Año: 2024 | País: USA | Género: Death Metal | Sello: Reigning Phoenix Music | Lemmymómetro: ♠♠♠♠♠♠♠♠♠ (9/10)
En la gran mayoría de los casos en Metal-Daze solemos introducir brevemente al lector citando a las bandas emergentes y sus más recientes lanzamientos. En este caso, a estos viejos lobos de guerra, no les hace falta ninguna presentación. Muchos conocemos la trayectoria de DEICIDE, por su extensa y variada discografía. También han sido parte de la creación del movimiento death metalero y en la actualidad son un eslabón fundamental junto a POSSESSED, DEATH y MASTER, por nombrar a algunas. Por lo tanto, hablaremos directa e íntegramente de su nuevo álbum.
Ya de muchos años, la banda es liderada por Glen Benton en bajo y voces y Steve Asheim en batería, dos de sus fundadores y compositores. Taylor Nordberg, es quien está en una de sus guitarras desde hace apenas un año para algunas presentaciones en vivo y Kevin Quirion es el otro de sus guitarristas. Este último junto a DEICIDE ya hace una década, desde “In the mind of evil” y “Overtures of blasphemy”, trabajos buenos musicalmente, pero donde DEICIDE ha tenido menos presupuesto en producción y sonido en estudio. Y es ahí donde quisiéramos hacer hincapié en esta reseña.
El álbum abre con una pequeña cuenta de batería y riff colgado seguido de un grito de Benton acompañado con tres cortes al estilo “Once upon the cross”. Ya comenzamos bien clásico con el inicio, que es “From unknown heihgts you shall fall”.
Continúa con “Doomer to die” y los dos ya presentados en clips “Sever the tongue” y “Bury the cross…with your christ”. Realmente para destacar es “Faithless”; comienzan con un arpegio de guitarras limpias como han usado anteriormente en “The stench of redemtion” (2006) mezclados con riffs del estilo de “Serpents of the light” (1997). En esta nueva obra, esos estilos ya propios de la banda, pero aislados en diferentes discos en el pasado, mixturados han quedado realmente bien.
Dícese Benton, que quien maneja las perillas en esta obra – Josh Wilbur – es quien mejor ha logrado interpretar la búsqueda actual de la banda, que no era menos que recuperara el sonido del viejo DEICIDE. Por ese motivo mencionamos este viejo clásico, al menos por lo que representó en los noventa, porque su sonido actual es totalmente superior.
Este ingeniero hizo con este álbum algo que para quien les escribe es realmente nuevo, no solo ha aportado que la banda vuelva a tener esa grandeza en el sonido, la cual se caracterizó siempre, sino que los planos de los instrumentos están perfectos. Wilbur, viene trabajando con bandas del ambiente del metal, pero poco relacionadas con el death metal extremo y roto, como TRIVIUM, LAMB OF GOD o GOJIRA, que son bandas pesadas pero frecuentemente relacionadas con las nuevas camadas del metal y sus sonidos más modernos. Este ingeniero ha logrado plasmar esos conocimientos en la obra actual de DEICIDE sin que esto suene groovero, tedioso o trillado.
Wilbur, también ha logrado esas pinchadas de solos de guitarras perfectas, con el sonido auténtico del death metal de inicios de los noventa. DEICIDE siempre tuvo solos cortos y efectivos, algo que perdió en esencia en discos posteriores a sus tres clásicos iniciales. Aquí en “Banished by sin” estos viejos padres del death metal recuperan eso también de la vieja usanza.
El disco también goza de temas del estilo de “To hell with god” (2012), como en “Woke from god” donde las guitarras llevan un diálogo a la par de la voz, algo que también Benton supo hacer en “This is hell we´re in” o “Slave to the cross” del álbum “Serpents of the light” (1997).
Steve Asheim mantiene el mismo estilo en todos los discos, es como un set máquina de batería que se adapta funcionalmente a todas las etapas y diferentes músicas que proponga la banda. Teniendo en cuenta también que es uno de sus compositores.
El homónimo del álbum y “A Trinity of none” son otros dos temas que recomenzamos con Metal-Daze. Aquí la banda nuevamente recurre a riffs muy sólidos y clásicos que motivan a la vieja época. Será que DEICIDE, como muchas otras bandas: ¿Necesitan comodidad de producción para lograr buenas joyas?
Es un disco completamente digerible, a pesar de que sus doce temas ninguno de ellos pasa los cuatro minutos de duración. Este es otro detalle de los viejos clásicos que la banda había dejado de lado en sus álbumes del medio y sus diferentes cambios de formación. Podemos afirmar que DEICIDE en este álbum logra una solidez absoluta que no había logrado en sus discos anteriores.
Las bandas tienen la libertad de incursionar hacia donde se sientan cómodos sus miembros, dependiendo los diferentes momentos de sus vidas. Creemos firmemente que este es el disco nuevo de DEICIDE que hay que escuchar. No únicamente por lo descrito musicalmente en estilos y ejecución de su música, sino también, lo renovador que es su sonido y la huella enorme que representa en volumen y nitidez.
Y por último, a criterio de quien redacta, solo le faltó para llegar al ♠ (10) en esta reseña, un arte de tapa más jugado. De todas formas, “Banished by sin” abarca la esencia de DEICIDE desde siempre y por siempre. Esta es una cita debida para todo el que disfrutó los viejos clásicos y los discos posteriores a los hermanos Hoffman.