Fecha: Miércoles 14 de noviembre | Lugar: El Teatrito | Ciudad: C.A.B.A. | Hora: 20:00 hs.| Bandas Invitadas: EXTERMINIO, NUCLEAR SATHAN & CLIMATIC TERRA
Finalmente, en esta tercera visita a la Argentina (la primera visita fue en el 2016 como soporte de AMON AMARTH en groove y la segunda, la desafortunada visita del 2019 donde subió al escenario borracho y no llegó a cantar ningún tema en Palermo Club) ABBATH pudo dar cuenta de por qué es uno de los referentes indiscutidos del black metal noruego (recordemos que fue uno de los fundadores de los noruegos IMMORTAL uno de los iniciadores del black metal en Noruega a principios de los noventa).
Es claro que después de este incidente Olve Eikemo (ese es su nombre real) realizó un camino de recuperación que lo conduce al momento musical que pudimos observar en vivo en el escenario de El Teatrito. Sin darle demasiado lugar a la dimensión chistosa y bizarra que es parte de su personalidad (esta vez hubo algunas caras para la foto y no mucho más), en esta nueva presentación el noruego mostró cuál es su visión respecto al black metal, con una interesante síntesis entre su carrera solista, algo de IMMORTAL y de I (una especie de supergrupo de black metal rockero junto a integrantes de GORGOROTH y ENSLAVED que tuvo un único disco lanzado en 2006).
Claramente, la presencia de “Battalions” y “Warriors” dos canciones de este proyecto en el setlist (toda una sorpresa teniendo en cuenta que venía haciendo solamente una en el inicio de la gira latinoamericana) da cuenta de que a diferencia de la propuesta de IMMORTAL (donde nuestro protagonista debe disputar protagonismo con el guitarrista Demonaz, encargado del concepto y la dirección artística del grupo, algo que actualmente realiza llevando por su cuenta el proyecto) aquí los elementos básicos del black entre los que se podría mencionar los blast beats, la velocidad extrema y los trémolos, se entremezclan con segmentos más rockeros, rifferos y thrasheros en donde la influencia de bandas como MOTÖRHEAD se tornó evidente, en esta idea de rockear ‘de forma extrema’.
Entonces, en un show con un sonido crudo y atronador como precisa el estilo, de repente se pudo observar a un público (extrañamente expectante en el contexto de un Teatrito con una convocatoria aceptable) cabeceando en las canciones ya mencionadas, extendiendo la acción a las canciones del primer disco solista y autotitulado de ABBATH que, sin lugar a dudas, es un fiel reflejo de que se puede hacer un black metal ganchero con riffs recordables y melodías que hagan mover la patita. Seguramente por ello, las canciones de este primer disco que sonaron la primera parte y promediando el show (“Ashes of the Damned”, “Fenrir Hunts”, y “Winterbane) fueron algunas de las que mejor expresaron el ánimo rockero y a la vez extremo del noruego. La primera, proponiendo una intensidad arrolladora, la segunda una actitud más épica y la tercera con más frialdad y crudeza; sirvieron para dar cuenta de qué, a diferencia de su banda original, aquí la idea es mezclar los fríos y desolados paisajes escandinavos, algo que la voz de ABBATH refleja como pocas, con ciertos momentos en donde se resigna velocidad y vertiginosidad para generar momentos de melodía.
Sostenido por una profesional banda constituida por ‘Raud’ Ole André Farstad en guitarra, Ukri Suvilehto en batería y Rusty Cornell en bajo, a lo largo de poco más de una hora ABBATH logró mostrar toda la oscuridad, velocidad y crudeza de su música. Tan bueno fue el nivel de interpretación (en especial de los dos primeros) que canciones como “The Artifex” y “Harvest Pyre”, lograron un gran nivel de intensidad con una interesante propuesta sonora que incluyó paisajes oscuros, rebajes de velocidad y momentos más rifferos. La presencia de “Beyond the North Waves”, “In My Kingdom Cold”, “One by One” y “The Rise of Darkness” de IMMORTAL intercaladas en la segunda parte del set terminaron por construir una lista que pasó rápidamente a nivel tiempo por el nivel de intensidad que propuso y por la sabia decisión de casi no mediar palabra entre canción y canción.
En este contexto, la oscurísima “Endless” con ABBATH subiendo la escalera ubicada al costado del escenario que conduce al camarín unos segundos antes de terminar la canción; fue el cierre definitivo de una presentación a la altura de uno de los iniciadores de, tal vez, la vertiente más extrema y cruda de la música pesada. Deuda saldada con un show a la altura de su historia.