Año: 2023 | País: Finlandia | Género: Melodic Death Metal | Sello: Reaper Entertainment | Puntaje: ♠♠♠♠♠♠♠ (7/10)
Un par de meses antes de la pandemia CHILDREN OF BODOM (COB) veía el fin de su carrera y casi un año después, en diciembre del 2020, se anunciaba que Alexi Laiho, líder de la mencionada banda, había fallecido. Todo este escenario turbulento y emocionalmente caótico llevó a Janne Wirman, líder de WARMEN y ex tecladista de COB, a abandonar completamente su carrera musical. Sumido en una fuerte depresión y sin ganas de hacer más música, ni siquiera heavy metal, empezó a estudiar arquitectura con el objetivo de redireccionar su vida. Sin embargo, el destino a veces tiene otros planes. Así es que su hermano Antti Wirman y su amigo Jyri Helko (ambos miembros de WARMEN) lo obligaron a tratar de escribir algo de música, convencidos de que no se podía desperdiciar semejante talento. Luego de pensarlo bastante, Janne accedió, pero con la condición de que no fuese en su casa de Helsinki; razón por la cual se fueron un fin de semana a una cabaña en el bosque y… cosas maravillosas sucedieron. De esta manera, WARMEN completa su formación convocando nada más y nada menos que a Petri Lindroos (ENSIFERUM) para las voces y guitarra y a Seppo Tarvainen en batería, dándole una dimensión completamente nueva a la banda y a su sonido.
Muchos años atrás, cuando conocí COB quedé maravillado con lo que Janne era capaz de hacer en los teclados. Poco tiempo después, tras la edición del segundo álbum de COB, Janne editó el primer disco de WARMEN titulado “Unknown soldier” donde se permite expresarse libremente desde su teclado en composiciones prácticamente instrumentales. Cuando escuché el primer tema de este disco quedé absolutamente pasmado con la velocidad, el frenesí y la capacidad compositiva de este joven músico. En el 2001 veía la luz su segundo trabajo de estudio “Beyond Abilities”, sorprendiendo con un poco más de participación en las voces y aún más técnico y rápido desde lo musical (si es que eso era posible). Luego la carrera de WARMEN se tornó un tanto monótona y dispersa, editando un disco cada cuatro años. Hoy, casi diez años después de su último trabajo, “Here for none” sorprende poderosamente.
Si hubiese escuchado este trabajo de fondo mientras hacía otra cosa, podría haber pensado que se trataba de algún trabajo inédito de COB perdido entre el “Follow the reaper” y el “Hate crew Deathroll”. Es que el inconfundible sonido del teclado de Janne, que tiene un rol central en la música, automáticamente me lleva a ese lugar. Sin embargo, al prestar un poco más de atención a las sutilezas, se va desentramando un complejo sistema de capas, armonías y melodías. A diferencia de trabajos anteriores donde primaba la velocidad, esta vez los riffs de guitarra evocan y honran, por momentos, al thrash y al groove metal, mientras que la inconfundible voz de Petri otorga un plus agresivo y crudo, por momentos hasta homenajeando al difunto Laiho. Con este nuevo disco WARMEN no busca repetirse ni copiar a nadie; todo lo contrario, se mantiene fiel a su esencia, honrando el prolífico legado de Janne Wirman.
“Warmen are here for none” abre la lista con la marca registrada de la banda, un teclado que parece sacado del aclamado “Hatebreeder” de COB que nos mete en una atmósfera densa y tensa, ya conocida para muchos, preparándonos para una explosión de sonidos y ritmos vertiginosos, mostrando el nuevo camino que va a transitar la placa. “The driving force” fue la primera canción grabada en la cabaña y según Janne: “Capturó toda la energía de la nueva banda y lo que habían vivido en los últimos años”. Honra su título empujando hacia adelante con un exquisito mid tempo acompañado por muchos duelos de viola y teclado y “A world of pain” continua un poco más agresiva y enérgica, evidenciando el impecable trabajo del baterista Seppo Tarvainen. Y es aquí, promediando el disco, donde va a aparecer definitivamente el nuevo sonido de WARMEN. “Too much too late” comienza con un adictivo ritmo de batería y bajo a medio tiempo (un homenaje a Lombardo en palabras de su compositor), acompañado por una viola que va tirando notas sostenidas, rematando en un violento palancazo que da paso a un riff muy thrashero y groovoso, ante el cual es imposible mantener la cabeza quieta. Sin duda uno de los mejores momentos del disco.
No obstante, la trilogía que se forma entre esta y sus dos sucesoras, es digna de un loop infinito en el reproductor que estén usando, para que suenen una y otra vez sin parar. Si recuerdan el teclado introductorio de “Downfall” de COB, sin lugar a dudas “Night terrors” los llevará a terreno conocido con un estribillo muy bien logrado y un excelente breakdown previo a los solos de viola y teclado tan característicos de la banda. “Hell on four wheels” destruye la melodía introduciendo un absoluto caos con un riff desprolijo, sucio y crudo, un chirrido de guitarra y un Petri emitiendo todo tipo de sonidos infernales. El caos se sostiene durante una estrofa acelerada y potente hasta desembocar en un estribillo con una de las melodías más pegadizas del disco.
“The end of the line” baja la intensidad, dando un respiro al oyente, mientras que “Death’s on its way” aporta un poco más de versatilidad en una especie de tributo a SLAYER con riff introductorio que parece sacado de “South of Heaven” o Reign in Blood”; uno de los puntos más bajos del disco junto con “The cold Unknown” que baja el ritmo y no deslumbra por ningún lado, ni siquiera con el estribillo. Para el cierre, tenemos el cover de ULTRAVOX, “Dancing with tears in my eyes” transformada en un excelente tema de melodic death metal finés con todas las letras. Una adaptación exquisita de un clásico de los ‘80 para terminar el álbum de una manera un poco más popera y divertida sin perder la esencia.
Con este disco WARMEN reingresa en las grandes ligas. Un retorno que, ante la ausencia de COB o NORTHER, honra un legado que parecía abandonado. El caído estandarte del melodeath finlandés se levanta nuevamente en las manos de Janne Wirman con una banda renovada y con la energía suficiente para reabrir las puertas cerradas de un reino caído en desgracia. “¡Siempre seré Janne de Bodom! Es así, está perfecto, no necesito ocultar mi pasado” dice el líder de la banda, reivindicando sus orígenes y sentando las bases para un gran futuro. Un disco digno de ser escuchado y que, en mi opinión, estará dentro de los mejores lanzamientos del año.