MAYHEM en vivo en Argentina: “El acecho del mal hecho canción”


Al acecho del mal hecho canción

Como muchos de ustedes saben, unas cuantas bandas están desde hace unos años atrás a la fecha con este tema de revitalizar integralmente sus discos relevantes y emblemáticos. Para este caso particular, en lo que fue una nueva visita de MAYHEM a la Argentina después de casi dos años, la banda Noruega tomaría ese rumbo y mala decisión definitivamente no fue. Quizás pueda sonar un tanto extraño en una agrupación como ellos por lo que siempre proliferaron musicalmente, pero bueno, la historia es que llegaron a presentar el emblemático álbum “De Mysteriis Dom Sathanas”, al cual tocaron completamente y de corrido, sin descanso de por medio.

Lógicamente que dada la longitud del disco y siendo que el mismo no alcanza a cubrir un recital estándar de hora y media, el show se completó con canciones varias, quizás no todas las más emblemáticas que poseen pero si las suficientes para ver algo así como dos shows en uno, un flash. Nos recibiría como lo hace últimamente, Uniclub, y si bien el recinto no estuvo nunca cargado de gente, si alcanzó para que estemos bastante pegados en la planta baja del lugar. Si bien EXTERMINIO ya había hecho de las suyas cuando llegamos, dos bandas Argentinas serían las que alcanzaríamos a ver en la noche y si bien NUCLEAR  SATHAN se encontraría más a fin de la propuesta principal, MORFERUS haría un buen trabajo también y ambas darían que hablar. Los primeros mencionados con un claro guiño orientado hacia la escena black con una impronta de satanismo importante (cabezas de chivos de por medio), y los segundos, como hemos hablado en algún momento en nuestro portal más afín con una propuesta de death metal brutal.

La cuestión, es que al fin y al cabo de cuentas el show se haría esperar y lo que había sido planificado para una hora “x”, sin querer queriendo se fue corriendo hasta casi dilatarse en alrededor de una hora el ingreso de MAYHEM al escenario principal. Una vez arriba la banda, todo quedaría en el olvido y la misma no bajaría la pata del escenario haciendo que nos encontremos con músicos completamente alienados y alineados con el show. Independientemente de todo tipo de sustancia que los músicos pudieran haber consumido, los tipos se mostraron como una maquinita, literalmente, y llamativamente, lo extremo de su cuota musical se vería magnificado más aún por la cuota teatral que poseen y despliegan en vivo. Igualmente debo decirte que si nunca los viste, esto es como medio impensado no solo de imaginar sino también de poder transmitir, ya que si bien existe una cuota escénica para relatar y comentar, musicalmente no es sencillo llegar a ellos en palabras. Es como que si no los viste, deberías de hacerlo. Bastaba solo que veas a Attila perfilándose con un cráneo al cual por momentos amó y odió, sometiéndolo a las garras de su cruda voz.

Eso sí, estuvimos en presencia de una banda que todo lo deja y salvo con algunas canciones un tanto más “melódicas” en donde uno pudo percibir la nostalgia del dolor contraído en las venas del más sutil black metal Noruego asistimos a un show de una contundencia sonora única, no sólo por lo entendible, sino por lo contundente. Lógicamente que esos dotes se los entregan sus músicos, y entendiendo que todos se destacan a un modo relativamente parejo, deberíamos poner en relevancia el trabajo de Hellhammer, su baterista, pieza clave del grupo sin lugar a dudas. Ya habíamos hablado de él en otras visitas, como lo fue la más reciente junto a ARCTURUS así que no vamos a dejar de sorprendernos con su talento y tranquilamente lo podríamos posicionar al mismo junto a Frost (SATYRICON) como los grandes bateristas del género en vivo, por lejos, al menos de los que me ha tocado ver.

Y debo decirles también que pocas veces me había inmiscuido tanto un en show con características tan violentas como este, el cual no solo lo fue desde lo musical, sino también desde el contacto entre los fans y la banda. No se necesitaron plomos que impidan que la gente no se suba al escenario, sino que por el contrario ellos mismos (hola qué tal Attila, hola qué tal Necrobutcher) a patadas y piñas se encargaron de bajarlos ante los mínimos intentos en subirse ¿Y qué pasó? Nadie más se subió, todos mansitos… a pesar de que algún kamikaze hizo alguna que otra insinuación en querer subirse. Una mirada mala onda de cualquiera de los músicos para con los fans a esa altura, sería más picante que cualquier cosa. Shockeante fue verlo en todo contexto, pero al parecer, nada importaba, salvo su música.

Y si de violencia musical conceptualmente hablamos, el escuchar canciones como “Funeral Fog”, “Freezing Moon”, “Cursed in Eternity”, “Pagan Fears” junto con “From the dark past” (de lo que más me gustó del set), “Life Eternal” o la homónima del disco fue ni más ni menos que una patada tras otra en un esquema estratégicamente pensando, en lo que tanto el vestuario como la pintura corporal fueron claves en el eje estructural del show. De más está decir que todos dejaron todo de si. Bastaba ver en cada uno la entrega y quedaba más que claro lo que pretendían hacer y hacia donde ir.

Mientras tanto el recinto cargado de fans siempre espectantes y ya a esta altura hasta dudosos de lo que podría desencadenar el show, el mismo nunca dejó de corear las canciones, siendo a la par realmente impactante el desencadenamiento del pogo visualizado. A veces pienso hasta de donde sacaran fuerza estos muchachos para esto… Pero bueno. Vivencias de un show extremo de metal. Ya para el cierre nos introducirán en lo que mi entender fue otro show, o bien, una parte dos si así quisieras, donde las pinturas faciales y los trajes de monjes desaparecieron llevando el show a un plano más crust, sludge y lógicamente black, pero de sonidos más crudos y aguerridos y no tan estilizados como al principio.

De hecho, sin ir más lejos, las luces y el denso humo presente hasta ese momento arriba del escenario mermaron su intensidad llevando al show a otra interfase. De este bloque pudimos escuchar canciones después de la intro “Silvester Anfang” a “Deathcrush”, “Anti”, “To Daimonion, Part I”, “Carnage” y para el cierre “Pure Fucking Armageddon”, una de las más tocadas generalmente. Pasó MAYHEM por nuestro país una vez más y con ellos una oleada de situaciones únicas e irrepetibles en cualquier otro show. La reencarnación del mal hecha canción estuvo a nuestro acecho y a nosotros por suerte nos salvó la trinchera, sino no sé cómo podría haber terminado todo.

Texto: Hernán Mazón

Fotografía: Paula Andersen

Agradecemos a Marcela Scorca vía Icarus Music Argentina por la acreditación al evento.

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