Fecha: Domingo 2 de octubre | Hora: 19 hs. | Ciudad: CABA | Lugar: The Roxy Live! | Bandas invitadas: ANTI & BOLO
Después de unos cuantos días de poder asistir a recitales, NVLO fue el broche de oro. Ya habían pasado tres shows en los cuales había podido asistir y este último fue el gran cierre de mi visita a la ciudad de Buenos Aires. Fue una primera vez para ambos, ya que se trató del primer “Roxy” propio para NVLO (¡que fue sold out un domingo!), y para quién redacta ya que nunca los había podido ver. Mis expectativas fueron colmadas, en una noche que fue ganando intensidad a medida que el público se contagiaba de lo que se entregaba desde el escenario.
Arrancó ANTI y el lugar se veía ligeramente lleno. Pude apreciar los últimos temas de la banda de Delf Morello (ex H.E.F.), que nació en la oscura pandemia de 2020. Al ser un proyecto “colectivo y colaborativo”, como la misma frontwoman lo define, los músicos que la acompañan van cambiando casi constantemente, lo cual me parece interesante y genuino, llamando mi atención el hecho de que puede adaptarse a cambios constantemente.
No pude ver su set completo, pero sí logré entender de qué va. Claramente, está influenciada por varios estilos dentro de lo que es el metal, a la hora de ejecutar lo que hace con ANTI. De la mano del hardcore, un poco de new metal, explorando un terreno más extremo, la música va acompañada de líricas profundas, personales y contestatarias, siendo representada por una Delf casi poseída en las interpretaciones. Brindo porque se sigan sumando mujeres a la escena de metal en Argentina y que vayan al frente, con todo lo que ello implica, como lo hizo Delf con ANTI desde lo más profundo de su ser.
Siguió BOLO, banda conformada por Rodrigo Plasencia en voz, Alberto Cova en guitarra, Emanuel Lara en batería y Luciano Vega en bajo. Esperada por muchos, ya que no estuvo en las tablas por un largo tiempo, hizo un set acorde a lo que demandaba semejante fecha. Para verlos por primera vez, más allá de su tiempo de inactividad, se los vio como si eso no hubiese pasado, además de la alegría que transmitieron por el recibimiento de la gente, que esperaba ansiosa su vuelta a los escenarios.
A mitad del setlist invitaron a Juan Orcajada, cantante de PROTUS y FRATER, como para seguir manijeando a todos los presentes. No se encasillan en un solo género, aunque autodefinen su música como “metal pesado”, y sí, lo que escuché en vivo fue pesado, con unos tiempos que no son los convencionales, pero sí llevaderos. La densidad que tienen los riffs solo pueden dar satisfacción, la gravedad y pesadez del bajo estremecen, los golpes en la batería, lentos y totalmente potentes, hacen todo más denso aún. Y la voz, más allá de ser grave, tiene buenos matices y si el sonido acompaña desde lo técnico, una buena dicción también.
Posteriormente llegó el turno de NVLO y antes de que empiece el primer tema, la gente ya había armado una ronda, lo cual quizás es algo normal, pero para mí fue una grata sorpresa y un adelanto de lo que íbamos a vivir a partir de ese instante. León Pardo en la voz, Juani Poncelas en el bajo, Maxi Menazzi y Aaron Manceñido en las guitarras y Ulises Ochova en los parches, ya estaban preparados para salir y ver un “Roxy” colmado de gente.
Los autodenominados “Club Atlético Breakdown” (C.A.B.) prepararon un show con los tres discos que tienen en su arsenal: “Ira” (2018), “Nulo” (2019) y “Fosa” (2021). Hicieron un repaso por su discografía completa de manera cronológica. La primera parte estuvo dedicada a “Ira”. Arrancaron con “Tumbas sin salida”, que abre su primer disco. Pasaron cuatro temas que marcaron el terreno a fuego y apareció en escena el primer invitado, Rodrigo, de BOLO, quien participa también en el disco, uniéndose a los guturales de León.
Para la segunda parte del recital, subió al escenario Sebastián Radrizzani, de AGAINST, para ejecutar “Quémenlos”. Y en la tercera y última parte, los invitados fueron Iván Suárez y Brian Di Franco, de DESCARNADO, para interpretar “Carente”, demostrando así la hermandad que hay entre las dos bandas, ya que Ulises también forma parte de DESCARNADO.
Para cerrar la velada, arremetieron con “Péndulo” y el recinto se vino abajo. Una verdadera locura fue el público, que no bajó un cambio y le hizo honor al “Club Atlético Breakdown”. Una de las cosas que más me sorprendió fue la voz de León. No siempre la voz suena igual en el disco que en vivo, pero este sí es el caso. El vozarrón que tiene es increíble, sobre todo, los graves, que son su especialidad. Realmente, escucharlo en directo es una experiencia monstruosa.
Por otro lado, Juani, fuera de su rol de bajista en la banda, es un muy buen frontman y es el encargado de estar agitando todo el tiempo, además de acompañar en algunos coros. Aaron y Maxi despliegan una densidad que es hermosa. No por nada son conocidos como el C.A.B. Y el virtuosismo de Ulises no me deja de sorprender, teniendo en cuenta que es el más joven de NVLO. Lo que toca es una locura y me alegra que sea metal.
Para finalizar, estando lejos de casa, les escribí a mis seres queridos y amantes del metal. Cuando me preguntaron cómo había estado el show, mi definición fue: “letal”. La apreciación que puedo hacer de la fecha, refiriéndome a la totalidad, es que fue un recital donde todo estuvo en su lugar. Me dio la sensación de que todos estábamos en nuestra zona de confort, por más que estuviese viendo todo como una “forastera”, y siéndolo también.
En una entrevista que leí hace un tiempo, Juani y León hablaban de cómo sentían que era correcto organizar recitales y que se rodeaban de las personas y bandas con las que les interesaba compartir un evento como tal. En esta fecha se vio plasmado eso: los valores y las convicciones que toman desde el lugar que eligieron. Y lo celebro.
Sabía que iba a disfrutar el show y que no me iba a decepcionar en lo absoluto, pero no pensé que me iba a sorprender tanto. Realmente, me pareció un recital increíble. Fue una muy buena primera impresión, me gustaría poder asistir a cada recital donde estén y no solo escucharlos digitalmente, pero por ahora, me conformaré con eso y con haber estado presente en su primer “Roxy”, que no es poca cosa. ¡Larga vida al metal y larga vida a NVLO!