DE LA TIERRA en vivo en Argentina: “Con los pies sobre la tierra”


Con los Pies Sobre la Tierra

Hace un tiempito atrás habíamos hablado de ellos, DE LA TIERRA, la banda latina de orígenes diversos que llegó una vez más el pasado 3 de noviembre a la Argentina en la mini gira Sudamericana que los depositó en nuestro país. A diferencia de la anterior, ésta vez fue en marco de la presentación del segundo disco de estudio denominado homónimamente “II”. Elegimos en este sentido ir a verlos nuevamente para hacer un contraste con su pasado y porque no, con su presente. Presente que los tiene bien vivos y con algunos cambios de formación. Como ustedes saben, Flavio se fue de la banda y entró en las cuatro -cinco para él- cuerdas Harold Hopkins Miranda, quién también oficia desde hace muchos años atrás en las filas de los portorriqueños PUYA. Más allá de ese pequeño detalle introductorio, nos recibiría, por pedido de la banda el Teatro Vorterix, el cual lamentablemente nunca se llegó a llenar ni cosa parecida. “Estaban los que tenían que estar”, como dijo Andrés Giménez.

La gran catarata de shows que hoy en día estamos recibiendo hace de que muchos bolsillos no aguanten e independientemente de que las bandas que tocaron un día antes (HELLOWEEN) y un día después del show (MONSTERS OF ROCK) poco tienen que ver con el sonido de DE LA TIERRA, si quizás influyeron a la hora de movilizar el bolsillo para sacar una entrada. La cuestión es que también tenemos que ser lo suficientemente realistas y entender que por motus propio la banda no convocó la misma cantidad de gente que la primera vez. Puede que coincidas conmigo en que el disco nuevo no es de lo mejor, más allá de que tiene canciones copadas, pero el mismo dista bastante de lo logrado musicalmente en el primero, homónimo también. A lo hora de sacar una entrada, eso tranquilamente también puede influir, pero bueno, son sólo conjeturas de una noche que tuvo bastante para contar.

Las cuestión es que después de que una serie de bandas locales hicieran acto soporte de la historia, después de las nueve y pico de la noche saldrían al escenario a mostrar su música. De movida se alzarían con canciones de sus dos discos de estudio y ningún cover, dado que ahora tienen la suficiente cantidad de temas propios para llevar un show completo adelante. “Maldita Historia”, “Señales”, “Rostros” y “Valor Interior” serían las que no nos darían respiro, a ellos tampoco, hasta tanto empezó a hacer algo de tiempo Andrés Giménez para hablar con la gente, para mí gusto, por demás, pero bueno, todos sabemos lo comunicativo que es Andrés y es súper buena onda relatando intimidades de la banda sobre las cuales llegó a concretar sus sonidos actuales y cualquier detalle que no es muy común oír de un músico de su talla. Mientras tanto sus pares, afinaban se re-acomodaban y estaban listos para seguirle dando “puñete” a la cosa como dijo Harold.

Más allá de eso, con un sonido muy fuerte y estridente desde el fondo, nunca estuvieron del todo bien con ese eje, prácticamente misma situación que la vivida con las bandas soportes o lo poco que pude ver de la última, situación que por lo poco que pude ver no me permitió poder traerles algún tipo de conclusión al respecto de la performance de los teloneros. Con una banda súper enganchada y con sonidos que son muy conocidos para el paladar Argentino, traídos porque no de las raíces de A.N.I.M.A.L., D-MENTE y demás proyectos por los cuales ha transitado Andrés, ésta vez los vi muy emparentados con esa música más que con otra, siendo quizás la responsable de todo esto la voz del susodicho.

“Valor interior”, “San asesino” (que lindos quedan los coros de Andreas), “Puro” y “Detonar” serían las encargadas de seguir adelante con la historia. Ya con Harold completamente suelto, es Andreas quién manejó mucho los hilos de la banda y si bien Alex es un gran baterista, en ésta oportunidad no lo vi tan explosivo como la vez pasada, más allá de los lujos o trucos que nos refriega sobre la cara. Mientras Andrés seguía hablando y hablando sin parar, contando que su suegra estaba presente y saludando a su amigo León Gieco (quién siempre se acerca a verlos) se dedicó por momentos como siempre suele hacerlo a charlar con la gente y dar sus apreciaciones de lo que estaba pasando abajo mientras, hacía chistes y boludeaba. El es así, y siempre lo será, quiere llegar bien al fondo de la cosa y es capaz de ponerse a charlar con alguno que anda en muletas o bien como lo hizo con el muchacho que se encontraba en pleno pogo con una máscara para protegerse de algún daño reciente en su cara. ¿Viste? Hay para todos los gustos.

La cuestión es que musicalmente el desempeño fue bueno y no hay nada que reprocharles. Ellos disfrutan y los que los siguen también, al menos tomo como ejemplo canciones como “Dois portais” o bien como “Somos uno”, donde la banda probablemente tuvo su mejor momento, con un sonido que nunca llegó a ser de lujo, pero que en cierta medida se ordenó. Andrés afinando siempre bien, tuvo el respaldo de una banda prolija sinceramente y no tuvieron fallas. Se los vio sólidos y contundentes, pero insisto, algo más de machaque y groove en el producto final faltó. “Sin límites” junto a la pegadiza el “Chamán…” (insisto, que lindos quedan los coros del actual guitarrista de SEPULTURA), la picante “Ciénagas de odio” y “Fome” serían algunas de las que llegarían previo al descanso.

Para el cierre “Sangramos al resistir” y “Cosmonauta Quechua” harían de que Alex por momentos se saque más de la cuenta, vuele por los aires y le ponga toda la onda desde el fondo como suele hacerlo siempre, casi como si toda su vida se la hubiese pasado tocando en una banda de metal (Sí sabelo Alex, MANÁ no nos gusta). Así es gente que vivimos un show contundente, el cual para mí, no arrancó muy bien desde las perillas y si bien se acomodó, nunca fue lo que esperé. Me queda dando vueltas la idea de que esperaba un poco más de renovación en la propuesta musical en esta nueva era, y si bien la banda tiene un eje claro asociado a lo que comúnmente denominamos groove metal, llevan parte de su propuesta a un metal moderno y se despegan bastante de lo que hacen en sus proyectos en solitario, a pesar de que todo tenga familiaridad con bandas mencionadas que locamente nos influenciaron cuando su frontman explota las cuerdas vocales. Veremos qué se traen un tiempito más, ya que parece que quietos no se van a quedar, talento, contactos, producción y economía que sustente el trabajo tienen. Quedará en ellos que las raíces del metal moderno de las venas unidas de Latinoamérica los lleve al más allá, por lo pronto, mucho me suena conocido a pesar de que no le quito méritos a su destreza y modernidad.

Texto: Hernán Mazón

Fotografía: Karina Parodi 

Agradecemos a Eduardo Basagana por la acreditación al evento.

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