Año: 2013 | País: Argentina | Sello: Independiente
Lista de temas:
Volumen 1:
- Paraíso real
- Ángel de la realidad
- Caminos desiertos
- Hijo de la maldad
- Sin piedad
- Ya no estás
- Sin tu amor
- Cada día
- Un Nuevo mundo
- Sin barreras
- Sangre caliente
- Caminar de tu mano
- Voy a ganar el juego
- Volver atrás
- Mi cuerpo en el mar
Volumen 2:
- Cuando no puedo volar
- Y si te vas
- Renacer
- El brillo de tus ojos
- Infierno sin control
- En las luces de la ciudad
- Ya no me queda nada
- Solo en la ciudad
- Adentro mío vive el mal
- Sueños eternos
- Sin sueños
- Irreal
- Un beso y una flor
- Voy
- Cielo y tierra
En su momento, allá por el año 2007, se llamaron Cruor-Lid, también XCarabajo y B-3 para finalmente posicionarse musicalmente hoy en día como NAIM. Corrían mediados de 2012 y Gustavo Barro (padre) e Iván y Jeremías Barro (hijos) de tan solo 14 y 10 años respectivamente, deciden gestar esta nueva banda que nos ha llegado para su análisis. Como dato de color, este nombre con el cual definitivamente han decidido llamarse, viene en relación con el nacimiento acontecido en el mes de agosto de 2013 de una nueva integrante de la familia cuyo nombre es Naim. Sin ir más lejos, lo que más me llamo la atención, es como desde el seno familiar se concibió este proyecto. Sueño de muchos padres quizás sea grabar un disco y tocar con sus propios hijos. La cuestión es que a través de las ideas mentoras del jefe de familia, se llegó a este proyecto, que es ni más ni menos que una mezcla de heavy metal rockero con toques bien marcados de pop rock, algunas cuestiones gótico sinfónicas y pinceladas de new metal.
Así es que estos muchachos oriundos de Sauce Viejo (Santa Fe) llegan con varios puntos para remarcar. El ya hecho de que la banda esté compuesta por dos preadolescentes me llamó poderosamente la atención. Y como si fuese poco eso, sus primeros pasos como músicos los dieron con tan solo siete años de edad, debutando como soportes de Almafuerte ante mil quinientos asistentes, lo que no es poco. Pero no me quedo solo con comentar eso, sino que voy más allá. Producto de la edad son atrevidos, y como tal, han tomado entre ambos hermanos el liderazgo de las voces del disco, realizando un esmerado trabajo. Y no todo queda acá señores, Gustavo quien se encarga fundamentalmente de los arreglos de guitarra y bajo, delega también sobre sus hijos el teclado (Jeremías) y batería (Iván). Es justamente ese teclado el que también se encarga de dejar las bases de guitarra en un segundo plano, lo que no quiere decir que todos los temas tengan un buen desarrollo en materia de solos, que en definitiva conservan la chispa de la vieja escuela del heavy metal tradicional. Todo esto, se acentúa más aún, cuando hablamos de que el disco ha sido armado a modo casero sea doble -mezclado, grabado y editado por Gustavo, en su estudio B-3 Records-. Con lo cual los invito un poco a ver de qué se trata, estos veintinueve temas propios y un cover de Nino Bravo.
“Paraíso Real” da la estocada inicial del denominado Volumen 1, fogueado fundamentalmente por canciones que en casi su mayoría no superan los cuatro minutos de duración. Desde él vamos ambos pequeños comienzan a demostrar sus dotes vocales a modo intercalado en cada canción. Bien el trabajo de Gustavo en materia de solos, como lo será durante todo el recorrido del disco. “Ángel de la Realidad” y “Caminos Desiertos” recorren atmósferas similares. Probablemente, si hay un déficit que posea el disco, sea la ausencia de bases de bajo más contundentes, instrumento que menos jerarquía pareciera tener dentro de toda la placa. “Hijo de la Maldad”, es la que da el puntapié desde la esfera más moderna, new metal digamos. Lo que no quiere decir que desembarquen con punteos súper armoniosos y melódicos, que quizás sean el toque de realce que tiene la banda guardada. “Sin Piedad” es áspera, pero sinfónica a la vez. Bien hasta acá. Ahora si hay algo que es insoslayable, es el canto de los muchachitos, donde denotan su clara voz de niños, que no le juegan ninguna pasada en contra a la banda, al contrario, le imprimen un sello único y característico.
