Fecha: Lunes 14 de noviembre | Hora: 20.00 hs. | Ciudad: C.A.B.A. | Lugar: Luna Park
40 años del Heavy Metal Argentino fue la leyenda que acompañó la publicidad del evento para un festival que apostó reunir a algunos exponentes de la historia metalera Argentina.
No descubrimos nada al decir que uno de los grandes problemas del Heavy Metal Argentino es la convocatoria, más allá de que con mucho esfuerzo algunas de las bandas que participaron en el festival puedan llegar a tener una muy buena cantidad de gente en un lugar como el Teatro Flores o que propuestas, como los de MALÓN (en especial LA H NO MURIÓ), la propuesta solista del impresentable IORIO y RATA BLANCA logren traspasar las 2.000 personas al menos en Buenos Aires; lamentablemente es difícil que la cantidad de gente en los shows locales sea equiparable a los números que se logran con los shows internacionales. En este sentido, no resulta sorpresivo, pero si deja un sabor amargo ver un Luna Park con alrededor de 1.400 personas, lo que concluye que además de que el LEYENDAS DEL METAL (Una denominación discutible, pero al fin y al cabo solo un nombre para definir el encuentro de la bandas) haya sido una apuesta arriesgada, hace presagiar que la próxima vez quienes produjeron el evento pensarán dos veces a la hora de elegir el recinto. A pesar de esto es para destacar el nivel de producción que tuvo todo el festival. Mismo backline para todas la bandas, pantallas a los costados y luces que se ven en shows internacionales, dieron una interesante posibilidad: la de ver como las bandas convocadas se desempeñan en un escenario bien ancho como el del Luna Park y con posibilidades técnicas que no suelen tener a su disposición.
A las 20 hs. y con la gente todavía entrando, JERIKÓ fue la primera en subir a escena. La gran novedad para la banda sigue siendo todavía la incorporación de Renzo Favaro (también parte de la muy recomendable banda de rock progresiva FUGHU) en voces como reemplazo de Iván Sención quién se fue en buenos términos del grupo para continuar otras búsquedas. La certeza es que Renzo ha sabido apropiarse rápidamente de las canciones de la banda para darle su propia impronta, más cercana a los momentos más filosos de Rob Halford que a la impronta más ochentera y hard rockera de Iván. En este sentido la banda ha ganado en pesadez, vertiginosidad y dinámica principalmente porque Favaro es alguien que sabe recorrer el escenario, arengar a la gente (todo un acierto que aprovechara que la gente todavía estuviera entrando para generar cierta intimidad y mirar a los ojos a quienes estaban cerca de la valla) y fundamentalmente cuenta con el aplomo y el profesionalismo de alguien que tiene muy en claro lo que la música de JERIKÓ precisa. De esta manera fue interesante ver como la banda se propuso el objetivo de re versionar su propia historia y mostrar de alguna manera la variedad de su música (no casualmente la banda está lanzando “Rendidos… a nadie” un disco con temas nuevos y reversiones). En este punto canciones como “Reventado” o “Nada en vano” (conocida popularmente como “Pogo y Aguante”) sonaron pesadas y filosas no solo gracias al aporte vocal de R.F. sino también al interesante juego de guitarras gemelas de Javier Cuevas y Claudio Duliba por un lado y en especial la base rítmica Marcelo Bracalente en bajo y Germán Rodríguez en batería). “Desde la oscuridad” y “No pares” en cambio mostraron otras facetas a seguir explorando. La primera bien dramática y pesada, mientras la segunda con un toque progresivo, lo que mostró que otras facetas puede transitar el grupo. La sensación es que de aquí en más se abre otra etapa para la banda. Veremos en qué se transforma.
LETHAL a punto de lanzar material nuevo, desarrolló durante media hora (mismo tiempo que tocó JERIKÓ) un set de siete canciones que se dividieron entre cuatro pertenecientes a su icónico “Maza” (“Basura”, “Maza”, “Mike Tyson”, “Resaca”), dos de su anteúltimo disco de 2010 “Inyección Lethal” (“Inyección Lethal y “Busca tu camino”) y la que titula su último disco del 2015 “Hasta la Muerte”. Precisamente este fue uno de los momentos más interesantes de un show en donde como es esperable el grupo apostó a la vertiginosidad y al groove. “´¿Saben por qué hacemos esto? Porque es nuestra forma de vida, lo que sentimos y lo vamos a hacer hasta la muerte” dijo Tito García antes de presentar la una canción que incluyó un groove más rockero, la banda bajando un poco la velocidad y la evidente comodidad a nivel vocal sin forzar tanto las cuerdas vocales. En este sentido a nivel instrumental, el incansable Eddie Walker corriendo con el bajo de un lado al otro del escenario y la solvencia a la hora de ejecutar cada canción de Sergio Gómez en Batería y en especial de Ramon López en guitarra, permitieron que en algunos momentos T.G. pudiera descansar a la hora de interpretar un conjunto de canciones que lo mostraron muy exigido desde el punto de vista vocal. Más allá de eso, a lo largo del set el público acompañó activamente con su participación lo que terminó por generar una despedida con aplausos.
