Una grieta que no se agrieta
Después de un tiempo más que prudencial la vuelta de OCONNOR a la ciudad de Buenos Aires se dio de buena manera, no sé si la mejor después de los más recientes hechos en el núcleo interno del grupo con la ida de algunos miembros, pero si debo remitirme a lo vivido el pasado sábado en La Trastienda pasaron álgidamente la prueba. A ver, como ustedes saben la banda después del tan ansiado retorno volvió con todo, es decir: disco nuevo bajo el brazo, varias fechas por delante, un bandón con dos violas y por sobre todo manteniendo el eje sobre el cual se posicionaron siempre musicalmente. Sí, fidelidad musical, de esas que a veces escasea a pesar de que “La Grieta” haya mostrado otra faceta de la banda, pero siempre con identidad. Con el correr del tiempo y lamentablemente, no se si para ellos, pero si para los fans, las cosas fueron cambiando y de un momento a otro después de que el avión recién había despegado, la historia finalmente se terminó y si existía “Grieta” alguna entre sus integrantes ésta se terminó transformando en una especie de desprendimiento de barrera glaciaria.
Pero bueno, haciendo un mea culpa entendamos que de por si somos una tanto resistentes al cambio, más aún cuando hablamos de una banda que ha llegado a los veinte años de trayectoria y al menos más de diez discos de estudio editados sumando los en vivo y demás. Uno podría suponer también que si Hernán García deja la banda, más aún siendo pilar en la banda no solo desde su fundación sino también desde la composición como director musical, más de uno quizás hubiese pensado que la historia llegaba a su fin, pero no señores, todo lo contrario. La cuestión es que a pesar de todo esto Claudio con sus compañeros decidieron darle continuidad al proceso musical y reclutar al menos transitoriamente a las filas de la banda a su amigo Karlos Cuadrado (MALÓN) y por otro lado el puesto que dejó Iván Iñiguez no fue suplido por nadie. Si bien se habían presentado en otras oportunidades con esta formación, no lo habían hecho todavía en la ciudad de Buenos Aires.
Bien después de una serie de preámbulos les cuento que de movida arrancarían los amigos de SENTHENCIA, y digo amigos ya que hace no mucho me tocó hablar de ellos cuando el TANO ROMANO presentó su disco oficialmente en el Teatro de Flores; y a decir verdad, sigo pensando lógicamente lo mismo que días atrás describí. Estamos ante una banda que va al frente y que tiene un sonido moderno. La llegada del tan esperado disco debut les dará seguramente el rodaje que están buscando y el hecho de mostrarse será plenamente digno. Se respira en sus embates mucha potencia, buena onda y están bien cubiertos en cada puesto. Como que no podés evidenciar baches en la estructura del grupo y eso está bueno. Su propuesta bien arraigada al metal Argentino más tradicional respira vestigios de propuestas más recientes y maduras, y se terminó transformando en una más que digna apertura en un lugar íntimo que permitió mostrarlos de cerca con otro tipo de sonido. En un set donde con exclusividad tocaron temas propios seguramente más de uno se fue pensando en que quizás estamos ante una banda que se las trae, estará en ellos recorrer y madurar, al fin y al cabo de eso se trata, independientemente del apellido que a cuesta lleves.
Ya pasada la medianoche llegaría el turno de la banda que lleva el seudónimo del mítico, histórico y leyenda viviente del metal Argentino para levantarle unos grados a la fresca noche. OCONNOR saldría literalmente con todo y muy poco demoró la historia para que el sonido se acomode, claro contaban con Mario Breuer en la perillas, ¡¿que querés?!. Durante más de dos horas recorrieron un set intenso, largo y contundente, donde si bien hicieron hincapié en “La Grieta” se dedicaron a repasaran todos los clásicos emergidos en la basta trayectoria de la banda. Ahora si, lógicamente cuando uno está presentando un disco nuevo decide generalmente arrancar su show mostrando temas nuevos, o al menos el primero del setlist, pero no fue lo que pasó esta vez. “Enroscando al mundo”, “Quién pudiera” y la gloriosa “Pagando por tu actitud” serían las que romperían el hielo de la historia mostrando justamente la etapa pasada de la banda. Recién sería al cabo del cuarto tema cuando se dispondrían a mostrar lo nuevo a través de “Egos en liquidación”.
