RHAPSODY en Vivo en Argentina: “¿Dónde está mi gira 20° aniversario?”


¿DÓNDE ESTÁ MI GIRA 20 ANIVERSARIO?

Hubo una época de gloria. Todas las aventuras terminaban en hazañas. Lo fácil se volvía trámite y lo difícil solo eran pruebas por superar. Sentías los ojos del mundo puestos sobre vos. Pero de repente, algo pasó, separaciones, alejamientos, rejuntadas semi-estériles y toda lo glorioso de tu ser pareció quedar cajonado. Bueno, es hora que empiece a hablarles de RHAPSODY y no tanto de mi vida, aunque todo el choclo anterior bien podría aplicarse Turilli y compañía.

El domingo lluvioso era tentador para quedarme a regodearme en las miserias que me acompañan por estos días, pero el deber y el metal se pusieron a la cabeza y llegué a Flores para escuchar a los amigos de ARIADNA PROJECT. No voy a ser redundante con la tropa de mi tocayo Gudiña. Son lo mejor (quizás junto a HELKER) del metal, no solo power, local. Y lo bueno es que uno los considera aún una banda “joven”, lo cual no lo traduzco en años sino en capacidad de seguir creciendo. Cada día los quiero más. Escúchenlos y si pueden, dense una vuelta por Uniclub el 10 de junio, apoyando a la movida como se debe.

Habiendo disfrutado de tan ameno soporte, la monada se dispuso eufórica a esperar a los tanos. Razones había de sobra. La gira prometía astutamente “20 Anniversary Farewell Tour”. Cosa rara desde el vamos, porque los 20 años eran del “Legendary Tales”, primer disco de la banda pero en realidad tocaron el “Symphony of Enchanted Lands” que cumplía para el caso 19 años. Por otro lado, solo Luca Turilli y Fabio Lione de la formación original eran de la partida. Alex Staropoli (no es igual a Francescoli?) se bajó del dragón de una.

¿Cómo hicieron para suplantar al 50% creativo del RHAPSODY dorado? Samplers, mi amigo. Y en este punto radica la simpatía que demostraré a los italianos en esta crónica. Junto a un amigo de aquel momento, allá por año 2001 fuimos con todo el fanatismo al ver la sensación del power metal del momento. Salí  odiando a una banda que me trajo un cantante afónico, un tecladista que solo tiraba samplers y una frialdad indigna de cualquier itálico.

Este 14 de mayo fue todo distinto. Quizás la melancolía que transpiro por estos días me hizo disfrutarlos el doble pero esta vez, menos fue más. No estuvo el tecladista, pero considerando que en aquel 2001 solo tiró samplers, no noté su ausencia y de hecho me pareció más honesto admitir que toda la parafernalia orquestal venía de una compu.

Fabio nunca me pareció de las mejores gargantas del género, está años luz de un Kotipelto o un Andre Matos, pero esta vez los kilos extra que trajo en comparación a la otra vez vinieron llenos de furia tana. Gritó, arengó e intentó llegar a los agudos que las composiciones requieren. Eso sí, siempre apoyado por los sampleos pero dejando todo como debe ser. Mención aparte a la osadía de cantar una ópera clásica a capella. Talento y “huevo” en dosis similares. Pulgares arriba, muy arriba.

Ah, las canciones. Todo lo que el fanático de la banda podía esperar. En esto Luca se diferenció mucho de lo hecho por Tony Kakko y SONATA apenas días atrás. Le dio a la gente lo que gente esperaba. Todo el segundo disco enterito y varias gemas más repartidas entre la discografía de la banda, como esa lección de épica que es “Land of Immortals” o la furia hecha canción de “Dawn of Victory”. Palmas aparte para haber elegido “Holy Thunderforce” para cerrar. Y permitíme detenerme en el guitarrista por un segundo. Muchos saben de mi fanatismo por Tuomas Holopainen de NIGHTWISH, especialmente por su rol como compositor más que como intérprete. Aquí me sucedió lo mismo, quizás Turilli no sea un guitar-hero habitual, con solos eternos y complicados. Lo suyo es componer glorias en pentagramas y vaya si lo hizo. En vivo se dedica a guiar tímidamente la música de la banda y más que nada a saltar y correr frenéticamente de un lado al otro. Del resto de la banda discúlpenme pero no sé si son algo más que laderos (bueno, el batero es el que siempre usaron en vivo, y hermano del bajista de BLIND GUARDIAN para más información) pero sí sé que apuntalan a la banda donde deben y se prestan con elegancia a su rol de partenaires del guitarrista, del cantante y del tecladista estrella si es que estuviese.

La noche se terminó y entre lluvia y debate acerca de una banda que siempre me pareció un cocktail explosivo de muchas cosas, con cositas de HELLOWEEN por ahí, algo de BLIND GUARDIAN por acá, y una pizca de MANOWAR por aquí, pero nunca estuvo entre mis favoritas. ¿Fue buena la movida de este “20 Anniversary Farewell Tour”? Claro que sí. Cuando tu presente no es el más alentador, siempre es bueno recostarte en tu pasado, sin vergüenzas ni pudores, recogiendo aquello que sembraste y que puedas sacarle el polvo a tus pergaminos. Es una manera de sentirte vivo. Ahora, ¿para cuándo mi propio “Rodri 20th Anniversary Farewell Tour”?

 Texto: Rodrigo San Miguel 

Fotografía: Maru Debiassi

Agradecemos a Marcela Scorca vía Icarus Music por acreditación al evento.

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