Año: 2023 | País: Argentina | Género: Progressive Metal/Rock | Sello: Icarus Music | Puntaje: ♠♠♠♠♠♠♠♠♠ (9/10)
En épocas como las que vivimos en donde el uso de las redes sociales y los discursos que circulan proponen una serie de mensajes que no invitan a pensar o a pensarse, un disco como esta nueva obra de PRESTO VIVACE “Inmanencia”, es todo un acto de resistencia respecto a los tiempos que corren principalmente porque desde su título (filosóficamente podría ser definido como toda aquella actividad que pertenece a un ser, cuando la acción perdura en su interior, cuando tiene su fin dentro del mismo ser) intenta preguntarse de manera densa, oscura y compleja por algo que tal vez en los tiempos que corren no es una pregunta fácil de hacer: qué pasa con nuestra identidad y con nosotros mismos, un cuestionamiento que en el disco funciona desde distintos puntos de vista.
Es claro que aprovechando el estreno de la nueva formación a nivel discográfico (es el debut de Luciano Pérez Schneider en guitarras y Brunella Bolocco Boye en voces, quienes se suman a Martín de Pas quien ya venía siendo baterista de la banda desde hace varios años), el histórico bajista Marcelo Pérez Schneider quien funciona como ideólogo y compositor del grupo desde sus orígenes, ha propuesto una serie de cambios en cuanto a la propuesta musical y conceptual del grupo sin perder, sin embargo, ciertas cuestiones que han definido a PRESTO VIVACE a lo largo de su historia.
Claramente, el cuarteto se identifica con la faceta más compleja y pesada de la música progresiva, lo que se percibe rápidamente cuando uno escucha el inicio del disco con “La advenediza” una canción con una duración extensa (12:32) dividida en una primera parte instrumental y una segunda cantada. Tal vez incentivado por la presencia de Brunella en la banda, el grupo explora aquí desde lo lírico la temática de la cuestión de género, desde una suerte de ficción futurista donde la protagonista viene a romper con los estereotipos. “Ahora perturbaré/desordenaré los sexos/Trasgrediré el pronombre” canta Brunella en con un interesante registro que le da al grupo una inédita versatilidad melódica sostenida en el color y la potencia de su voz. En este sentido, a lo largo del disco, se percibe que la cantante y la banda han sabido amoldar perfectamente el encuentro de la música y líneas vocales, generando sutiles momentos para que la recién ingresada cantante pueda aportar su variedad de registros. En este punto, canciones como la onírica “Candados sin llave”, la encuentran yendo de lo melódico a lo pesado sin problemas, encontrando sin problemas su lugar dentro del frenesí instrumental del grupo.
Desde el punto de vista de la ejecución, y a diferencia de otros discos anteriores, la sensación al escuchar las cinco canciones que redondean alrededor de los cuarenta y cinco minutos de duración, es que esta vez la búsqueda sonora fue en pos de generar atmósferas más oscuras, densas y pesadas. En este punto, el trabajo de guitarras de Luciano Pérez Schneider (hijo de Marcelo) explora algunos riffs entrecortados que remiten a otras tendencias progresivas más modernas y que limitan sin ser estrictamente parte a sonoridades propias de estilos como el djent. En este contexto, canciones como la ya mencionada “La advenediza”, “Pulsión de muerte” (que relata de manera poética y filosófica las impresiones que generó la pandemia) o “Invisibles al poder” (que propone el retorno a uno mismo en respuesta a la opresión del sistema) transitan distintas atmósferas musicales donde cada instrumento tiene su protagonismo, principalmente porque en los intrincados laberintos musicales que recorre cada canción, siempre hay un espacio para lo inesperado, que a veces puede tomar la forma de un solo de bajo, algún segmento con preponderancia de teclados (los arreglos estuvieron a cargo de Marcelo), alguna melodía disonante de guitarra o algún momento percusivo que finalmente termina por generar un contraste instrumental al interior de las canciones. De esta forma, la voz de Brunella parece ser la encargada de darle el matiz melódico a los temas, generando un interesante contraste entre técnica, melodía y pesadez.
En un disco, intenso y parejo (que como toda obra de la banda precisa de una escucha atenta), la gran curiosidad de la placa es la canción “Requiem esférico”, un homenaje a Diego Maradona que tiene una inteligente letra que entre otras cuestiones cuenta “Cuarenta y cuatro pasos y doce toques/Diez segundos seis/ Para hundir todos sus buques” y termina con el relato de Víctor Hugo Morales del gol a los ingleses, en lo que tal vez sea el aspecto más original del disco junto a un uso particular del vocabulario, que elige conceptos y palabras intrincadas para de alguna manera hacer pensar y reflexionar al oyente.
En definitiva, “Inmanencia” es un buen disco que se destaca por sobre todo en la originalidad respecto al empleo de recursos y a su propuesta. Si bien la oída del disco en general no es accesible (si la definimos como una escucha “inmediata”) vale el esfuerzo de darle una oportunidad y dejarse envolver por sus atmósferas y paisajes. Es un buen ejercicio para encontrar un punto de vista distinto de la música pesada.
Si querés escuchar el disco completo podés hacerlo desde ACÁ.
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