ALCATRAZZ “Take No Prisioners”

ALCATRAZZ, la banda que supo ser liderada por Graham Bonnett (RAINBOW), está decidida a recuperar todo el tiempo perdido que tuvieron desde su concepción allá por el año 1983, pero que los cambios de formación forzaron su pausa por 19 años, ya que el pasado mayo sorprendieron fuerte con un nuevo disco, “Take No Prisoners”, el sexto álbum de estudio de la banda formada en 1983, y el tercero en tres años. Esta nueva placa discográfica los ve explorando enérgicamente fuertes progresiones melódicas con riffs bien ruteros, continuando con el núcleo de la “formación 2020” con Doggie White tomando la posta de las voces y de una forma muy sólida, al igual que Joe Stump, el violero formal en una banda con cambios constantes de formación, y que supo tener a bestias de la talla de Yngwie Malmsteen o Steve Vai en dicho puesto. Jimmy Waldo en teclados, Gary Shea en bajo y coros, y Mark Benquechea en batería terminan de completar este explosivo quinteto.

Una de las cosas que más me gustaron del disco son las vibras a SAXON de la vieja época que transmiten, como por ejemplo, en canciones como “Alcatrazz” y “Bring on the Rawk”, donde las voces de ambos vocalistas (nuestro querido Doogie y Biff Byford), son muy similares, pero lo cual no es malo, ya que va de la mano con la producción más bien nítida de “Take No Prisoners”, sin caer en una imitación sajona. Es una mezcla de heavy metal clásico británico con un fuerte toque de power metal melódico, donde predominan los pasajes vocales pegadizos y mucho virtuosismo a la hora de esgrimir las guitarras. El arranque con “Little Viper” es una sublime apertura para el disco, con la escuelita de Malmsteen muy notoria en las guitarras y un estribillo memorable “There’s a coming storm / As the darkness closes in” y que resulta una herramienta muy efectiva y ganchera a lo largo del disco. Otro punto fuerte del compacto es la balada del mismo, “Gates of Destiny”, esta canción destaca enormemente el trabajo de teclado de Jimmy Waldo en contrapunto con la guitarra de Joe Stump en un frenesí de imágenes líricas góticas.

En general, “Take No Prisoners” me resulta una excelente y entretenida experiencia auditiva, más allá de que no es novedosa. Los riffs son bastante más pesados de lo que nos tenía acostumbrado la banda, la batería también se siente más intensa y álgida y las canciones son memorables, como el épico cierre con “Bring on the Rawk”.