Año: 2020 | País: Argentina (Río Gallegos, Santa Cruz) | Género: Groove/New Metal | Formato: CD | Sello: Independiente
Desde la localidad de Río Gallegos nos llega la primer propuesta de estudio de ZOLÖFT, banda oriunda de la Provincia de Santa Cruz, Argentina. Su propuesta emerge de un formato de power trío, conformado por Fernando Vivar (guitarra y voz), El Pela Flowers (bajo y coros) y Sebastián Trujillo (batería). Como dato de color de la placa, les cuento que la misma fue grabada en la localidad de origen en los estudios “Audiosuite” y masterizada en el estudio porteño “Las Plantas”. Cuenta con un lindo arte de tapa, llevado adelante por el mismísimo cantante y guitarrista y retrata en su portada parte del lindo paisaje que posee la ría Gallegos en interacción con la actividad portuaria, que es en definitiva lo que verás retratado en mayor detalle en el booklet del CD original.
“Decennium” cuenta con 15 canciones y dura un toquecito más de una hora y el disco respira aires de modernidad. ¿Qué quiero decir con esto? Que no es la clásica propuesta Patagónica de metal tradicional aguerrido, ese áspero y ríspido que solemos escuchar por esos lugares de la región. Es más bien un tanto distinto, no solo por los sonidos que emite desde lo técnico sino por lo melódico y con su énfasis más puesto en lo que pasó con nuestro metal después de los años 2000 y no tanto en la génesis de los ’80 o ’90. No es un disco aburrido y tiene sus vaivenes. Te pone bien allá arriba y también te baja, con canciones un tanto más personificadas por las letras, acordes y melodías más melosas en el medio. Sin bien la placa posee canciones nuevas y renovadas, debemos recordar en ese sentido que en el año 2011, ZOLÖFT, editó un Demo titulado “Demolirium” del cual se desprenden varias canciones originarias de esa época.
“Pasaron las horas”, con la que ponen primera, es una expresión gráfica de lo que les comento. Buscan despistarse quizás un tanto con “En mi ser”, con un doble bombo más áspero y otra velocidad completamente distinta al iniciado. De hecho si me hubieran dado a elegir a mi, hubiese arrancado el disco con esta última, pero sobre gustos no hay nada escrito. Mucho entrecorte, headbanging y polenta como lo manifestado en “Dignidad suicida” o “Asesino animal”. Me recuerdan sus sonidos mucho a bandas como los noventosos SUBURBIA, después llamados SADISTIKAL, aunque también podrían tener cierta interfaz o dejo con bandas como CABEZONES, de la que si bien no soy adepto, es un mix power con melodía que representa varios paisajes. Todo eso más adelante mixturado con cositas de MACHINE HEAD, eso si, con mucho groove siempre.
El disco baja sus cambios con “Nos pertenecen” e “Intolerancia”, desprenden su parte más fumeta que con una orientación un tanto más traída desde el medio tiempo y con diversas variaciones en lo estructural de acuerdo a lo que veníamos escuchando, con más presencia de acordes y un tanto más de oscuridad, de toques doombetas digamos. Cuestiones que se vuelven a repetir en “El siguiente paso”, donde me hacen recordar a los alternativos STAIND. Posteriormente el disco vuelve a mutar y a través de “Ojo de guerra” se predisponen nuevamente al pogo, como también en “Crimens sollicitationis”. Los solos de viola del disco en si están siempre buenos, cortos pero productivos, y hay uso de wah-wah y algún que otro efecto que tienen toda la onda.
Ya para el cierre la placa se torna contundente y forjados siempre con letras en español la banda se dedica a hablar de cuestiones que están dentro de la sociedad o bien acerca de sentimientos personales de cosas en las que te podés ver retratado de una u otra forma, si sos capaz de mirarte bien adentro. No es la clásica alineación que va a hablar del mal que le ha hecho la política al país en el que vivimos, cuestión en la que muchos se quedan, sino por el contrario más bien a sacar a relucir fortalezas en medio de depresiones o malos momentos, dichode otra manera: tratá de vivir con los condicionantes que la vida misma va imprimiendo.
Ya para lo que es el cierre de la placa van a aparecer en un mismo tenor canciones como “Cerrar sesión”, “Del norte”, “Una batalla más”, “Locura mental” y vuelven a cortar los tiempos con “Delirium tremens” par dar la estocada final con “Alguna vez”, la que otorga un lindo cierre a laburo hecho. Que dicho sea de paso no fue menor. Para los que somos Patagónicos nativos llegar a obtener una pieza de este estilo no es una cosa menor, de hecho si te ponés a pensar la banda con recursos propios consiguió un adecuado lugar donde grabar el material, pero cuando hablás de masterizar siempre casi siempre para que las cosas queden de mejor calidad, se terminan arreglando en la ciudad de la furia, con todo lo que ello conlleva desde lo económico, más allá de las distancias. Le llamo esfuerzo estructural, y si, nada más ni nada menos que eso, y como si fuera poco, algo más o menos parecido sucedió como cuando decidieron hacerme llegar una copia original del disco a mi domicilio en búsqueda de una opinión. Agradecido estoy a ellos por eso y a ustedes por leerme, en algo que trata de ser, una contribución para que este tipo de proyectos no dejen de llegar.