AIRBOURNE en vivo en Argentina: “Historia familiar que endulza paladares”


Historia familiar que endulza paladares

Todos tenemos una primera vez en la vida y AIRBOURNE la tuvo en nuestro país. Por más que digan que no, la copia más cercana, moderna y revitalizada de los coterráneos AC/DC llegó a la Argentina después de varios años de espera. Se hicieron desear, pero finalmente un Teatro Flores de planta baja prácticamente llena no me dejará mentir. Y si bien hoy en día es moneda bastante común no ver todos los recintos cargados de gente (están bajando cada vez más bandas), alguna diferencia con el resto de los shows a los que solemos ir existió, ya que si deberíamos ser lo oportunamente sinceros el hard rock mueve y es justamente donde se presta para que almas de diverso origen salgan a despuntar el vicio en una noche que apuntaba a ser distinta, al menos para nosotros, por no decir un tanto alejada de las más metaleras y variadas opciones de las que solemos cubrir en este medio que decidimos llamar METAL-DAZE.

Y suele suceder también que muchas veces hay bandas poco congruentes con la propuesta de la principal, ya sea porque ocupan un lugar pagando o bien por mérito propio. En ésta oportunidad me voy a quedar con la segunda opción para LA NARANJA, banda Argentina que con sus ya buenos años en la escena dieron un gran show cual tuvo la particularidad extra de que haya subido con ellos a tocar temas propios y ajenos el capo de Boff Serafine, ex violero de RIFF. Lógicamente no faltó la oportunidad de que escuchemos “Que Sea Rock” al cierre del evento con la gente explotada de alegría, pero no podemos dejar de hablar de la energía brindada en las canciones propias. Como si eso no fue poco, le abrieron las puertas ya casi al cierre del set un espacio para que el guitarrista se luzca y manifieste de alma y cuerpo algún que otro solo posicionado en el centro de la escena. Atrás quedaron esos años en los que el abogado de METALLICA se comunicó muy amablemente con ellos para que retiren una parte de su nombre (METÁLICA)…. ésta vez prefiero quedarme con una sólida banda soporte acorde a lo planteado, un show de sonido piola y enérgico por demás, sustentado en la onda que el pelado Gabriel de Lucca le va metiendo mientras nos enredaron con canciones como “Ser o no ser”, “Siguen igual” y alguna que otra más (si che, no anoté nada y la memoria a veces me falla). Linda apertura.

Cerrada la historia y ya con bastante más gente adentro del recinto del barrio porteño, el show de los Australianos arrancaría minutos después de las 21.30 hs. y lo haría de mala manera, no justamente por lo dejado por AIRBOURNE en si, sino por el sonido. Lamentablemente el micrófono principal del cantante y guitarrista Joel O´Keeffe (hermano del batero Ryan) no andaba, ni para atrás ni para adelante. El resto sonaba bien pero no alcanzaban ni los coros del bajista, la otra viola, ni nada. El abucheo creo que superó cualquier decibelio que la banda pudiese estar emitiendo y no le quedó otra al frontman que parar el show (aplausos de por medio). Re contra caliente con los responsables de que esto no funcione sobre el escenario, se acercó hacia un costado del escenario e increpó -amagó de revolear su guitarra por los aires- a uno de los suyos con cara de pocos amigos. Finalmente después de parar unos minutos y al menos después de dos recambios (si, dos) micrófonos la historia volvió a la normalidad. Y si bien cuesta remontar un show que arranca con toda la leche encima y que de golpe decae en su inicio con un parate inesperado, debo decir que la banda superó álgidamente la parada. De ahí en adelante creo que todos olvidamos el mal trago.

Las charlas previas al show con algún que otro amigo con los cuales me fui cruzando previo al inicio no mostraban buenas caras, ya que la gran mayoría con los que tuve la chance de hablar estaban un tanto preocupados por la extensión del setlist, el cual sin ir más lejos fue de once temas, si, nada más que eso. Pero dado que había tenido la chance de verlos hace menos de un año atrás en otro país, por dentro pensaba que estamos ante una banda bastante atípica para el género ya que sus temas de por sí son más bien largos y a pesar de que los viven como una fiesta, boludean mucho dentro de cada tema cantando o haciendo cantar a la gente veinte mil veces la misma estrofita o riff. Nada criticable en mal sentido, claro, el rock está para vivirlo y ellos de esa manera lo hacen y está genial que así sea. De esta manera nos dispusimos a vivir una noche muy enérgica, cargada de onda donde la verdad me cuesta comprender de como pueden mantenerla al cabo de todo el show todos por igual. Desconociendo si hay sustancias prohibidas o no de por medio en sus organismos, estuvo genial; desde la apertura con canciones más viejas y nuevas dispusieron un setlist donde mostraron parejo y un poco de cada placa, otorgándole su lugar al toureado.

Arrancarían con “Ready To Rock” de “Black Dog…” y detonarían la historia con “Too Much, Too Young, Too Fast” del exitoso “Runnin’ Wild”. “Down On You” y “Rivalry” darían continuidad y acto seguido probablemente la ejecución de “Girls In Black” haya sido de de lo mejor de la noche, con una banda súper conectada (como fue todo el show) llegarían una tras otra con agitadas arengas de por medio. No faltaron las varias veces que el cantante se acercó a rockear abajo con la gente como así tampoco la decena de vasos plástico de cerveza que volaron por los aires (N. del Ed.: estás para el lanzamiento de jabalina hermano) y estallaron en su cabeza llevando todo al límite de lo gracioso y entretenido con pocas palabras de por medio. Una arenga poco clásica, pero de muy buena puntería. Pasarían también durante todo este proceso canciones como “It’s All For Rock ‘N’ Roll” (como han visto en el video oficial, dedicada a Lemmy), “Breakin’ Outta Hell”, “No Way But The Hard Way” & “Stand Up For Rock ‘N’ Roll”, títulos prácticamente que definen todo el rock que brota de sus poros. Para el bis la banda se despediría con “Live It Up” y la genial “Runnin’ Wild”.

Faltaron temas arrolete seguramente, pero no faltó onda, diversión y buena predisposición para remontar un show que no arrancó liviano desde lo técnico. Me llevo conmigo como lo hice en otra oportunidad una banda súper escuchada (sino te invito a que recorras los inicios de Brian Johnson en AC/DC), de esas que garpan ya de por si por ser oriunda de la misma tierra donde surgieron esos monstruos de “Alto Voltaje”. Independientemente de eso, hablamos de música y ellos igual. La gente habla, habló y hablará no sólo por su parecido, sino también por tener la chance con las que cuenta este pequeño súper grupo de poder formar parte en los más grandes festivales con bandas del más diverso estilo. Se quedaron en parte de la escuela más vieja de sus padres y eso suena bueno, pero mantienen un eje propio y eso también está piola, así que si de lección aprendida hablamos conservá algo con vos… once temas pueden ser poco, pero la manera en la que se los explote no. Me suena familiar, pero endulzar… endulza.

Texto: Hernán Mazón

Fotografía: Maru Debiassi 

Agradecemos a Juan Manuel Acuña vía California Sun, Hellnoise Booking & Madmax Music por la acreditación al evento.

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