Las betas más pop aparecen de la mano de “Ya No Estás”, al igual que los cantos más melódicos del trío se incorporan con la llegada de la romántica “Sin Tu Amor” o bien de “Cada Día”. El doble pedal dice presente también a través de la poderosa “Un Nuevo Mundo”, trabada, heavy y aguerrida. Rompe un poco la estructura del disco en marco de lo que se venía mostrando. Las voces siempre tienen un rol líder en la estructura de la banda, como es el caso de “Sin Barreras”. “Sangre Caliente” es rápida y va al frente, que sin ir más lejos posee una serie de cambios de ritmo y se despide como inicia, con voces ciertamente podridas. “Caminar de tu Mano” y “Voy a Ganar el Juego” son quizás las más sueltas de la placa. Armoniosas, que de toques súper sinfónicos, que pasan factura de cierta énfasis en su elaboración. Hay un buen trabajo en materia de arreglos en los teclados, e interactúan con sonidos naturales. Para el cierre de esta primera parte, “Volver Atrás” y “Mi Cuerpo en el Mar” cierran en medio tiempo relatando situaciones personales, al amparo de fieles punteos de guitarra.
El Volumen 2 del disco, tiene varios puntos de contacto con su predecesor. Arranca con tanta o más fuerza con la ejecución de “Cuando No Puedo Volar”. Pero de movida también los aires cambian, con una serie de acordes dominados por un teclado más soft desde el fondo y dando a conocer a “Y si te vas”. La vuelta al ruedo más pesado llega con “Renacer”. Picante, redobla la apuesta y va más allá que varias de las ya descritas. Es álgida, pero a la vez trabada. Y sea quizás también donde los hermanos Barro se atreven a dejar por momentos sus tonos agudos que pecan de su niñez, para darle un cuerpo un tanto más grave a la situación. Punteo de por medio arranca “El Brillo de tus Ojos”, donde quizás el canto de los muchachos pueda llegar a compararse con bandas del estilo de Mago de Oz. La vuelta al “Infierno Sin Control” llega con poder. Una batería que nunca queda renga y ciertas betas de heavy encamisadas por tópicos traídos del rock gótico. “Ya No Me Queda Nada” y “Solo en la Ciudad” continúan por los caminos trazados, sin descarrilar, trayendo al juego solos de algún virtuoso de impronta blusera. Y así el disco sigue sin errar, pero manteniendo una postura. El cierre a través del cover de Nino Bravo “Un Beso y una flor” le dan otro toque distinto al material y si de eso nos jactamos se lleva los laureles la placa con la instrumental “Cielo y Tierra”.
Si bien estamos ante un proyecto de músicos (niños) que están en plena etapa de desarrollo y evolución, la verdad dice que quedo plenamente sorprendido, y si en parte fue ese el interés que se buscaba despertar, al conformar una banda con pequeños que tienen mucho por dar, al menos conmigo lo lograron. Ah y antes de que me olvide, si de pergaminos hablamos, es una banda que definitivamente va por más y sino decime si no es un buen curriculum de sus músicos haber compartido escenario con bandas como Almafuerte, Horcas, Oconnor, Logos, Razones Concientes, Renacer, El Dragón, Lethal, Tren Loco o Kamikaze… entre otros. A esto se le suma igual como extra, las más de veinte localidades (entre sus distintos cambios de nombre) la banda ya ha visitado, fiel hecho de que el heavy metal está más vivo que nunca. Como dato extra por si querés ver de que se trata el proyecto, te cuento que el disco podés descargarlo gratis desde: www.btresrock.es.tl
Agradecemos a la banda por el material.
Autor: Hernán Mazón