotos acá), muchos lo vieron como el último capítulo de una historia escrita a fuego… pero King no tenía intenciones de callarse.

Cinco años después, en un movimiento inesperado, no solo lanza su primer disco solista, sino que también retoma el camino con SLAYER, ahora como parte de su regreso oficial a los escenarios. Y en medio de esa doble jugada histórica, Argentina será testigo de la descarga solista de King, con una banda feroz y un disco que no da respiro.

UN DISCO QUE NO PERDONA: From Hell I Rise

“Esto no es SLAYER, pero es todo lo que me gusta de SLAYER”, dijo Kerry King en una de las primeras entrevistas promocionales. Y esa frase resume con claridad quirúrgica lo que representa From Hell I Rise, su debut solista: un disco que honra su pasado sin depender de él.

Desde el arranque con Diablo, una intro instrumental que suena como un descenso al infierno con riffs a lo South of Heaven, queda claro que la intención es golpear sin vueltas. Le sigue Where I Reign, una declaración de principios con riffs veloces, base apisonadora y letra que deja en claro que King no planea ceder su trono.

El álbum tiene 13 canciones que combinan thrash filoso, groove metal bien pesado, y algunos momentos oscuros que remiten a lo mejor de los años 90. En temas como Residue o Tension, la banda se muestra compacta, salvaje y perfectamente calibrada. La voz de Mark Osegueda (DEATH ANGEL) aporta un toque nuevo: más rango, más actitud, más libertad que las interpretaciones de Tom Araya, aunque sin perder brutalidad.

Otros momentos destacados:

Idle Hands: corte con potencial de clásico en vivo, mezcla de machaque y estribillo feroz.

Crucifixation: puro anticristo sónico, con riffs que podrían haber estado en Divine Intervention.

From Hell I Rise (tema que da nombre al disco): el cierre perfecto. Medio tiempo ominoso, letra cargada de fuego y revancha, y una interpretación vocal descomunal.

El disco fue grabado en Los Ángeles y producido por Josh Wilbur, responsable del sonido de bandas como LAMB OF GOD y GOJIRA. Wilbur logra una mezcla moderna sin sacrificar crudeza: las guitarras suenan como si estuvieran talladas en acero, la batería es una estampida precisa, y todo tiene ese “olor a pólvora” que los fans del metal buscan. Acá se los dejamos para que lo escuchen mientras siguen leyendo

LA BANDA: UNA FORTALEZA MÓVIL

Kerry no armó una banda para salir del paso. Formó un grupo con trayectoria y química real:

• PAUL BOSTAPH (batería): viejo ladero de King en SLAYER, grabó discos como Divine Intervention, God Hates Us Ally Repentless. Su estilo es agresivo pero quirúrgico, ideal para estas canciones.
• PHIL DEMMEL (guitarra): leyenda del Bay Area, ex VIO-LENCE y MACHINE HEAD. Ya había tocado con King en 2018 como reemplazo temporario de Gary Holt en SLAYER. Su inclusión aporta técnica y potencia.
• KYLE SANDERS (bajo): ex HELLYEAH, aporta groove y peso, con un sonido más denso que el de Tom Araya. Su bajo no se esconde en la mezcla: se siente, cruje y empuja.
• MARK OSEGUEDA (voz): la gran revelación del proyecto. Líder de DEATH ANGEL, combina agresión, teatralidad y una interpretación emocional que eleva cada canción. Tiene el desafío de encarnar la furia de King sin copiar a nadie.

¿Y SLAYER? TAMBIÉN VOLVIÓ

Como si lanzar un disco solista no fuera suficiente, SLAYER anunció su regreso oficial en 2024 con shows en Riot Fest, Louder Than Life y otros festivales. La formación incluye a Tom Araya, Kerry King, Paul Bostaph y Gary Holt. Un regreso que nadie esperaba tan pronto, y que abre preguntas sobre la coexistencia de ambos proyectos.

Pero King no lo ve como una contradicción. Para él, se trata de seguir tocando metal con todas las herramientas posibles. Mientras SLAYER retoma el circuito festivalero, su proyecto solista le permite tocar en lugares más chicos, girar con más libertad y, sobre todo, darle vida a canciones propias que no entraban en la dinámica de su banda madre.

EL REY NO SE VA. SE MULTIPLICA. 

From Hell I Rise no es un gesto de despedida, ni una excentricidad tardía. Es el grito de guerra de un músico que, a los 59 años, sigue tocando con el filo de los 25. Y si bien SLAYER volvió, Kerry King ya no necesita una banda para imponer su ley.

Este 9 de mayo, lo veremos de cerca. Y vamos a entender por qué todavía manda.