El día que los fiordos fueron tallados por Satyr y Frost
Pasaron seis años para que SATYRICON visite nuevamente la Argentina. Visita que lógicamente generaría una serie de ansiedades, primero por el tiempo transcurrido, y segundo, por el gran homónimo disco que sacaron durante ese periodo, cuál lamentablemente no pudieron venir a presentar. Pero bueno, ustedes saben, son cosas que suceden en los tours, finanzas, contactos, manageratos, etc. Y si bien de antemano todos ya venimos vislumbrando que la banda liderada por los Noruegos Satyr y Frost en los últimos años ha crecido más que exponencialmente, no han hecho más que con el paso del tiempo en romper cualquier tipo de barrera o molde que ninguna otra banda referente del género enquistada en seno del black metal más crudo y aguerrido de la península Escandinava pueda haber realizado. Basta con sólo pensar en haber hecho formar parte a cantantes de otras escenas musicales (Sivert Høyem) como hasta de darse el lujo de llenar un teatro de ópera en su país de origen ejecutando temas extremos con un coro de fondo. Si, todo eso y gran parte nos la perdimos, pero finalmente vinieron en ésta gira a presentar lo que para mi fue un gran disco como “Deep Calleth Upon Deep”.
No en vano dice el dicho que siempre hay algún tipo de revancha y esa fue la que tuvimos el pasado 8 de noviembre en las tediosas instalaciones de Uniclub, ámbito en el que siempre cuesta poder disfrutar a pleno de un show. Si bien entendemos que no hay muchos lugares intermedios para el caso en cuestión que sean adecuados para poder meter la cantidad de gente que la banda lleva en nuestro país -en Chile metieron muchos más- es un lugar que no solo queda chico para este tipo de referentes, no sólo por lo que representan históricamente, sino porque por más que te estés muriendo de calor, no te prenden un sólo ventilador. Irrespetuosos, como siempre, pero bueno, para señalar con el puntero láser al que levanta un pucho para encenderlo ahí si están atentos, ¿No? (Bue, me calenté). Por otro lado tampoco permite desarrollar un trabajo periodístico adecuado, más cuando se llena como se llenó, así y todo nuestra fotógrafa se las arregló como podrán ver. Entre empujones, golpes, pogos y porrazos entendimos que salieron cosas más que buenas.
Cuestión que la mítica banda Noruega se vería precedida por dos agrupaciones Argentinas que no pude ver, INORGANIC (de los que tenemos una serie de imágenes como podrán ver) y de MORFERUS a los cuales no nos faltará chance de opinar al respecto en algún momento. Independientemente de esto y conversando previo al inicio del show de la banda principal, los que estuvieron presentes me transmitieron que estuvo bueno, así que mis felicitaciones para ellos. De lo que si puedo dar fe es que cuando llegué había mucha gente afuera y adentro mucha más. Creo que al fondo del recinto solo quedaba una porción sin llenar, pero el calor y el grado de hacinamiento no me van a dejar mentir, hablaron casi por si solos. Así fue que un poco más allá de las 21 hs. el sexteto en vivo que mete la banda representada públicamente por Satyr (voz/guitarra) y Frost (batería) se complementaron más que adecuadamente por Steinar Gundersen y el Húngaro Attila Vörös en las guitarras, Anders Odden en el bajo y llamativamente todos esos sonidos particulares que escuchamos en los discos de estudio los refleja en vivo Anders Hunstad, sintetizador mediante en conjunto con la notebook de la famosa manzanita tapada con una cinta negra.
Todos de un trabajo prácticamente perfecto, con un buen sonido de fondo hicieron de que musicalmente vivamos un show de otro planeta, de lo mejor del año junto a HELLOWEEN, salvando distancias (convocatoria, lugar, etc.) claro está, pero definitivamente un show inmenso. Sustentado en el ENORME trabajo desde la parches realizado por Frost quién nos permitió deleitarnos con un sonido pocas veces sentido desde una batería (más aún de este estilo), la cual si bien lo tapaba por completo no dejaba que le veamos un solo pelo (a lo Nicko McBrain), fue finalizado el show realmente lo de menos. Crudo, puro, nítido y aguerrido, como pocas veces he oído en cualquier banda que pudiera haber escuchado en vivo. Te juro. Tendrías que haber estado ahí para creerme lo que te estoy mencionando. Y la verdad que no si esto sucede para darle la relevancia más que suficiente a sus líderes para que queden adrede por sobre encima de todo lo que suena o tomarlo simplemente como tal, como un baterista increíble que va al frente como pocos.