Para este entonces ya el lugar estaba copado y si bien el recinto nunca se llenó, bastante gente se acercó a ver a la banda en un lugar un tanto atípico para el género pero que a la hora de pensar en un lugar íntimo y que suene lindo deberemos referirnos a este sin lugar a dudas. Así que amigos de acá en adelante la historia siempre iría bien, alguna que otra olvidada de letra por parte de Claudio (como suele sucederle), algún que otro mal arranque, pero no muchos déficit más. Su voz estuvo muy bien, aunque lo he visto al menos mucho mejor en otras oportunidades, vaya a saber, somos seres humanos, pero esta vez hizo cantar bastante a la gente (risas). Todo indicaría de acá en adelante un setlist súper copado, donde siempre se revivió el pasado pero con canciones más recientes como “Diminitudes”, “Espejismos del Edén” entremezcladas con otras como “No te aflijas”, “Jardín de la eternidad” y “La maldad”. Mientras tanto, desde el fondo el siempre firme Pablo Naydón y lógicamente don Castro liderando las acciones desde el micrófono se dispusieron a regalarnos una gran pero gran noche. Pero claro, no estaban solos.
También llegaron los momentos más sensibles del show ya que al momento d ejecutar “Jinetes del rock” el cantante se la dedicó Guillermo Sánchez, el recientemente fallecido bajista de RATA BLANCA, al cual se dirigió diciendo: “para el Negro Sánchez” ante el lógico emotivo acompañamiento por parte del público. Previamente habían sonado también “Hijos del hombre”, “Bendecido” y “Tu cosecha”. Cuestión que después de la citada sobredosis de “La Grieta” la banda desembarcaría en lo que sería la segunda parte del show con clásicos extraídos de cada álbum. En síntesis terminó siendo ese tipo de show donde creo que todos los presentes terminamos saliendo conformes con la historia, como si hubiéramos armado la lista, ya que se repasaron “Hay un lugar”, “Yerba mala nunca muere”, “Río extraño”, “El tiempo es tan pequeño”, “Estamos pariendo” y “Naturaleza muerta”.
Por otro lado me llamó poderosamente la atención que dado lo largo del set (alrededor de 22 temas) la banda no se tomó respiró prácticamente y palo a palo no bajaron el pie del acelerador. Hubo un prolijo y potente trabajo de Pablo, quién siempre hace de las suyas con los coros a pesar de que esta vez no llegaban con claridad como otras veces; Cuadrado quién cumplió claramente y por último citaría también una más que gran performance de lo que es para mi uno de los mejores guitarristas de Argentina: Fernando Cosenza. Definitivamente se puso la banda al lomo como ya lo venía haciendo en la etapa pasada e hizo de que no se noten aquellos hipotéticos espacios que pudieran existir en una situación normal con dos violas. Para el final se guardarían las canciones que la gente más corea y escucharíamos alternadamente a “1976”, la fabulosa “Hasta ser libre” y “Río extraño”. Para el cierre después de un mini descanso llegaría una delantera de película con “Yo caníbal”, “Se extraña araña” y sin que la gente pida nada, salió un cover de HERMÉTICA, “Memoria de siglos”, canción que la banda suele hacer bastante seguido.
Me da la impresión de que estamos ante una banda que está bien posicionada y que tiene muchas cosas para contar, instrumentos mediante. Desconozco si Karlos seguirá con la banda, y en todo caso es así tampoco creo que sería tanto problema ya que como todos sabemos comparte espacio con el cantante en otra, así que por cuestión de tiempos eso no será un impedimento. Si me preguntás como seguidor, me gustaría ver una cara nueva, pero como dice el dicho, es mejor lo conocido que lo bueno por conocer. Por último pensaba que soy de los que le gusta ver a las bandas de heavy con más de un guitarrista, pero que de acuerdo a lo que practica OCONNOR y el as de espadas que tiene el cantante a su izquierda arriba del escenario, lejos está al día de hoy de necesitar un compañero, ya que si hay baches en vivo este pibe te tapa todo. Probablemente estemos ante el guitarrista Argentino de heavy metal que más rock tiene consigo.
“Libérense…” dice la canción, bueno, si la siguen al pie de la letra cómodos se seguirán sintiendo, al menos para mí “La grieta” que se evidenció algún tiempo atrás no llegó a sobre dimensionar su tamaño.
Texto: Hernán Mazón
Fotografía: Maru Debiassi
Agradecemos a Esteban López vía 900mb por acreditación al evento.
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