Practican lo que predican
No resulta sencillo hablar de una banda precursora en varios aspectos como lo es DEICIDE. No resulta sencillo expresar con palabras lo vivido con una banda del estilo de la convocante. No resulta sencillo expresar las cosas que se le pasan a uno volando por la cabeza en una hora de show. No resulta sencillo posicionarse para hablar en materia lírica de las palabras guturalizadas bajo dominios de maldad. Pero lo que si resulta sencillo es decir que DEICIDE dio cátedra de death metal en Buenos Aires el pasado 15 de Agosto. ¿Por qué? Seguramente haya muchos, pero durante el breve lapso que los tuvimos arriba del escenario y bajo un Uniclub a lleno total la banda repasó un poco de su rica historia con un sonido monumental, cuestión que de antemano dudaba de cómo podía funcionar. La historia es que los yankees, embajadores de un sonido único y forjador de cientos de bandas del palo, detonaron la ciudad de la furia.
La historia arrancaría desde bien temprano con bandas locales y serían recién pasadas las 21.30 horas cuando se subirían a escena. Envueltos en las llamas de su líder Glen Benton, se dedicaron a repasar viejas y nuevas canciones sin mucha palabra de por medio. No hubo bises ni cosa parecida, fue algo así como el clásico palo y a la bolsa. La gente respondió en más que buena forma y no pararon de llegar al escenario voces de aliento como así también algún que otro estúpido que ni tenía nada que hacer y se dedicaba a escupir a los músicos. Avísenle que no es punk rock (salame!). Más de un cuerpo quedó desparramado sobre las tablas y el muchacho de seguridad ubicado en uno de los laterales del escenario muy poco amablemente los volvía a acomodar en su posición.
Yendo a la faceta musical arrancarían con parte de lo viejo como fue el caso de “Scars Of The Crucifix” (2004) y también mecharían la historia con lo nuevo lógicamente y más viejo aún, una especie de vaivén. No fue para nada un show posicionado sobre “In The Minds Of Evil” (2013), su último disco, del cual pensé sinceramente que recorrerían más, pero que si vamos a los hechos un solo tema ejecutaron, justamente el que lleva el nombre de la placa. Tampoco es que no era la placa estelar ni cosa menor ya que pasaron cuatro años desde que salió, pero dada la distancia que la banda tomó con Argentina desde ya hacía al menos siete años, lo planteado fue definitivamente piola ya que basaron al show a la sombra de una serie de clásicos de antaño.
El sonido del show sería un caballito de batalla, el mismo siempre fue parejo y prolijo, sin altibajos, cuestión que me llamó poderosamente la atención. Y ellos sobre el escenario dejarían todo, siendo Steve su baterista el miembro más relevante de la noche, independientemente de la figura que implica Benton, su caudal de voz y su imagen. Kevin y Mark, los guitarristas, son dos hachas asesinas que van al frente y no cesan, pero queda bien claro también que el que maneja los hilos y tiempos de la banda es Glen quién va marcando hacia dónde ir, que tocar y que hacer. Independientemente de esto, hubo alternancia al momento de ejecutar los solos, siendo la cosa bastante repartida, buen estado físico por sobre todo (Hola que tal Steve!).
De base satánica en las letras, los sonidos emitidos por la banda del cantante que prometió suicidarse hace unos años atrás sería para suerte de nosotros que todavía lo tenemos por acá, testigo claro de una noche violenta arriba y abajo del escenario. Ya solo con la marca de la cruz invertida sobre su piel, escuchamos desde sus entrañas canciones clásicas como “Dead By Dawn”, “Deicide”, “Oblivious To Evil”, “Trifixion”, “Death To Jesus” y “Serpents Of The Light” por nombrar algunas. Seguramente muchos de los presentes se quedaron con ganas de más como suele suceder en cada show, pero los diecisiete temas ejecutados fueron una aplanadora, con el mismo fervor, de punta a punta, no haciendo más que recorrer siete de las once placas editadas por la banda desde el año ’90 a la fecha.
Algún que otro “Olé, olé….DEICIDE, DEICIDE”, algún que otro “Olé” para Glen, algún que otro saludo seco desde arriba del escenario, algún que otro que se subía al escenario lo bajaban como peludo de regalo serían las imágenes clásicas del show hasta que le tiraron el pie del micrófono al bajista y cantante a la miércoles, y ahí la cara del líder un poco cambió, sin atravesar sobresalto alguno. Calor, mucho calor (Uniclub parece seguir con ganas de no prender los ventiladores cuando el recinto colapsa), death metal crudo y curtido al pecho y a tu casa, te fuiste hermano. Cuando nos dimos cuenta en un poco más de una hora la banda ya había tocado y estábamos todos afuera del recinto mirándonos la cara. Lindo show, linda noche, de esas que si llegas con algún tipo de concepción errónea, con un par de acordes y riffs dotados de satanismo se soluciona.
Texto: Hernán Mazón
Agradecemos a Maxi Mina de Zonar Producciones por la acreditación al evento.
Setlist:
– Scars of the Crucifix
– When Satan Rules His World
– In the Minds of Evil
– They Are the Children of the Underworld
– Death to Jesus
– Oblivious to Evil
– Trifixion
– Mephistopheles
– Serpents of the Light
– Blame It on God
– Dead but Dreaming
– Once Upon the Cross
– Kill the Christian
– Deicide
– Sacrificial Suicide
– Homage for Satan
– Dead by Dawn
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