Año: 2015 | País: Argentina | Género: Death Metal/Black Metal/Industrial Metal | Formato: CD | Sello: Independiente
La historia cuenta que VECTOR es una banda oriunda de la ciudad autónoma de Buenos Aires, y digo historia, ya que aunque no lo creas fue fundada por Ariel Andrés (cantante, guitarrista y programación) allá por el año ’98. En este sentido, por más de una década la banda se fue estableciendo en la movida metalera compartiendo escenario con decenas de bandas locales, nacionales e internacionales. A lo largo de este tiempo, estuvieron sumergidos tras una búsqueda de personalidad musical, un sonido característico y una composición distinta, aunque siempre dentro de géneros extremos. En el año 2008 presentan su primer EP denominado “Sentidos” y logran afianzarse como banda finalmente hasta la actualidad, situación donde han doblegado esfuerzos editando el año pasado su primer larga duración denominado “Proyectar”, del cual voy a hablar a partir de ahora.
Estamos definitivamente ante una banda extrema, pero que en esa extremidad con la que se presentan, también se muestran como una agrupación moderna o con sonidos poco típicos escuchados en nuestro país, o al menos hablan de melodías que hace tiempo no llegaban a mi oído a través de una producción local. En este sentido estamos ante un gran disco que conjuga alguna cuota industrial, que no baja nunca un cambio y que replica situaciones de géneros extremos varios y lo llevan a una propuesta distinta. Y me baso para contarles esto, ya que el disco uno la primera vez que lo escucha no le es sencillo familiarizarse, sino que, por el contrario, el mismo rodaje y cada escuchada hacen que uno pueda encontrarle cierto sabor. La introducción convoca a “Carga en vida” para que literalmente la banda venga a la carga y lo hagan como les conté: al recontra caño. Desde él vamos te vas a encontrar con una banda que si tenemos que elegir un pariente de afuera, sea DEVIN TOWNSEND quizás en artífice de hacerlos cranear para que lleven esta propuesta adelante o al menos ese dejo tuve. Por lo tanto, debo decirte que de movida no te vas a encontrar con una banda aburrida, al contrario, son súper entretenidos.
VECTOR es un cuarteto que no se queda en lo convencional y se arriesga a meter también en su historia cuestiones relacionadas con la parte de programación y teclados, las cuales parecieran que no surten tanto efecto a simple vista, pero en definitiva llenan y cargan el trabajo de energía y modernidad. Hay un sustento y descanso en bandas como FEAR FACTORY si querés hilar fino, pero siempre sigue siendo VECTOR como tal. Explotan, bajan y vuelvan a subir conjugados por melodías hermosas. “Crisis”, “Un fin para la verdad” y “Daño” son súper ricas en todo esto que vengo relatando. Posiblemente, la cuota industrial que tiene la batería y las buenas voces que mete Ariel Andrés, quien se termina manifestando como director de la orquesta, proyectan redundantemente el camino de este “Proyectar”. No solamente compuso todos los temas, sino que también estamos ante un multifacético que: produce, mezcla y masteriza, lo que es un gran logro personal, pero que sin desmerecer el enorme trabajo realizado, también puede ser un desacierto al momento de que otra persona ajena a la banda cumpla algún rol de estos, pudiendo dar una visión más objetiva y distinta desde afuera (claro, hay que pagarle y a veces no da!).
También es una banda que sorprende y dejan entrever estribillos un tanto pegadizos, que acompañados por lindos pedales en las voces los muestran más industriales aún, pero sin bajar la pata del acelerador. Sin ir más lejos, me quedó haciendo ruido la estrofa que dice: “Una crisis que no ves… “. Todo lindo che. También tienen una cuota en cada canción bien ganchera e invitan al headbanging casi permanentemente, pero para eso hay que escucharlos al detalle. Al principio, cuando arranca el disco no pareciera, pero con la estilización del mismo, aparecen muchos pasajes que invitan al revoleo de la cabellera, y con ganas. En “Un fin…” mucho de todo esto hay, de hecho fue una de mis preferidas del disco. “Otro soy” es también gran parte de todo lo extremo que manifiesta el disco en sí y quizás se alce como la más relevante en ese sentido, poseyendo también esa pizca de lo ya citado.
Y también llega el momento para que uno destaque el trabajo individual de estos muchachos. Claves en el disco son el desempeño de Nicolás Cussac en batería (el trabajo que hace en “Daño” es mortal), lógicamente de Andrés, pero Javier Sisca y Adrián Hidalgo no se quedan para nada atrás. Son compactos y contundentes a la vez. También llega el momento donde la banda se muestra un poco más oscura con canciones como “Ver”. Bajan un tiempo e invitan a conocerlos en otro estadío y les queda muy bien, de hecho creo que yo hubiese sido más incisivo en ese aspecto, cortando el disco un poco más con situaciones de este estilo. Pero eso va más allá de los gustos personales señores, han diseñado muy buenas canciones. En este sentido no solo se han esmerado en el contenido musical, sino que también aprovecho y les cuento que el disco cuenta con una linda edición digipack y diseño. Cuando uno lo tiene en formato físico sobre las manos la cosa cambia.
Si te sirve el dato, también te voy a decir que te sientes, ya que es un disco de canciones largas, es decir creo que todas con tranquilidad superan los cuatro/cinco minutos y nunca aburren. “Absurdo poder” continúa mostrando gran parte de lo relatado. Eso sí, no me gustaría estar en los gemelos de Nicolás. ¡Mamá! ¡Qué paliza! ¡A no acalambrarse mi viejo eh! Cuanta velocidad y destreza de este muchacho. Y de fondo como siempre, las cuestiones asociadas de programación que tan bien les sientan, de las cuales mucho más no puedo ahondar, ya que soy de madera en ese aspecto. Para el cierre con “Creación herida”, “Afán” y “Perder”, el disco cierra fiel a sus convicciones, como arrancó: extremo, moderno, cantado siempre en un español súper entendible y con melodías que son solo para el paladar de alguien que se puede detener a digerir un disco; quizás no sea para cualquiera en ese sentido, pero que si le das la chance, podrás sorprenderte.
“A donde voy” marca el cierre de la placa de la mejor manera, al frente, a no cagarse como solemos decir. Con “Final” no sé bien qué quisieron hacer, aunque igual quedó bien, que sé yo. Ellos sabrán. Así todo, linda manera de cerrar este trabajo discográfico y darse a conocer y dar a entender que con convicción a todo se llega. Casi una hora de tu tiempo para no desperdiciar. Solo puedo decirte que si andás entre lo extremo industrializado esta es tu banda de metal argentino. Bien por VECTOR.
Contacto con la banda acá.
Lista de temas:
1. Intro
2. Carga en vida
3. Crisis
4. Un fin para la verdad
5. Daño
6. Otro soy
7. Ver
8. Absurdo poder
9. Creación Herida
10. Afán
11. Perder
12. A donde voy
13. Final
Texto: Hernán Mazón
Agradecemos a la banda por la facilitación del material.
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