HORCAS en vivo en Buenos Aires: “El heavy metal volvió al Templo”


Fecha: Sábado 17 de Agosto de 2024 | Hora: 20 hs. | Lugar: Estadio Obras | Bandas invitadas: DARLOTODO

¡De pie todos! Porque el heavy metal vuelve a reclamar su lugar. El de los templos del rock y el de cierto protagonismo que ha ido resignando.

Una noche donde sucedieron muchas cosas. La mayoría de ellas se vivieron en el lugar y en el momento adecuado y otras quedaron reverberando en la mente y el corazón. Una noche de gloria, de regresos y de logros a modo de nuevo mojón. Una jornada significativa en muchos aspectos que iremos develando con el correr de los caracteres, esperando que al concluir les quede bien dimensionado todo lo que allí aconteció y que creemos, marcó un antes y un después.

Puntualmente, subieron al escenario los integrantes de DARLOTODO Y ahí nomás comenzaron con un set de sonido actual, muy cercano al nu metal más oscuro y retorcido, pleno de guitarras de distorsión grave, arreglos extraños, disonantes y mucho groove por las guitarras de Rod Zamora, más las bases dinámicas gracias a un fuerte trabajo percusivo y melódico por parte del baterista Penumbrart complementado por el bajo activo y las técnicas de popping y slapping de Juan Francisco Massot, todo esto como soporte y contexto para la creativa voz aguerrida de Lucas Aguirre dándole vida a unas letras existencialistas de tono angustiante. 

Luego de una intro, para ir entrando en clima, se lanzaron a darlo todo (valga la expresión) con Liberame dando el furioso puntapié inicial de un setlist impecable que revalidó y justificó largamente con cada nueva canción, su presencia en tan magno evento. Luego de Soledad y Sangrar, fue el turno de los invitados. El cavernoso growling de León Pardo (NVLO) compartió protagonismo con el laburo de Aguirre en Dolor; Knario Compiano (PLAN CUATRO) hizo lo suyo en Apocalypsis y Emi Rojas (PR3SSION) sumó su voz y guitarra en la versión de Roots de SEPULTURA. Ya de vuelta a su formación natural, el cuarteto cerró su noche con La Venganza.

Excelente elección como acto apertura, ya que a la ansiedad por ver el acto principal se le sumó la oscuridad musical del soporte, lo que llevó a una muy interesante tensión previa al plato fuerte.

Luego de unos minutos en que todos los responsables del sonido, luces, proyecciones, filmación, etc. de HORCAS tuvieron todo listo, solo quedaba que la banda subiera al escenario y demostrara si la espera y las expectativas habían valido la pena.

¡Y vaya si lo hicieron! Los primeros sones de Rompo El Dolor sorprendieron por la fuerza con que la agrupación tomó por asalto al estadio y a todos los presentes. Realmente shockeante. Era el primer Obras como cabezas de cartel y salieron a dejar claro que no les quedaba grande y que el miedo escénico… te lo voy a quedar debiendo.

“-¡VAMOS A PRENDER FUEGO OBRAS!” Exclamó un exultante Walter Meza, muy emocionado él también por lo que se estaba viviendo, ya que la respuesta del público fue de locura total desde el primer momento. Esto, era más que lógico porque, lo que se estaba presenciando, era un espectáculo de primer nivel y no hablamos solo en cuanto a bandas del género y ni siquiera a nivel local: sonido, luces, dos pantallas gigantes a los lados del escenario y varias al fondo eran el marco adecuado para una agrupación encendida dando un show como para sacar pecho y hacer pata ancha en cualquier lado. Canciones como Fuego, Cazador, Garras y Mano Dura se iban sucediendo formando un vendaval que parecía no iba a detenerse.

“-… YO QUIERO AGRADECERLES A TODOS USTEDES, QUE ENTENDIERON QUE CON HORCAS HOY EL HEAVY METAL VOLVIÓ AL ESTADIO OBRAS” dijo Meza y se veía claramente en las caras de todos, que ese mensaje había calado hondo. Porque el género parece que siempre va a la saga de otras propuestas, siempre teniendo que pedir permiso para ser, para estar, para mostrarse y, sin embargo, esa noche fue LA noche.