Más allá de que cuando uno se alejaba del escenario el rebote del sonido (algo lógico en un espacio tan grande) hacía perder fidelidad, recién con EL DRAGÓN, los inconvenientes de sonido fueron evidentes incluso estando cerca de la valla. Tal vez por incluir la presencia de teclados o simplemente por la propuesta general del grupo (un heavy metal tradicional con mucha influencia de DEEP PURPLE) a lo largo del set fue hiper complejo distinguir cada uno de los instrumentos y la voz del legendario, Olaf Mangialavore incluso generando hacia el final del set cierta sensación de desprolijidad. Canciones bien explícitas como “Huevos” o “Argentina” con la que cerraron el set incluyendo coro femenino, masculino y bajista invitado fueron parte de la arenga que desarrolló Olaf a lo largo del show, reivindicando el “aguante metaleros” y agradeciendo a los presentes. Se fueron aplaudidos principalmente porque su discurso cae hondo en la idiosincrasia del quienes hicieron el esfuerzo de acercarse al Luna Park.
Al igual que JERIKÓ, TREN LOCO también atraviesa una nueva etapa con el debut de Daniel Medina como cantante (acaban de lanzar el muy buen disco “Prisioneros de la Tierra”) y fundamentalmente la muerte de Gustavo Zabala reemplazado por “Isopo” Wilson en bajo. En este contexto la banda conformada actualmente además por Cristian “Zombie” Gaun, Pablo Soler en guitarras y Dany Wolter en batería dio un set potente, con un gran sonido para mucha gente que se acercó especialmente verlos.
Desde el comienzo con “Pampa del Infierno” y “Barrio Bajo”, claramente la dinámica que mostró Daniel Medina sobre el escenario, su capacidad interpretativa y su caudal vocal que va desde lo agudo a lo grave sin dificultades; dieron la pauta que desde hace rato se ha apropiado de las canciones del grupo, dándole su impronta obligando a que desde lo instrumental, la banda suene más pesada y violenta como por ejemplo en la segunda de las dos mencionadas.
“Al asecho”, regrabada para “Prisioneros…” es tal vez el mejor ejemplo de esto que decimos principalmente porque en vivo se pudo apreciar como Medina y la banda lograron potenciar todo el dramatismo que de por sí la canción insinúa, sostenida en los gestos interpretativos del cantante que sirvieron para ejemplificar los momentos más tensos de la canción mirando directamente a los ojos de los presentes. Dos canciones del recientemente estrenado disco “Prisioneros de la Tierra” y “De pie”, dieron la pauta de que en a esta nueva etapa el grupo va a modernizar su propuesta generando canciones con más groove, sostenidas fundamentalmente en las melodías de guitarra. “Pueblo motoquero” y “Tierra Negra” fueron las elegidas para cerrar un set bien heavy y arengador donde en varios momentos se recordó a Gustavo Zabala y donde TREN LOCO mostró que su legado sigue vivo. No es poco.
SERPENTOR fue la encargada de cerrar la noche. Un lugar merecido principalmente por no dejar jamás de batallar en defensa del thrash metal Argentino y por el crecimiento en este último tiempo. A un año exacto de la salida de su último disco “Sacerdote del Horror” el quinteto eligió un set donde hubo un intenso recorrido de su discografía y sus virtudes: la velocidad, el machaque y fundamentalmente la idea de que un buen riff (de esos coreables y recordables) hacen que una canción tenga sentido. Algunas canciones de su último disco (“El Carnicero” y “Sacerdote de Horror”) mezcladas con clásicas como “Privación Ilegítima de la Libertad”, “Asesino”, “No me prediques” y “Controlando la Nación” con la que comenzaron el show fueron las que permitieron ver las virtudes de un grupo que conoce a la perfección los yeites de un estilo que tal vez es el preferido históricamente entre los metaleros Argentinos. En este contexto, el cierre fue con “Muy Cansado Estoy” con varios de los integrantes de las bandas subidos al escenario para hacer una improvisada versión colectiva con varias voces, bajos y guitarras. El cover del V8 además de ser una referencia ineludible a los 40 años de Heavy Metal (Está incluido en “Luchando por el Metal” de 1983 lo que se considera el acto fundante del heavy metal Argentino) tiene una letra apropiada para definir este raro Lunes en el Luna Park: (“Lunes y nuevamente /En el trabajo estoy / solo recuerdo momentos de ayer /vivo el bajón de hoy /Para continuar / en esta estúpida senda /debo gritar que…/ muy cansado estoy”). Ya en Martes hubo aplausos de los presentes y vuelta con el cansancio a casa. Más allá de las circunstancias, objetivo cumplido a la hora de repasar un poco de historia del heavy metal Argentino.
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