POWERWOLF en vivo en Argentina: “Bailando con muertos y licántropos”


Fecha: Miércoles 7 de abril de 2025 | Hora: 20:00 hs. | Ciudad: C.A.B.A. | Lugar: Teatro Flores | Banda Invitada: LÖRIHEN

POWERWOLF, una de las bandas más emblemáticas del power metal sinfónico europeo, volvió a nuestro país en el marco de la gira de presentación de Wake Up the Wicked (2024), su noveno y más reciente álbum de estudio. Han pasado ya cinco años desde su recordado show en el Teatro Flores, donde compartieron escenario con AMON AMARTH durante la gira de The Sacrament of Sin (2018), dejando al público deseoso de un full set. Ese ansiado momento finalmente llegó con esta imponente gira latinoamericana, que además sirvió como cierre tanto del tour como del War & Wolves Metal Fest, un evento doble que tuvo a SABATON como protagonista en la jornada anterior, sobre el mismo escenario. Para esta ocasión especial, los encargados de abrir la noche fueron los talentos nacionales HELIOS y AZEROTH, quienes ofrecieron actuaciones verdaderamente soberbias.

HELIOS arrancó con la música en vivo a las 19:30 hs, tal como anunció la productora, y no le tembló el pulso a la hora de sacar a relucir sus mejores canciones para cautivar al público de entrada, algo que no es muy usual; incluso lograron un “olé olé” con su nombre, despertando una notoria felicidad en las caras de los músicos, sobre todo en el vocalista Marcelo Ríos, que se robó el show en los entretemas con sus intervenciones. Luego AZEROTH salió a demostrar por qué es considerada la mejor banda de power metal nacional, aunque quizás el sonido no fue tan afilado y ajustado como en otras presentaciones. Ignacio Rodriguez, vocalista y líder de la banda, demostró su entrega y talento con impresionantes agudos, mientras que la banda en pleno ofreció una actuación tan destacada que capturó la atención de toda la audiencia. La gente los ovacionó en repetidas ocasiones y agitó constantemente, aunque, como es habitual, el descontrol empezó con el tema La salida, quizás uno de los que más destaca en el vivo.

Finalmente, POWERWOLF, con bastante anticipación, fue macerando su tremendo show. A diferencia de otros shows, debido al tamaño de la escenografía utilizada por los alemanes, no se cerró el telón y se pudo ver todo el armado del escenario en tiempo real, hasta el mágico momento del bajón de luces y la aparición del humo que, uno a uno, trajo a los músicos para arrancar con todo. El single que da inicio a su último disco, Bless ‘em with the blade, seguido de Incense and iron, dieron comienzo al show con la gente totalmente frenética y una sala muy llena, tanto arriba como abajo, al igual que días anteriores con SABATON o SONATA ARCTICA. El setlist fue una verdadera recolección de las mejores canciones de su repertorio, obviamente con mayoría de su último disco: 1589, Sinners of the seven seas, We don’t wanna be no saints y Heretic hunters, que se entremezclaban con hitazos como Army of the night, We drink your blood, Sanctified with dynamite, Armata Strigoi y el soberbio cierre con Werewolves of Armenia, solo por mencionar algunas.

A pesar de que la producción para esta gira latinoamericana en teatros difiere de sus ambiciosas puestas en escena europeas en recintos más grandes, la banda logró que sus seguidores vivieran una auténtica misa, gracias a una decoración notable e impactantes visuales. Algo que sorprendió rotundamente fue la capacidad de Attila Dorn para presentar cada canción e interactuar con la gente, en un español perfectamente hablado aunque, lógicamente, con un acento claramente alemán. “Llegó el momento de mover las caderas ¿Quieren bailar conmigo?” dijo antes de bailar el vals con su compañero y continuar diciendo: “Nosotros no bailamos en discotecas, nosotros bailamos con la muerte” para luego arrancar con Dancing with the dead, una de las canciones que más descontroló a la gente. Falk Maria Schlegel no solo deslumbró como tecladista, sino que se destacó como un auténtico showman durante toda la presentación, con una energía desbordante que lo llevó a recorrer el escenario, saltar e interactuar constantemente con el público pero, particularmente, el más destacado fue cuando ondeó la bandera del grupo al son de Amen and attack. En un segundo plano, pero no menos importante, hay que resaltar la sólida dupla de guitarristas, Charles Greywolf y Markus Pohl (sustituyendo a Matthew Greywolf en las giras), que no se cansaron de recorrer el escenario agitando sus cabelleras, mientras que Roel Van Helden marcaba con precisión el ritmo vertiginoso de cada canción con su enorme batería. El espectáculo fue de primer nivel.

En definitiva, más allá de afinidades personales con el género, lo que POWERWOLF ofreció fue un show impecable, cargado de entrega, teatralidad y una conexión genuina con su audiencia. La banda supo entender y respetar al público argentino, devolviendo ese fervor con una puesta en escena sólida, un repertorio pensado al detalle y una energía desbordante de principio a fin. Si algo quedó claro, es que estos licántropos saben cómo llevar adelante una misa metalera con todos los elementos que hacen de un concierto una experiencia inolvidable. Y, a juzgar por el público, no caben dudas de que el reencuentro valió la pena..

Texto: Luis Gallucci
Fotos: Joaquín Oñate
Agradecemos a GS Press por la acreditación al evento.

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