La capacidad habilitada del estadio era de 2999 personas y el contador electrónico que había en el estadio alcanzó a sobrepasar las 2.800 infernales presencias. Sí, infernales, porque no era solo el grupo; el público hizo lo suyo y todos se fundieron en lo que fue una verdadera fiesta. Había que cantar y se cantó; había que saltar y se saltó. Había que vivirlo como lo que era, todo un acontecimiento, y así se vivió. 

“-… LE CONTÉ A UN AMIGO DE CUANDO ÉRAMOS PIBES Y SALÍAMOS DEL CONURBANO PARA HACER EL LARGO VIAJE HASTA ACÁ PARA VER A BANDAS COMO RIFF, POR EJEMPLO. HOY ME LLEGA UN MENSAJE DE ÉL Y ME DICE: ‘-HIJO DE PUTA ¡AHORA HACEMOS ESO NOSOTROS POR USTEDES!’” Walter Meza.

En cuanto a HORCAS en sí, pocas veces me tocó presenciar una banda tan demoledora en vivo. Y reitero que no hablo del ámbito local solo, sino en general. Una potencia que venía no solo del sistema de sonido o de la acústica del lugar, sino del convencimiento; porque Walter Meza se calzó el rol de frontman y le sobró paño para el largo setlist de 27 temas; Sebastián Coria y Lucas Bravo complementaron sus guitarras aceitadamente todo el tiempo y la base de Norberto “Topo” Yáñez y Cristian Romero dió cátedra de solidez y musicalidad.

El extenso setlist, dos horas y media de duración, abarcó toda la historia de la agrupación. En La Jaula, Sin Lágrimas, Golpe A Golpe o, más acá en la historia, Gritando Verdades. Todas sonando muy fuertes y cada una a su modo parecía una declaración de guerra, incluso las muy festejadas también del último álbum como Ciego Para Ver, El Diablo y El Infierno Que Inventas. Hacia el final subió un niño llamado Lucas al escenario que cantó íntegramente, acompañado por Walter Meza (y no al revés) Esperanza… y vaya si eso no fue todo un mensaje.

Mientras los temas se iban desgranando, hubo tiempo para presentar a toda la banda; al resto del equipo; para mencionar a Willy Quiroga, de VOX DEI, quien está pasando un momento delicado de salud; y hubo tiempo para EL HOMENAJE… si, obvio, a Osvaldo Civile. El momento llegó con Vencer y en esa canción emotiva, pesada y climática, acompañada por las pantallas mostrando distintos momentos del gran Osvaldo, se sintió energía y emoción a flor de piel como en ningún otro pasaje.

“… Todo concluye al fin, nada puede escapar/Todo tiene un final, todo termina…” reza la canción de VOX DEI y aplica para todo. Faltaba muy poco para la finalización del concierto. Solución Suicida y Sueños le bajaron la persiana a los temas de la banda pero no al show, porque faltaba una más, solo una y no fue sino ese clásico de clásicos que es Destrucción, de V8, sonando con una energía descomunal, un punto focal donde se dieron cita chicos, jóvenes y grandes, todos unidos por un canto de guerra con versos inoxidables.

Y ahí sí, luego del ritual de la despedida, las fotos y las promesas de nuevos conciertos, se encendieron las luces y todo terminó.

Y fue el momento del otro ritual, ese que vivimos tantas veces y que esa noche sentimos como hacía rato no nos pasaba. El de la vuelta a casa, el largo derrotero de buscar bondis y rogar porque aparezcan. O llegar a la estación de algún tren. O juntarse en algún bar o pizzería y repasar todo lo que sucedió.

Y agradecerle a HORCAS, porque entendieron que esa noche tenía que volver el heavy metal al estadio Obras.


Con motivo de este show tan importante de HORCAS en Obras, inauguramos una nueva modalidad. Acompañando la reseña, va una charla en video de nuestro cronista Sergio Avil conversando con Carlos Noro acerca de lo sucedido en el show. Pueden ver este intercambio de ideas completo en nuestro canal de youtube, donde iremos sumando discusiones sobre próximos shows.

Texto: Sergio Avil
Fotos: Agustín Avil
Agradecemos a GS Press por la acreditación al evento.
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