Musicalmente recorrieron parte de su carrera con canciones emblemáticas y muchas de las nuevas, cosa que me encantó, como el disco fabuloso por el cual llegaron, interpretando grandes composiciones de movida intercaladas con el resto sin bajar un cambio. Evidencia de ésto fueron las ejecuciones de “Midnight Serpent” (nos dejaron atónitos), “Deep Calleth Upon Deep”, “Dissonant”, la gloriosa y mágica “To Your Brethren In The Dark”, canción que tiene su video oficial recientemente salido del horno. Lógicamente también le dieron su tiempo entre las quince gemas que tocaron a varios de los varios discos claves de su historial como “Nemesis Divina”, “Now, Diabolical” y “Satyricon”. Pero si hay algo que fue moneda recurrente en la noche que tuvieron, fue, como les decía, el grandioso trabajo de Frost, quién en uno de los descansos finales con cara de pocos amigos se tomó el atrevimiento y arengó el piso del escenario haciendo crujir las maderas utilizando su pierna como si le estuviera pegando un bombo, alentando ni más ni menos a la gente para que desprenda su más poderoso “He, he, he!” desde esas recónditas entrañas que todos conocemos.
Y así lo vivieron, así se vivió. Con músicos que entregaron todo, con Satyr impecable desde lo vocal, casi como si estuvieras escuchando el nuevo disco desde tu bandeja de vinilos. Algo así. Tienen el potencial musical de ser una banda que suena bien vieja, contundente y clara en épocas donde todo es más moderno que ochentoso. La estética para ellos no es una cosa menor, por el contrario, el color negro, las camperas de cuero (como te cagaste de calor Satyr ¡¿no!?), los detalles alucinantes del pie de su micrófono, terminan dando en conjunto un toque completamente distinto a la puesta en escena. Me mató como de un momento a otro con total podredumbre te llevan de un eje que pareciera ser clásico a la faceta extrema, “Now, Diabolical” tiene mucho de eso, la que junto con “Repined, Bastard Nation” fueron claves en la estructura del sistema.
Convivimos con ellos prácticamente. Fue alucinante verlos en vivo, la verdad. El contraste de los sonidos generados, las luces, sus caras pintadas, todo hizo de algo una cuestión mágica, a pesar del mencionado hacinamiento que prácticamente a esa altura ya no importaba. Sentir sonar a canciones contemporáneas como “Our World, It Rumbles Tonight”, algunas más viejas y pogueras y de riffs pegadizos y recurrentes como “Black Crow On A Tombstone”. Y si hay algo que ellos sabían es que hacía tiempo que no venían, por eso creo también el setlist elegido, donde repartieron los huevos de la canasta adecuadamente, seguramente dejando varios temas afuera, pero a la vez tocando los más emblemáticos temas de cada disco como “Mother North” y “Transcendental Requiem Of Slaves” de “Nemesis Divina” o bien como fue el caso de “Commando” de “The Age Of Nero” o “Fuel For Hatred” del fabuloso “Volcano”.
Y sí amigos, si bien no fue uno de los shows más largos que la banda haya hecho en su historia, superaron la hora y media con interpretaciones largas, como ustedes saben, ocupando todo tipo de espacios y luciéndose grupalmente. Para el más que merecido y justificado cierre llegarían al bis con una de las mejores canciones en la historia de la banda como “The Pentagram Burns”, la ya mencionada “Fuel…” y la infernal “K.I.N.G.”. Finalizado el juego, me quedé con una sensación de satisfacción total, donde la historia no justamente pasó por lo hablado arriba del escenario, sino por lo ejecutado. Fue una especie de plan macabro para que si tenés la chance, nunca más dejes pasar la oportunidad de verlos en vivo ya que la entrega que la banda realiza sobre el escenario realmente fue envidiable.
Antes de llegar al show recordaba que me había olvidado los protectores auditivos, como siempre suelo hacer. La verdad, habría sido una falta de respeto para ellos que los use, ya que como pusieron el pecho a las balas con cada acorde o golpe, había que estar sin dudarlo desde el otro lado con los oídos completamente libres para retribuirles algo al respecto. Me queda en claro que después de recorrer un camino tan largo como ellos lo han hecho, lo sencillo y complejo a la vez que es mantenerse sobre un eje extremo, y no aburrir a su gente, cuestión que han demostrado con el correr de los años. La erosión de los fiordos es natural. Ellos han elegido un camino y geomorfológicamente han terminado tallando lo que la naturaleza hizo desde la génesis, pero con manos propias. La pasada noche en el barrio de Almagro ha sido una prueba viviente que años forjados en medio de climas gélidos y estructuras extremas combinadas con música, concluyen en resultados profundamente inigualables.
Texto: Hernán Mazón
Fotografía: Maru Debiassi
Agradecemos a Tone Barchiesi de Rock & Reggae por la acreditación al evento.
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